En representación de Río Negro se presentó la obra "Dibaxu", del Grupo Salitre de Viedma.
Dentro de la Fiesta Nacional del Teatro, cuya vigésima quinta edición se desarrolla en La Plata, el miércoles pasado, en el bello Coliseo Podestá, subió a escena "Dibaxu" de Viedma, dirigida por Hugo Aristimuño.
Un refinado y sensible trabajo cuya belleza estética sumada al sólido desempeño de los actores-bailarines del grupo Salitre, marca con claridad la altitud que en la escena nacional ha alcanzado el teatro de la región.
"Dibaxu" un poemario, del libro "Salarios del impío y otros poemas" escrito en sefardí entre 1983 y 1985 por Juan Gelman, es una producción inspirada en la vida del notable poeta argentino a quien la última dictadura militar le secuestró su hijo y su nuera embarazada.
Actor, músico, arquitecto y director teatral, las obras creadas y dirigidas por Aristimuño, con sus equipos de actores y técnicos, "Hay cosas que no se dicen", "Marí Marí huinca", "Aqueronte", "Alma de maíz", "Amares", "Siempresombra", "Un ángel de nariz roja", "Resuellos del viento... ¿Dónde estas Bairoleto?", "Conspiración celestial", "El cerco de Leningrado", "Un ángel extraviado", "Ananké", "Un ángel de voz dura... una historia del Che", etc., fueron objeto de numerosas selecciones, auspicios, menciones y premios regionales, nacionales e internacionales, habiendo participando, representando a Argentina y México, en festivales en este último país, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, España, Francia y Egipto.
El federalismo
"Estar en la Fiesta Nacional yo no lo esperaba. Mis compañeros de equipo me convencieron de que nos inscribiéramos, que participáramos… Siempre amé este trabajo de "Dibaxu", luché mucho por él, para volver a hacerlo. Recordarás que la primera versión fue con Eguer Puerto y él, agonizando, me pidió que nunca la dejara de hacer. Y yo quise cumplir con la palabra, no sólo por Eguer sino también por Juan Gelman que es un ser increíblemente generoso, luminoso. Justamente ayer (por el lunes 19) le avisé que estaba en La Plata. Siempre nos escribimos…", le cuenta Aristimuño a "Río Negro"
"Volviendo a la Fiesta, creo que todos los encuentros son positivos, siempre hay un saldo bueno. Es bueno sentir la alegría de un encuentro, sentir que uno no está solo… Pero, fundamentalmente, me da una fuerza que me lleva a hablar con todo el mundo para que se entienda la diversidad cultural del país. Hablan de federalismo, hay muchos discursos, pero me pone muy mal lo implacables que son a veces con el teatro del interior. Hay una especie de parámetro que señala como buenos a los espectáculos parecidos a...", se pone serio Aristimuño para defender las producciones locales.
–Habiendo estado ya en muchas Fiestas -Rafaela, Buenos Aires, Formosa, Chaco-, se ve cómo la región propone cada vez mayor calidad en sus producciones, en las obras que encaran, los riesgos que toman, el trabajo de los actores...
–En la inmensidad tan bella de nuestros paisajes o de nuestras noches estrelladas y tantas historia, la gente ha desarrollado formas propias de supervivencia. También dentro de la cultura. Hay formas de narrar... Nosotros tenemos para contar, contar y contar. Las historias no se terminan nunca en nuestra Patagonia. A estas Fiestas todo el mundo viene con la intención de decir, aquí estoy. Es señalar una presencia, es un grito de alegría por el trabajo, de pasión por lo que hacemos. "Dibaxu" además de una estética, tiene una ética, una ideología. Y además, por lo que dice, de lo que habla, la obra logra como un consenso. Yo, simplemente, estoy cumpliendo mi rol de artista, estoy sentando mi posición en el mundo. Con mi equipo de trabajo estamos diciendo eso sobre la memoria, la creación. Y la gente que da con el teatro no debe dejar de decir cosas, de provocar reflexión. Yo quiero hacer un teatro que a mi me gustaría ver. Donde me consideren…
– Inteligente.
–También. Eso… Pienso muchísimo en el espectador. Siempre estoy dejando espacios vacíos para que desarrolle su imaginación, su imaginario. Le doy la posibilidad de elegir las dramaturgias en las escenas visuales. Me gusta el teatro como un arte que necesita del riesgo del espectador. Me parece importantísimo que participe de esto. Nuestro arte está lleno de palabras muy lindas como oficio, talento… Pero, básicamente es trabajo. Trabajo, mucho trabajo…
Eduardo Rouillet
Fuente: Río Negro
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