miércoles, 20 de noviembre de 2002

"El claudicante" ganó el primer premio en la Fiesta Provincial de Teatro

El primer premio de la Fiesta Provincial de Teatro, que este año se llevó a cabo en Tornquist, organizado por la Comedia de la Provincia, fue para el espectáculo "El claudicante", presentado por el grupo platense "La Gotera", con dirección de Febe Chaves, también autora de la obra, y un elenco conformado por Alejandra Vignasco, Ciro Colli y Diego Aroza. La escenografía e iluminación estuvo a cargo de Ana María Zuccheri y la musicalización corrió por cuenta de Daniel Emilio Reinoso.
La primera mención correspondió a "Sueño de una noche de verano", de William Shakespeare, por el Banfield Teatro Ensamble, de Lomas de Zamora, con dirección de Nelson Valente; y la segunda mención fue para "La secreta obscenidad de cada día", de Marco Antonio de la Parra, dirigida por Hugo Kogan, del grupo La Granada de Mar del Plata.
Otras distinciones fueron en las categorías "dramaturgia bonaerense", a Jorge Paladino, por la obra "Horas de visitas", grupo Teatro de las Ollas, de San Miguel; "revelación masculina", Gustavo Teijeiro, por "The Partener", de Mauricio Kartum, de Gente de Teatro, de Bragado; "revelación femenina", Florencia Sacchi, por "Cuentos de amor", de Lanús; "labor actriz", Susana Delgado, por "Coronación", Grupo Alquimia de San Isidro; "labor actor", Gustavo Pardi, por "Sueños de una noche de verano", de Lomas de Zamora; y "labor dirección", Febe Chaves por "El claudicante", de la ciudad de La Plata.

Fuente: El Día

sábado, 16 de noviembre de 2002

La atracción de vivir en el mundo animal

"Quietito, Pericles". Intérprete: Javier Guereña. Ambientación y vestuario: Analía Seghezza. Dirección, musicalización y puesta en escena: Gustavo Vallejos. En El Doble.

Nuestra opinión: bueno

Esta propuesta del grupo Devenir llega de la ciudad de La Plata. Devenir comenzó su actividad en la década del 80 formando parte de un fuerte movimiento de teatro independiente que se consolidó después de la dictadura militar. Sus trabajos siempre han estado ligados a la investigación y en los últimos años, Gustavo Vallejos, su director, desarrolla un trabajo cuya base está en la antropología teatral pero que sigue ciertas líneas que lo emparientan con el entrenamiento del fútbol.

"Quietito, Pericles" forma parte de una trilogía de textos creada por el mismo Vallejos. Esta es la segunda de esas producciones y aquí el autor propone reflexionar sobre la condición del ser contemporáneo a partir de la historia de un hombre que ha decidido transformarse en perro.

El protagonista, a través de escenas breves, va mostrando su nueva realidad y deja muy en claro su necesidad de apartarse de los hombres para entrar en un mundo animal donde algunos valores parecerían rescatar, todavía, la condición de un ser viviente.

El espectáculo se apoya básicamente en el actor y es su cuerpo el que continuamente vitaliza una acción que aporta más y más datos sobre la conducta de ese nuevo animal (no termina de ser humano, ni tampoco perro) que ocupa la escena.

Si bien el texto pierde por momentos contundencia dejando de lado la metáfora y aludiendo a la realidad argentina en forma directa, el espectador será sorprendido por el trabajo del intérprete, que alcanza picos verdaderamente interesantes.

Profunda investigación

Javier Guereña ha realizado una muy profunda investigación sobre la conducta perruna. Sus movimientos, sus pequeños gestos, así lo demuestran. Sintetiza en su cuerpo, de manera llamativa, las contradicciones de ese personaje que sale de una condición para meterse en otra, pero debe aprender a convivir con sus nuevos compañeros de ruta y hasta descubre que algunas cosas no puede incorporarlas, porque no tienen que ver con su idiosincrasia.

La dupla Vallejos/Guereña expone una fuerte experiencia de trabajo que ubica al actor en el centro de la representación y demuestra que su capacidad de transformación basta para dejar reflexionando a una platea.

Carlos Pacheco
Fuente: LA NACION

viernes, 15 de noviembre de 2002

El teatro como un documental

“LOS 8 DE JULIO”, DE B. CATANI Y M. PENSOTTI

Por Cecilia Hopkins


El escenario aún está vacío cuando se ingresa a la sala. Pero en la pantalla ya están proyectándose los testimonios en video. Todas las personas consultadas hablan acerca de cómo está desarrollándose su día. Es 8 de julio y, por lo visto, para ninguna de ellas es un día especial. En cambio, esa fecha es el día del cumpleaños de Alfredo Martín, el actor elegido por los directores Beatriz Catani y Mariano Pensotti para darle forma a éste, el último biodrama del año que se presenta en la Sala Sarmiento, a saber, una propuesta a medio camino entre teatro y documento.

Catani y Pensotti se propusieron trabajar sobre el tema del paso del tiempo. Y para obtener material escénico realizaron singulares preparativos: fueron convocadas dos personas nacidas el mismo día que Martín, a quienes luego se asignaron diferentes tareas a realizar durante seis meses. Desde el escenario, el actor cuenta la experiencia de filmar a toda hora la vida de María Rosa, con la fantasía de encontrar en ella algún eco de sí mismo, en virtud de haber nacido el mismo día. Así, muestra las imágenes obtenidas de esta mujer que, a su vez, fue instada por los directores a pedir que la fotografíen en paseos públicos.

Silvio, el tercero de los participantes, en cambio es incluido en el espectáculo a través de su esposa, la no actriz Alicia de Francini. En su caso, el piloto aeronáutico y también artista plástico debió pintar un cuadro por mes tomando al mismo árbol como modelo. Para todos aquellos que la transitaron, la experiencia debe haber resultado, al menos, pintoresca. En cuanto al resultado escénico, a pesar de la simpatía de Martín y la buena disposición de Alicia, el espectador no encuentra demasiados motivos como para interesarse en los materiales expuestos que, a pesar del tema en común, quedan dispersos sin la contención de un entramado atractivo.

Fuente: Página 12

martes, 12 de noviembre de 2002

Comienza la Fiesta Provincial del Teatro

Hoy quedará inaugurada en la ciudad de Tornquist la Fiesta Provincial del Teatro 2002 organizada por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires. Hasta el próximo domingo, dieciséis elencos provenientes de ocho regiones de la provincia competirán para ser elegidos como representante del teatro bonaerense en la Fiesta Nacional de Teatro que se llevará a cabo en diciembre en Mendoza. La ceremonia de premiación de esta instancia provincial se realizará el domingo a las 18 horas.

Las obras "La muy excelente y lamentable tragedia de Romeo y Julieta", del grupo Stacatto, y "El claudicante", de La Gotera, representarán a la región de La Plata y sus actuaciones serán los días sábado, a las 21, y domingo, a las 15, respectivamente.
Participarán hoy de la apertura de la fiesta la Subsecretaria de Cultura de la Provincia, María Cristina Alvarez Rodríguez, el director general de la Comedia, Jorge Córdoba, director artístico, Roberto Cesán, la directora de montaje técnico Cora Ceppi, los miembros del jurado y los integrantes de los elencos participantes.

"En un año muy difícil para la Comedia, la Fiesta será una muestra de lo mejor del teatro de la provincia, pero también será un lugar de encuentro para los distintos sectores del teatro. En ella se podrá debatir los lineamientos políticos de la Comedia para el futuro", aseguró Jorge Córdoba, director general de la Comedia. "Nuestra postura es que estos espacios deben privilegiar el desarrollo del teatro que identifique a las poblaciones en que se realiza. Creemos que los trabajadores del teatro tienen que estar cerca de las vivencias y problemáticas de sus comunidades. Eso hará que la gente vuelva a llenar las salas para ver espectáculos que reflejen distintos aspectos de su realidad", agregó el funcionario.
Paralelamente a la Fiesta provincial se realizarán talleres. El jueves Norberto Barrutti dictará un taller denominado "Puesta en Escena y Teatro Criollo", y el viernes, Jorge Huertas ofrecerá el taller "Dramaturgia regional y nacional".

Fuente: El Día

jueves, 7 de noviembre de 2002

Rescatable ejercicio de aprendizaje

"Casi ángeles" (Argentina/2001). Dirección y guión: Vanessa Erfurth, Carolina Suárez, Mario Borgna, Manuel Tello y Leonel Compagnet. Con Francisco Puchetta, Julio Chiesa, Adriana Pérez, Gustavo Vallejos, Luis Rende, Víctor Laplace, Sergio Poves Campos y otros. Fotografía: Andrés Senderowicz, Néstor Cattarin y Gabriel Perosino. Música: Mono Cieza. Montaje: Ana Poliak. Duración: 90 minutos.

Nuestra opinión: regular.

El nuevo cine argentino, que involucra a realizadores exitosos y ya premiados internacionalmente, transita por caminos menos mediáticos. Uno de ellos se apoya en obras realizadas por egresados de escuelas de cine, semillero de directores, actores, actrices y técnicos que mucho pueden aportar a esta eclosión del séptimo arte local. Esta vez fueron los egresados de la carrera de cine de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Plata los que se lanzaron al largometraje. Cinco realizadores rodaron un igual número de historias que, sin un hilo conductor común, reflejan el amor, la violencia, la marginalidad y las paradojas de sus protagonistas en la ciudad platense.

"Cacería", la primera de ellas, fue dirigida por Vanessa Erfurth. Trata de un niño que sufre el suicidio de su padre y arrastra el deseo de vengarse. En "Juego de palabras", de Carolina Suárez, un joven marginal, en clave de comedia y patetismo, elabora con un amigo una broma sobre el amor que, cíclicamente, se renovará en otras vidas. "Perdidos", episodio dirigido por Mario Borgna, retrata a un muchacho que se cree capaz de engañar a la policía con un plan que no prospera y que queda como recuerdos que se mezclan con el presente.

"El potrero de Yayo", de Manuel Tello, habla de fútbol, el barrio y un romance primaveral con un protagonista que resume la magia y la inocencia, en tanto que "Con cariño... María José", de Leonel Compagnet, es una trama de engaños en un mundo aburrido y sin esperanzas de futuro.

Hay en estas cinco historias el denominador común de la ternura, de la gracia casi provinciana y de las ilusiones juveniles. Y el deseo de realizar un cine cuya temática sus responsables sueñan con incorporar a las obras producidas en las grandes ciudades. El esfuerzo es enorme y debe ser tenido en cuenta por distribuidores y exhibidores.

"Casi ángeles" es uno de los primeros pasos en este sentido. Si bien los cinco episodios carecen aún de maduración y de sentido poético, sus responsables no deben bajar los brazos y deben continuar ejerciendo su oficio con el siempre invalorable apoyo del estudio y del esfuerzo mancomunado.

Apoyar esta singular aventura es útil y necesario, como también lo es expresar que "Casi ángeles" puede considerarse un ejercicio de aprendizaje que, tanto en lo técnico como en lo actoral, debe fructificar a través de la pasión y de la energía de los responsables de este film sencillo y parejo en sus deficiencias y en sus hallazgos.

Adolfo C. Martínez
Fuente: LA NACION

Estudiantes platenses por cinco

Título original: Casi ángeles

2000
Argentina
Drama
Film - color - 95' - español
Apta mayores de 13 años con reservas

Dirección: Carolina Suárez, Leonel Compagnet, Mario Borgna, Vanessa Erfurth, Manuel Tello
Guión: Carolina Suárez, Carlos Brown, Mario Borgna, Vanessa Erfurth, Manuel Tello
Protagonistas: Julio Chiesa, Adriana Pérez, Luis Rende, Gustavo Vallejos, etc.

Estreno en Argentina
07/11/2002

"Casi ángeles" es el primer largometraje realizado por jóvenes realizadores de la carrera de Cine de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata. Se trata de una producción independiente, que nació como un workshop de la citada carrera de cine, conducido por Daniel Pires Mateus, uno de sus docentes, y con la intervención en las distintas fases del proceso industrial de más de 100 personas, en su mayoría jóvenes estudiantes.

El film pretende reflejar a través de cinco historias el mundo y la problemática de adolescentes y jóvenes del interior y del conurbano bonaerense: según los cinco realizadores, "el amor, la violencia, la marginalidad, la farsa, las paradojas y los dramas que sufren, gozan o simplemente viven los protagonistas de tales historias son pretexto para exponer el imaginario y las particularidades de la ciudad de La Plata".

Un adelanto de las nuevas ideas, aunque en algunos casos podrían soltarse más, con la excusa de ser "aún estudiantes" y permitirse bucear en la experimentación. Es el semillero del cine argentino, y eso bien vale el apoyo.

Fuente: Fotograma,

sábado, 2 de noviembre de 2002

La compañía platense Devenir está de estreno

Por Carlos Pacheco
Foto: Miguel Méndez

Una de las compañías teatrales más destacadas de la ciudad de La Plata, Devenir, estrenará hoy, a las 21.30, en El Doble (Aráoz 727), su último espectáculo. Se trata de "Quietito Pericles", una pieza de Gustavo Vallejos que cuenta con su dirección y la actuación de Javier Guereña.

Devenir inició su actividad en la década del 80 y en los últimos años el grupo presentó sus experiencias en el interior y en el exterior.

Vallejos, además, en los últimos años ha desarrollado un método de trabajo actoral que está ligado con el entrenamiento futbolístico. Su director de tesis fue el técnico Carlos Timoteo Griguol y parte del trabajo de campo de su investigación la realizó junto al plantel del Club Gimnasia y Esgrima La Plata, cuando Griguol lo conducía.

Vallejos cree en el trabajo grupal, es un apasionado del fútbol y a la vez del teatro, y este estudio le posibilitó unir ambas actividades. "Quietito Pericles" forma parte de una trilogía de textos concebida por Vallejos.

"En esas obras -comenta el director y autor- hay un tema común: el ser argentino. La idea es mostrar cómo fuimos cambiando en los últimos 15 años. Sobre todo la gente de mi generación (el creador tiene 46 años). Cuando se reinstaló la democracia las expectativas por un futuro mejor fueron muchas, pero a medida que las instituciones iban funcionando la cosa fue desmejorando y nosotros nos fuimos adaptando a una serie de palazos que aún hoy nos siguen castigando. En el primer texto hablaba de los inmigrantes argentinos que, cansados del país, se habían ido convencidos de que afuera todo iba a ser mejor. En "Quietito Pericles" la historia muestra a un hombre que tiene un accidente determinado y vive una circunstancia particular en la ciudad, en esta selva en la que vivimos. La idea, en ambos materiales, es tratar de buscar alguna luz posible en este marco de oscuridad en el que vivimos y nos desarrollamos."

La última parte de la trilogía está en preparación y allí el protagonismo lo tiene la muerte. "La muerte argentina -enfatiza Vallejos-, que es muy diferente de otras, porque tiene un campo de estudio más amplio y más doloroso."

Renzo Cassali y Eugenio Barba

La formación de Vallejos está muy ligada a los postulados de la antropología teatral de Renzo Cassali y Eugenio Barba. Ese es el punto de partida que lo lleva a creer en la necesidad de un entrenamiento actoral muy riguroso.

Su investigación comenzó en 1994 con "Diario de a bordo", versión de "En altamar", del polaco Mrozec, y luego la continuó en "Drácula", de Marcelo Marán, que fue protagonizada por Juan Palomino y Mara Besteli en 1998.

"La idea del método -aclara- es que el actor trabaje con mayor libertad y pueda discutir con un director no sólo a nivel intelectual sino imaginativo. Intentamos encontrar un intérprete que básicamente desarrolle su imaginación, que tenga mayor creatividad, más soltura y pueda estar capacitado para representar lo que le toque. No siempre los actores encuentran un director creativo, pero si tienen una importante reserva creativa esto los puede ayudar mucho."

Al buscar comparaciones con la técnica futbolística el director pone el siguiente ejemplo: "Un jugador está tácticamente colocado, sabe que tiene un lugar. Es una ventaja en relación con los actores. El actor es él en sí mismo o la obra. El elemento que provoca el juego es la pelota, pero con creatividad y visión de campo ese hombre resuelve las alternativas del juego".

Otro tema importante tiene que ver con la preparación física. Por lo común, un director ensaya con actores que generalmente tienen otra actividad laboral. "Están mal alimentados -acota-, mal dormidos y con muy pocas posibilidades de energía creativa. En un comienzo lo que proponemos es componer a ese actor y después tratamos de darle un ordenamiento físico, es necesario que reconozca los grupos musculares que operan cuando actúa, por ejemplo, y tenga posibilidades de una concentración mayor."

Un jugador termina un partido y se entrena para el siguiente. "La intención es volver a cero -finaliza- y desde ahí, en cada nueva función, construir ese grado de emoción para que ese tiempo pueda cambiar al espectador, que es distinto cada noche."

Fuente: LA NACION

viernes, 1 de noviembre de 2002

“Hoy se recuperó la palabra”

RUBEN SZUCHMACHER Y EL QUINTO FESTIVAL DEL ROJAS
El autor y director, coordinador de la edición que comienza hoy, rescata como un valor la actual ausencia de certezas sobre cómo serán las nuevas tendencias. La entrada a las 14 obras es gratuita.

Por Silvina Friera

“Escéptica y ecléctica.” Así define el actor y director Rubén Szuchmacher a Buenos Aires, una ciudad que alberga y multiplica proyectos teatrales de una diversidad inclasificable. La quinta edición del Festival del Rojas, que comienza hoy a las 22 con La fotito, dirigida por Sandra Flomenbaum, aglutina un universo amplio y representativo de obras de teatro, teatro musical y danza de los artistas jóvenes de la ciudad y de las provincias. “Podría decir que en la Argentina se crea por desesperación, pero gente desesperada hay en todas partes del mundo. Es cierto que en sociedades menos abastecidas hay ciertas disciplinas como el teatro, que requieren de poco para ser hechas. Pero los peruanos están tan desesperados como nosotros y no tienen la misma calidad que el teatro argentino. Nos cuesta explicar este fenómeno porque estamos metidos en el baile”, sostiene el coordinador general del festival.

Hasta el 28 de setiembre, el Festival del Rojas estrenará ocho obras de teatro, cuatro de danza y dos de teatro musical, todas con entrada gratuita (Corrientes 2038). Entre las novedades se destacan una retrospectiva en video de obras del Periférico de Objetos –un modo de homenajear a uno de los grupos más representativos de la década pasada–, un puñado de obras semimontadas de autores egresados de la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid (Resad) y lecturas de poemas de dramaturgos de la nueva generación de autores (Lola Arias, Beatriz Catani y Walter Rosenzwit, entre otros).
“Las piezas fueron seleccionadas sobre una base de convicción de calidad. Sin embargo, nosotros como curadores no intervenimos en la construcción final y, prácticamente, ninguna de las obras estaba terminada al momento de ser curada. Quiero ver lo que pasó entre el proyecto y la representación, qué se escucha y percibe. Afortunadamente, en un sentido positivo, se diluyeron ciertas líneas hegemónicas dentro del teatro independiente”, señala Szuchmacher a Página/12. “Todavía es prematuro pensar que las obras del Festival contengan señales claras de un cambio. El teatro que se muestra en Buenos Aires tampoco tiene la marca de la crisis, no se percibe de una manera evidente. Se pueden ver algunos reflejos en la pobreza de las producciones, en el abaratamiento de los costos, en la falta de dinero”, aclara. “Ni la revista es lujosa en este momento, porque el lujo en algún punto se volvió ofensivo.”

–¿Por qué las obras de teatro no tienen rastros evidentes de la crisis?

–El arte siempre va más lento que la realidad. Yo desconfiaría de una expresión inmediata porque el arte necesita de una elaboración diferente, de un tiempo distinto. No es por falta de interés de los artistas sino porque los procesos son digeridos más lentamente. La historia es uno de los temas que se viene porque fue absolutamente desechado durante los ‘90, a nadie se le hubiera ocurrido hacer algo sobre la historia en términos estrictos. El éxito de Copenhague tiene que ver con la relación entre historia y verdad, de analizar la historia como un campo de lo transformable. Las cosas no fueron inevitables sino que sucedieron por algo. Esta es la idea de la historia que empieza a aflorar en varios artistas, como Alejandro Tantanian y Marcelo Bertuccio. Está en los bolsillos, en las máquinas o en las computadoras, todavía no salió, no se termina de expresar. Otra de las ideas es volver a la política como tema. El teatro es una expresión política, más allá del contenido de la obra.
–¿Cómo percibe el presente teatral... es un período de cuestionamientos?

–Es un momento de baja mar. Después de lo que significó el Caraja-jí y la Nueva Dramaturgia del Periférico estamos sumergidos en un contexto de institucionalización de esa novedad. El sistema teatral en su conjunto lo ha puesto en valor, por eso le cuesta comprender dónde está lo innovador. Los nuevos artistas, la mayoría de los más interesantes, provienen detalleres y cursos con esta generación anterior. Por la rapidez de la Argentina, y de Buenos Aires, las generaciones teatrales se renuevan cada cinco años. A veces, una de las cosas que hace mal el sistema teatral es que apuesta todas sus fichas a un determinado valor y le cuesta entender otros valores subyacentes. La producción se suele leer desde un parámetro establecido hasta que aparece un viento que arrasa con todo. A la crítica teatral que ensalzó los ‘80 le costó vislumbrar que nuevamente había aparecido el teatro de autor. No sé por dónde se abordará lo teatral y me parece bueno no saberlo.

–¿Es una etapa de desconcierto sobre las tendencias que predominarán en los próximos años?

–Sí, el teatro, como la realidad misma, puede ir hacia lugares diversos. Hay claves como un mayor cuidado escénico, una vuelta a la comprensión de lo dramatúrgico, aunque no sea teatro de autor. Hubo muchas obras que pasaban en países extraños, una temática de lo que se llamó la nueva dramaturgia. También era frecuente la citación de la literatura dentro del teatro, que hacía referencia a la palabra o las formas del habla. Con la generación de los ‘90 se volvió a restaurar el valor de la palabra en el teatro y al mismo tiempo se superó el trauma de haber despreciado lo textual que habían tenido las generaciones anteriores, que renegaban de los textos. Además se recuperó una integralidad de miradas, el regreso de algo muy primigenio como la multiplicidad de tareas en el teatro, que si bien estaba presente en los ‘80, en los ‘90 se manifiesta más claramente porque puede nombrarse autor. Por más que Urdapilleta y Batato hacían unos textos maravillosos nunca hubieran reconocido la presencia de un texto, como teatro de autor, porque ellos sostenían que hacían, básicamente, teatro de actor.

Fuente: Página 12