miércoles, 22 de julio de 1992

A puerta cerrada, publicado en diario La Nación, La Plata

Sartre y la angustia frente a la libertad

María Elena Chirico
Foto de Carlos Guzmán

"Sartre es el prodigio resultado de una asociación interior entre lo que ha sido y lo que pudo hacer con ello. Una hermosa asociación de la mano izquierda con la mano derecha" comentaba Jean Louis Barrault, quien lo conoció en 1941 debido a su primera pieza "Las moscas". Sartre, premio nobel de literatura en 1967, es seguido por los jóvenes siempre, por ser un hombre que vivió aunando su pensamiento filosófico con su vida cotidiana. Mantuvo esa fidelidad en las ideas, ese "existencialismo" humano que señala errores y prejuicios aún sin corresponder. Sus obras de teatro "Las manos sucias", "La mujerzuela respetuosa", "El diablo y dios", "Muertos sin sepultura" y "Los secuestradores de Altona" sostendrán que el hombre es lo que se hace y se define.
En "A puerta cerrada" volvemos a encontrar al hombre angustiado frente a una libertad que lo condena.
Un juego de espejos
Se inicia la puesta con un juego para la imaginación. Como en un teatro negro se mueven formas blancas, que danzan, aúllan y pueden ser fantasmas, sombras, pájaros, flores vivas o muertas. Todo lo que el espectador quiera colocar en ellas. Irrumpen tras un portazo, uno a uno, los personajes sartrianos. La adaptación y puesta en escena es refrescante. Es un juego de espejos. Con sutil inteligencia y esforzado trabajo de equipo han sabido manejar sus capacidades actorales hallando con justeza, el toque distintivo de cada personaje.
Desde el maquillaje, el cuerpo como energía fascinante y ritualizada, el espacio escénico circunscripto a lo funcional, simplifican a Sartre. El espectador no halla tropiezos para la reflexión y comprensión del texto.
El equipo "Ego Sum Qui Sum" contruye, deshace, escapa. Son marionetas en la vida y en la muerte. Componen la mirada interna de Sartre. La idea filosófica. Es su espíritu en un campo físico reconocible para el argentino. Los tres personajes son seres mutantes, con impulsos orgánicos, entretejidos con sensaciones que ponen de manifiesto lo primitivo y lo contaminado.
Espejos
"Yo sentí el horror de los espejos/ no sólo ante el cristal impenetrable/ un imposible espacio de reflejos... gritó desde el poema Jorge Luis Borges. "A puerta cerrada" es un laberitnto de mil noches. Los personajes compuestos con tanta profesionalidad y búsqueda por Ernesto Meza, Liliana Alegre y Miriam Martínez, borran los límites entre la fantasía y la realidad. Esa vertiente sartriana de lo sobre natural en ningún momento pasa por lo poético, más bien por lo truculento, la pasión, las carencias, una manera alienada de comportamiento.
Esta puesta y adaptación de Diana Fainstein, muestra el medio ambiente como elemento perturbador. Y al paso de la historia de un país como alienante.
La prostituta, la lesbiana y el canalla están unidos por el espanto, el desamor, la indiferencia y la desesperanza.
La puesta también benefició la apertura dialéctica: el hombre es acción, la única realidad y el que posee el poder, la responsabilidad de cambiar o construir la historia.
Merece un párrafo aparte el pasaje donde se unen las dos mujeres. Es una danza, un pensamiento onírico, un momento de máxima tensión dramática.
La unión de las mujeres con el hombre, además de ser una experiencia plástica despojada de convencionalismos, demarca expresividad artística.
Con esta versión de "A puerta cerrada" muchos se reconocerán y a otros les develará un modo de conocerse. Imperdible.

sábado, 18 de julio de 1992

A puerta cerrada, la obra de Sartre, publicado en La Nación, La Plata


Tiempo libre
Opciones para todos los gustos
Teatro
  • Pasaje Dardo Rocha, 50 entre 6 y 7, Sala B, hoy, a las 21, A puerta cerrada, de Jean-Paul Sartre, interpretada por el grupo Ego Sum Qui Sum. La obra cuenta con auspicio de la Alianza Francesa.
  • domingo, 12 de julio de 1992

    Los monstruos y su máquina voladora, Clarín

    EXTRAÑOS MONSTRUOS
    Infantil realizado con muñecos y actores.

    Sus responsables (Leandro Panetta y Javier Zetner) se refieren a "Los monstruos y su máquina voladora" como "un engendro paratelevisivo cuya mayor virtud es no parecerse a ningún otro programa dirigido a púberes". Sketchs de historietas, pandillas de títeres y distintas parodias, conforman este extraño núcleo de este ciclo donde, juran "no se realiza ni un sólo reportaje audaz". (Los monstruos y su máquina voladora, Canal 2, a las 18)