jueves, 30 de diciembre de 1999

Bajo Ondo

1999 | Videodanza
Estudio LA CASA
Performance ALEJANDRA CERIANI
Música HERNAN HEGHIABERE
Vídeo MARIO CHIERICO


viernes, 17 de diciembre de 1999

Debut y despedida sin saladitos ni champagne

Unico día

Plásticos, músicos, actores y bailarines inauguran y clausuran mañana mismo una muestra multimedia en el Pasaje Rodrigo.

Hace seis años que cada diciembre un grupo de artistas se reúne durante una jornada para mostrar sus trabajos. Artistas plásticos, actores y músicos que con la única intención de hacer una muestra que ofrezca al público diversas posibilidades, convocan desde lo que dieron en llamar "Unico día", que este año se realizará mañana a partir de las 21 en los distintos locales del Pasaje Rodrigo en la calle 51 entre 4 y 5.

La idea del "por única vez" surgió a raíz de la costumbre de la gente de asistir a las inauguraciones de las muestras, a lo que se denomina la "vernisagge", para luego no ir más, por lo que este grupo se propuso entonces inaugurar y clausurar el mostrario el mismo día, sin saladitos ni champagne, y el que se lo perdió...

Multitemática, no hay una idea estética, la ideología pasaría por el hecho de la inauguración. Así lo creen los plásticos Pablo Uro, Andrea Bogdan, Guillermo Pérez Raventós, Gabriel Pérez Raventós, Tu.K.K. E Pelusa, Dina Mascaró, Cabe Mallo, Gabriel Hamamé, Fabio Oliveto, Marcelo Blanco, Pablo Felli, Alejandra Ceriani, Mono Cieza, Adriana Delfino, Mario Bértoli y Facundo Ceraso, que ubicarán sus pinturas, sus esculturas e instalaciones en los distintos locales del Pasaje, donde al mismo tiempo se podrá ver a los grupos de danzas "Nadie sabe" y "Todas chochas", el número de varieté de Cabe Mallo, una escena de teatro protagonizada por Ratón Lozada, Pollo Canevaro, Damián Cellentano, y Federico Dangaus, escuhar a "Grupo soporte" o a "La familia" o la música electrónica que pasen distintos dj' de la ciudad.

"Es un buen paneo al que la gente puede acceder para ver producciones de artistas jóvenes de la ciudad. La gente se va a poder mover por todo el espacio, entrar a un local o a otro, bajar al subsuelo a ver las diapositivas o quedarse parada en un lugar para ver un número teatral. Y todo se termina cuando la gente lo decida", adelantaron los artistas.

Fuente: Diario El Día

domingo, 5 de diciembre de 1999

MUERTE EN VENECIA

"VENECIA", de Jorge Accame, por el Grupo Agallas, integrado por: Mónica Calcagno, Héctor Grimberg, Cecilia Coleff, Claudia Pellegrini, Cora Ceppi y Rubén Gómez Ribot. Escenografía, realización escenográfica, puesta de luces y vestuario: Alejandra Higa, Alejandra Camilión y Gustavo Luchesco. Música: Néstor Salomón. Iluminación: Juan Pablo Mandarano. Técnico de sonido: Osvaldo Sagastibelza. Maquillaje: Matías Coleff. Asistente de dirección: Lorena Pierantoni. Dirección actoral y puesta en escena: Cora Ceppi y Nora Oneto. Pasaje Dardo Roca, Sala "A".
La "Gringa" (Ceppi) es la vieja madama de un prostíbulo de mala muerte de Jujuy. La pobre está achacada, casi ciega y sorda. Tiene una idea fija: ir nada menos que a Venecia a bordo del "Julio Cesare", a reencontrarse con el amor de su vida, el tano "Giácomo" (Gómez Ribot), para pedirle perdón por una mala jugada que le hizo, y así morir en paz con su conciencia y su corazón.

Nada parece más irrealizable que esta travesía. Sin embargo, "Marta", "Rita" y "Graciela" (Calcagno, Pellegrini y Coleff) -las "chicas del burdel-, con la no muy desinteresada ayuda del "Chato" (Grimberg) -un asiduo cliente- le cumplirán el sueño. Sin un centavo pero con ingenio e imaginación, y aprovechando la casi ceguera de la Gringa, este pícaro e improvisado elenco, cual pandilla de chicos reos jugando al "Dale que...", le construyen por arte de magia una Venecia de realidad virtual, con cinco sillas destartaladas, un ventilador cachuzo, una escoba vieja y una palangana de lata.

Tal la simple pero entrañable historia de "Venecia", una obra que rescata valores como la amistad, la solidaridad, las utopías, el apostar a los sueños contra viento y marea, el no darse por vencido ni siquiera en las circunstancias más adversas, el sacar fuerzas de flaqueza y meterle para adelante.

La idea del autor jujeño Jorge Accame no es enteramente original sino que más bien parece inspirada en una bella película que pinta las desventuras y padeceres de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos: "La Otra América" (1995), cuyo verdadero título es "Someone Else's América", es decir, la América de los otros o la América ajena. En este filme del director Goran Paskaljievic, protagonizado por Tom Conti y Miki Manojlovic, un personaje le cumple el sueño a su anciana madre (breve y magnífico trabajo de la inefable María Casares) de regresar a su aldea en España antes de morir. Como la señora no resistiría un largo viaje y además está ciega, su hijo y un amigo le hacen creer que dos viejas butacas de auto son los asientos de un avión que los llevará a destino. El final de la película guarda también un curioso parecido con la obra de Accame.

Hecha esta inevitable salvedad, convengamos que la ambientación de la historia en semejante tugurio resulta muy acertada. Al igual que aquellos pobres inmigrantes indocumentados, estas prostitutas también son unas descastadas, seres marginales a quienes la miseria no ha logrado arrebatarles la alegría ni la generosidad de espíritu.

La escenografía de Higa, Camilión y Luchesco es sumamente sugestiva. Introduce al espectador al mundo onírico que propone la pieza, despegándolo de la sórdida realidad tangible del prostíbulo. La puesta de luces resulta una poderosa aliada en ese sentido.

Las interpretaciones están muy logradas y el desempeño actoral es homogéneo. Cora Ceppi realiza una muy interesante transformación que pone en juego su cuerpo, su mundo emocional, su gestualidad y su voz, dando muestras claras de su ductilidad a la hora de componer. El Chato de Grimberg tiene momentos desopilantes y las tres actrices también saben sacarle el jugo a sus respectivos personajes. Correcta la breve aparición de Gómez Ribot.

La dirección de Cora Ceppi y Nora Oneto otorga agilidad a la puesta, matizándola con humor y picardía, sin descuidar el aura poética que la obra reclama. La marcación actoral ha priorizado la ternura y la ingenuidad en la construcción de los personajes, lo cual los torna creíbles y queribles.

"Venecia": una muy edificante y entretenida propuesta de excelente factura escénica, que logra divertir y conmover.

Fuente: Diario El Día