viernes, 30 de abril de 2010

Quiero tocar la guitarra todo el día

Luis Salinas

El prestigioso guitarrista se presentará esta noche en el Coliseo Podestá. Su anecdotario platense, su diario de viajes y algunos consejos para los jóvenes músicos

El guitarrista y compositor Luis Salinas nació en Monte Grande a mediados de 1957. La influencia de su padre y su padrastro, ambos músicos, lo animaron a tocar la guitarra desde muy pequeño. Autodidacta, nunca pisó el conservatorio. Por el contrario, se nutrió de la improvisación tocando en diferentes pubs. Compartió experiencias con varios grandes del folclore y del tango, como Adolfo Abalos, Jaime Torres o Mercedes Sosa. Con su criolla en mano recorrió el mundo, tocó con B.B. King y se hizo acreedor de todo tipo de reconocimientos. Recibió el Premio Gardel por Mejor álbum de folclore con Música Argentina Volumen 1 y 2 en 2003, y por su disco Ahí va en 2004. El tercero llegó en 2006 por Luis Salinas y amigos en España en la categoría Mejor álbum de jazz, poco después de recibir un premio Konex por considerárselo el “Mejor solista instrumental de la última década”. A horas de su presentación en La Plata, hablamos con el músico, sobre su carrera, sus viajes y sus frecuentes visitas a nuestra ciudad…

-¿Cómo te viene recibiendo el 2010?

-Muy bien. Este año fue muy importante en varios sentidos: pude tocar en Cosquín de nuevo, en el Festival Internacional de Tango… ahora estoy grabando un disco nuevo, doble, con una primer parte acústica y una segunda eléctrica, con muchos invitados. Hay jazz, funk, blues, de todo. Es bien diferente una cosa de la otra.

-¿Qué se espera para la presentación de esta noche?

-Un espectáculo integral. Tocaré composiciones mías. Siempre me vendo muy mal, toco los temas y no digo de quién son. La mayoría de las veces no anuncio lo propio y nunca digo que es
mío. Siempre he ido entre el folk y el latin jazz, esta vez habrá de todo. Voy a tocar algunas cosas solo, otras acompañado, algo de tango, vals, milonga, zamba, chacarera…

-La música te ha llevado por todo el mundo. Y has tenido posibilidades de quedarte en el exterior, pero siempre volvés a tus
pagos…

-Es cierto. Disfruto mucho las giras. Por las expectativas que se generan, por lo que se puede aprender. Esa alegría se equipara llegando a Ezeiza, al encontrarme de vuelta con mi gente. Me gusta mucho viajar, y muchísimo estar en Argentina. Siempre tengo claro que quien no sabe de dónde viene, no sabe a dónde va. La parte afectiva tira mucho. Siempre le he tenido miedo a esas giras en las que te vas tres meses y por ahí, al regreso, tu hijo no te reconoce. Estoy muy ligado a la cosa familiar. Mi vieja me enseñó que primero está la persona y después lo que haga. Me gusta mucho estar acá, y debo cuidar que eso no perjudique mi trabajo. Para hacer una carrera internacional, por ahí es más fácil irse a vivir a España u otro lado… pero bueno, es más fuerte que yo. Ya conocí 22 países. También es bueno ver desde afuera a nuestro país. No me iría a vivir a otro lado. Me gusta viajar para aprender, todos los años salgo de gira. Pero me encanta tocar en mi país. Tenemos una complicidad con el público argentino que no se encuentra en otro lado.

-Personal y subjetivamente, ¿Qué destacarías de las giras?

-Siempre se aprende mucho. Si llego un día antes de hacer una presentación, me gusta averiguar qué hay para ver, y poder escuchar los grandes músicos que hay por ahí. En algunos casos he hecho amistades, a partir de mi pasión por la música. Es interesante ver cómo se comporta la gente. La primera vez que fui a Suecia, nuestro pianista se levantaba a la madrugada y se ponía a estudiar. Se quedaba en el hotel y seguía dándole al piano. Todo el día ensayando. No se equivocaba nunca. Después, cuando terminábamos el concierto, se relajaba y se tomaba una ginebra. Es interesante ver las diferentes formas en que la gente se toma la vida. En ese mismo país, al llegar, me dieron un papel en el que tenía programado todo lo que iba a hacer durante un mes, ¡y se cumplió! Acá somos más… elásticos. Hay que cambiarse el chip al viajar, no podés llegar a una reunión 7.30. Si quedaste a las 7, los tipos a las 7 y 10 se fueron.

-¿Qué le aconsejarías a los jóvenes guitarristas?

-No soy mucho de dar consejos, creo que cada uno tiene que seguir su camino. En mi experiencia, diría que a la guitarra hay que estarle encima, para que no te maneje ella a vos. Eso te lleva toda la vida. Después creo que hay que tratar de decir algo, y que sea interesante. Lo que no puede manejar ningún músico es la inspiración. No puedo decir “mañana a las 5 de la tarde voy a estar inspirado”. Así que hay que tener un poco de paciencia. Debemos recordar que la estrella es la música, no uno. Y no dejarse llevar por las modas. Y siempre mirar los ojos de la personas.

Federico Valenti

Luis Salinas se presentará junto a su banda esta noche a las 21.30 en el Coliseo Podestá, calle 10
nº 733.

La Plata y yo: La ciudad vista por Salinas

“La Plata es diferente a todos los lugares que conozco. Los que están de paso terminan quedándose y después resultan mas platenses que los que vivían allí. La primera vez que fui a la ciudad fue a principios de los noventa, a ver un concierto de Hermeto Pascoal. Me invitó a subir al escenario y no me animé. Se enojó por eso. La onda de la gente me impresionó, lo mucho que entendían, cómo participaban. Pensé: mejor no me meto. Parecía un público compuesto por músicos. Verlos cantar, ¡y cosas complicadas! Creo que hay mucha gente preparada en la ciudad. Tengo muchos amigos platenses.

Ir a La Plata siempre fue impresionante. Llegué a tocar con Mercedes Sosa en el Coliseo. Ese teatro me produce una cosa especial, es parte de mi historia.”

Fuente: Hoy

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