jueves, 30 de diciembre de 1999

Bajo Ondo

1999 | Videodanza
Estudio LA CASA
Performance ALEJANDRA CERIANI
Música HERNAN HEGHIABERE
Vídeo MARIO CHIERICO


viernes, 17 de diciembre de 1999

Debut y despedida sin saladitos ni champagne

Unico día

Plásticos, músicos, actores y bailarines inauguran y clausuran mañana mismo una muestra multimedia en el Pasaje Rodrigo.

Hace seis años que cada diciembre un grupo de artistas se reúne durante una jornada para mostrar sus trabajos. Artistas plásticos, actores y músicos que con la única intención de hacer una muestra que ofrezca al público diversas posibilidades, convocan desde lo que dieron en llamar "Unico día", que este año se realizará mañana a partir de las 21 en los distintos locales del Pasaje Rodrigo en la calle 51 entre 4 y 5.

La idea del "por única vez" surgió a raíz de la costumbre de la gente de asistir a las inauguraciones de las muestras, a lo que se denomina la "vernisagge", para luego no ir más, por lo que este grupo se propuso entonces inaugurar y clausurar el mostrario el mismo día, sin saladitos ni champagne, y el que se lo perdió...

Multitemática, no hay una idea estética, la ideología pasaría por el hecho de la inauguración. Así lo creen los plásticos Pablo Uro, Andrea Bogdan, Guillermo Pérez Raventós, Gabriel Pérez Raventós, Tu.K.K. E Pelusa, Dina Mascaró, Cabe Mallo, Gabriel Hamamé, Fabio Oliveto, Marcelo Blanco, Pablo Felli, Alejandra Ceriani, Mono Cieza, Adriana Delfino, Mario Bértoli y Facundo Ceraso, que ubicarán sus pinturas, sus esculturas e instalaciones en los distintos locales del Pasaje, donde al mismo tiempo se podrá ver a los grupos de danzas "Nadie sabe" y "Todas chochas", el número de varieté de Cabe Mallo, una escena de teatro protagonizada por Ratón Lozada, Pollo Canevaro, Damián Cellentano, y Federico Dangaus, escuhar a "Grupo soporte" o a "La familia" o la música electrónica que pasen distintos dj' de la ciudad.

"Es un buen paneo al que la gente puede acceder para ver producciones de artistas jóvenes de la ciudad. La gente se va a poder mover por todo el espacio, entrar a un local o a otro, bajar al subsuelo a ver las diapositivas o quedarse parada en un lugar para ver un número teatral. Y todo se termina cuando la gente lo decida", adelantaron los artistas.

Fuente: Diario El Día

domingo, 5 de diciembre de 1999

MUERTE EN VENECIA

"VENECIA", de Jorge Accame, por el Grupo Agallas, integrado por: Mónica Calcagno, Héctor Grimberg, Cecilia Coleff, Claudia Pellegrini, Cora Ceppi y Rubén Gómez Ribot. Escenografía, realización escenográfica, puesta de luces y vestuario: Alejandra Higa, Alejandra Camilión y Gustavo Luchesco. Música: Néstor Salomón. Iluminación: Juan Pablo Mandarano. Técnico de sonido: Osvaldo Sagastibelza. Maquillaje: Matías Coleff. Asistente de dirección: Lorena Pierantoni. Dirección actoral y puesta en escena: Cora Ceppi y Nora Oneto. Pasaje Dardo Roca, Sala "A".
La "Gringa" (Ceppi) es la vieja madama de un prostíbulo de mala muerte de Jujuy. La pobre está achacada, casi ciega y sorda. Tiene una idea fija: ir nada menos que a Venecia a bordo del "Julio Cesare", a reencontrarse con el amor de su vida, el tano "Giácomo" (Gómez Ribot), para pedirle perdón por una mala jugada que le hizo, y así morir en paz con su conciencia y su corazón.

Nada parece más irrealizable que esta travesía. Sin embargo, "Marta", "Rita" y "Graciela" (Calcagno, Pellegrini y Coleff) -las "chicas del burdel-, con la no muy desinteresada ayuda del "Chato" (Grimberg) -un asiduo cliente- le cumplirán el sueño. Sin un centavo pero con ingenio e imaginación, y aprovechando la casi ceguera de la Gringa, este pícaro e improvisado elenco, cual pandilla de chicos reos jugando al "Dale que...", le construyen por arte de magia una Venecia de realidad virtual, con cinco sillas destartaladas, un ventilador cachuzo, una escoba vieja y una palangana de lata.

Tal la simple pero entrañable historia de "Venecia", una obra que rescata valores como la amistad, la solidaridad, las utopías, el apostar a los sueños contra viento y marea, el no darse por vencido ni siquiera en las circunstancias más adversas, el sacar fuerzas de flaqueza y meterle para adelante.

La idea del autor jujeño Jorge Accame no es enteramente original sino que más bien parece inspirada en una bella película que pinta las desventuras y padeceres de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos: "La Otra América" (1995), cuyo verdadero título es "Someone Else's América", es decir, la América de los otros o la América ajena. En este filme del director Goran Paskaljievic, protagonizado por Tom Conti y Miki Manojlovic, un personaje le cumple el sueño a su anciana madre (breve y magnífico trabajo de la inefable María Casares) de regresar a su aldea en España antes de morir. Como la señora no resistiría un largo viaje y además está ciega, su hijo y un amigo le hacen creer que dos viejas butacas de auto son los asientos de un avión que los llevará a destino. El final de la película guarda también un curioso parecido con la obra de Accame.

Hecha esta inevitable salvedad, convengamos que la ambientación de la historia en semejante tugurio resulta muy acertada. Al igual que aquellos pobres inmigrantes indocumentados, estas prostitutas también son unas descastadas, seres marginales a quienes la miseria no ha logrado arrebatarles la alegría ni la generosidad de espíritu.

La escenografía de Higa, Camilión y Luchesco es sumamente sugestiva. Introduce al espectador al mundo onírico que propone la pieza, despegándolo de la sórdida realidad tangible del prostíbulo. La puesta de luces resulta una poderosa aliada en ese sentido.

Las interpretaciones están muy logradas y el desempeño actoral es homogéneo. Cora Ceppi realiza una muy interesante transformación que pone en juego su cuerpo, su mundo emocional, su gestualidad y su voz, dando muestras claras de su ductilidad a la hora de componer. El Chato de Grimberg tiene momentos desopilantes y las tres actrices también saben sacarle el jugo a sus respectivos personajes. Correcta la breve aparición de Gómez Ribot.

La dirección de Cora Ceppi y Nora Oneto otorga agilidad a la puesta, matizándola con humor y picardía, sin descuidar el aura poética que la obra reclama. La marcación actoral ha priorizado la ternura y la ingenuidad en la construcción de los personajes, lo cual los torna creíbles y queribles.

"Venecia": una muy edificante y entretenida propuesta de excelente factura escénica, que logra divertir y conmover.

Fuente: Diario El Día

domingo, 28 de noviembre de 1999

Teatro: la aventura del hombre

2000. EL SIGLO QUE SE VA / EL MILENIO QUE VIENE: DESDE LOS MISTERIOS MEDIEVALES HASTA EL ABSURDO Y LA NEGACION DEL LENGUAJE
La tragedia y el ridículo conviven en los escenarios. El teatro se prepara para el siglo que viene destruyendo modelos, transgrediendo las fronteras de los géneros y utilizando nuevas tecnologías.

OLGA COSENTINO

Stanislavsky y Grotowski, dos maestros de la renovación teatral contemporánea, fueron blanco de ironías en uno de los sketches televisivos de Alberto Olmedo, en los años 80. Desopilante para algunos, insolente para otros, el cómico argentino no hacía otra cosa que señalar, en un lenguaje simple pero de eficaz histrionismo, la fragilidad de todo prestigio o investidura. No decía nada nuevo ya que el teatro actual, desde sus formas más bastardas a las más exquisitas, está marcado por la intuición de que ya no hay verdades definitivas ni figuras intocables. en el siglo que termina, una de las cuestiones centrales fue, precisamente, la caída de los dioses. Esperando a Godot (God = Dios, quieren leer algunos), de Samuel Beckett, tradujo ese desencanto a su expresión dramática más acabada. La obra, que se estrenó en 1953, sintetizaba la conciencia colectiva posterior a la Segunda Guerra Mundial: el desvanecimiento de la esperanza en alguien o algo -un mesías, un líder, una doctrina- que viniera en auxilio de la Humanidad. No obstante, como Vladimiro y Estragón, los mendigos metafísicos de la obra de Beckett, la criatura humana insiste en aferrarse a alguna idea salvadora. Y ya en los umbrales del tercer milenio, esa idea parece llegar de la mano del progreso tecnológico, con la ilusión de que el hombre ha devenido su propio dios. O como intuyó Goethe hace más de un siglo y medio, que ha pactado con el demonio. Cualquiera de estas dos alternativas están implícitas en la versión de su monumental Fausto, que acaba de llevar a escena el grupo catalán La Fura dels Baus, en su Fausto Versión 3.0, que se vio en Buenos Aires en setiembre.

El espectáculo, que incorpora los lenguajes de la imagen digital, los rayos láser o el sonido multidireccional, muestra al hombre en la era de Internet: a su disposición está todo el saber del mundo. Sin embargo, todo lo que ofrece la informática es de una desmesura monstruosa. Y el hombre vuelve a experimentar el desconsuelo de su propia pequeñez. El mismo desamparo que lo llevó, a comienzos del milenio que termina, a crear un teatro religioso y eminentemente poético. En los misterios medievales el hombre asumía su incapacidad para comprender lo misterioso del Universo. El teatro de hoy llega al mismo destino después de haber indagado en la realidad. Y de haber dejado de creer en ella. Una incredulidad que el escenario traduce con la irreverencia impiadosa del humor o con el desgarro de un discurso poético de la atrocidad o el sinsentido. Cerrando el círculo, el teatro de hoy se reencuentra con sus orígenes.

ESCENA UNO: EL HOMBRE FRENTE A DIOS. Temeroso ante lo incomprensible, el hombre del medioevo elevaba los ojos al cielo, abría los brazos, rogaba e inauguraba un rito teatral. Hacia el año 1000, en Europa, el oficio del Viernes Santo incluía representaciones de la Pasión, con diálogos, vestuario y escenografía a cargo de clérigos. De a poco, seguramente para mantener el interés del público, las escenas empezaron a incluir situaciones mundanas, como la Virgen María regateando el precio de los perfumes y óleos con que va a embalsamar a su Hijo. Algunos diálogos ya eran jocosos y la dramatización era expulsada al atrio de la iglesia y después definitivamente a la calle. El teatro alcanzaba carácter de entretenimiento.

ESCENA DOS: EL HOMBRE FRENTE A SI MISMO. Cansado de mirar al cielo y no ser escuchado, el hombre empieza a mirarse a sí mismo y se convierte en su propio espectáculo. La plegaria medieval se convierte en acción durante el Renacimiento. Empieza a valorarse la intriga, la anécdota y las peculiaridades de carácter de cada personaje. La condición humana es el tema central de las historias, que en el caso de la Commedia dell Arte (comienzos del 1600) incluye equívocos, engaños, acrobacias, crítica a los poderosos y una jerga de humor y grosería.Hacia mediados del siglo XVII, Inglaterra genera el que será, hasta hoy, el hito universal más trascendente en la historia del teatro. William Shakespeare sigue siendo el monumento artístico todavía no superado, por la profunda humanidad, la altura poética y la magistral arquitectura dramática de su obra.Pero esta mirada que hace centro en el hombre también abarca, ya en el siglo XIX y comienzos del XX, el movimiento romántico, el realismo-naturalismo, el teatro psicológico y todas las manifestaciones del drama burgués, incluyendo el teatro social o de compromiso político.

El noruego Henrik Ibsen, el sueco August Strindberg, el ruso Antón Chéjov, los norteamericanos Eugene ONeill o Arthur Miller, los irlandeses Oscar Wilde o Bernard Shaw, los italianos Luigi Pirandello o Edoardo de Filippo, los españoles Valle-Inclán o García Lorca, los alemanes Piscator o Bertolt Brecht, o los rioplatenses Florencio Sánchez o Armando Discépolo son sólo algunos de los muchísimos creadores de un teatro que cree en la palabra. Pero también este teatro sobre el hombre la refuta como instrumento de una racionalidad que empieza a valorarse insuficiente o equívoca. Por eso Beckett o Ionesco experimentan con el absurdo, Antonin Artaud con el surrealismo, Tadeusz Kantor o Bob Wilson con el happening, las instalaciones y la ruptura de las fronteras entre los géneros.El teatro europeo penetró en América, sobre todo a lo largo del siglo XIX. En las primeras décadas del siglo XX, los escenarios porteños vieron convivir zarzuelas y revistas a cargo de compañías italianas y españolas en gira, con una naciente dramaturgia nacional. La clase media porteña empezó a llenar las salas teatrales, que ofrecían cuatro o cinco secciones diarias de espectáculos costumbristas, cargados de ironías políticas y cierta picaresca que hoy resulta ingenua.Los temas sociales -la inmigración, el desarraigo, el tango- fueron abordados primero por el sainete, después por el grotesco de Armando Discépolo y por fin por el Movimiento del Teatro Independiente. Un capítulo aparte comienza en 1949 con el estreno de El puente, de Carlos Gorostiza, y toda una generación de autores posteriores (Ricardo Halac, Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Juan Carlos Gené, entre otros) en los que personajes de clase media inducen, desde la anécdota y los diálogos, a la reflexión de social y política.

ESCENA TRES: EL HOMBRE COMO FRAGMENTO DE DIOS. El tercer tramo del milenio es, acaso, el más difícil de definir porque es el que el teatro está transitando. Asumida su esencial fragilidad, el hombre del 2000 ha perdido el miedo. Y como si no tuviera nada que perder, derriba mitos y reformula el concepto de ficción y realidad, niega la palabra, descubre el disparate detrás de la tragedia, renuncia a las salas tradicionales, mezcla géneros, superpone o fragmenta tiempos y espacios, materializa su inspiración con procedimientos industriales o cibernéticos. E insiste, como al principio, el tratar de atrapar lo eterno con la fugacidad del instante poético que a veces -sólo a veces- ocurre durante una representación teatral.


Fuente: Clarín

sábado, 6 de noviembre de 1999

El arte de lo posible

Los niños viejos
Un argentino vive en el extranjero y es convocado para hacerse cargo de la presidencia de nuestro país, a pesar de no tener la más mínima preparación para desarrollar el ejercicio. Es un artista, como los actores que se presentan en el escanario para jugar con los distintos personajes que participan de la acción y ejercen el discurso.
Los nilos viejos es la obra que plantea esta historia que al personaje en cuestión le trae alguna que otra duda aunque también algún conflicto de naturaleza ético moral. Y así como el personaje-candidato a presidente no deja de actuar, tampoco lo hacen los actores que permanentemente intercambian roles y discursos.

"La puesta refuerza la idea de que los actores son gente que están actuando, como el personaje", definió el Cabe Mallo, protagonista junto a Laura Albornoz y también director.
"Como de por sí la idea es complicada -agregó- desde lo visual todo es muy sobrio: no escenografía, blanco, negro y plateado y dos elementos que cumplen múltiples funciones, como para contrastar con lo barroco del texto", apuntó."De hecho, cuando la acción termina, los actores se van y el escenario vuelve a quedar vacío. Y ahí se refuerza la idea del despojamiento".
Abanderado -y pionero- del humor de improvisación, mallo dejó en claro que en Los niños viejos no hay espacio para utilizar ese recurso y que los actores dicen un texto que respetan a rajatablas.
La función tendrá lugar mañana a las 21 en La Fabriquera, en la calle 2 Nº 477.

Fuente: El Día

viernes, 5 de noviembre de 1999

Alto impacto

TEATRO EXPERIMENTAL
La experimentación parece ser un sello del teatro argentino. Y en este momento hay en cartel obras que echan mano a imágenes impactante y situaciones límite, a mitad de camino entre el experimento y el shock. Aquí, un repaso a las puestas más radicales de las últimas temporadas y diversas opiniones sobre la cuestión.


IVANA COSTA

Si hay algo por lo que se destaca el teatro argentino dentro del teatro del mundo, si hay que buscar razones para explicar su presencia en festivales internacionales como los de Aviñón, Berlín, Barcelona, Manizales, Cádiz o Madrid, es por su altísimo nivel de experimentación. A falta de un sistema de fomento que institucionalice su lugar en la cultura, los creadores argentinos agudizan su mirada en busca de expresiones nuevas, más bellas, más eficaces, más contundentes.Sólo en Buenos Aires, de un año a esta parte se presentaron obras sin escenografía ni utilería ni iluminación, piezas en las que actúan ratas o gallinas. Intérpretes con distintos impedimentos físicos. Adaptaciones de textos que no nacieron para ser representados. Actores que se balancean a 50 metros de altura, actrices que orinan a centímetros de la platea, o que simulan transfusiones sanguíneas a la vista del público. Se trata de experimentos a riesgo. A riesgo de actores, dramaturgos, directores y también a riesgo del espectador. Como ocurre en el ámbito de la ciencia, no siempre la esforzada investigación alcanza resultados positivos. O la explosiva novedad que se preveía se reduce a un fogonazo intrascendente. O sucede que pasará mucho tiempo hasta que eso que aparecía como producto oscuro e inasible se convierta en semilla de nuevos lenguajes.

EN CARTEL. Entre los espectáculos actualmente en cartel, Cuerpos Abanderados, de Beatriz Catani, resulta uno de los más provocadores por la cantidad de efectos exhibidos. Encerradas en la penumbra de una inquietante cooperativa, dos hermanas tratan de escapar de la epidemia y la persecución que amenazan desde el exterior. Una tercera actriz reproduce, mediante la manipulación de dos ratas que se apretujan en una pecera, la situación sin salida de las hermanas. Cuando esta tercera actriz ahoga una rata, el público intuye que algo trágico le espera a las protagonistas. Si bien Cuerpos Abanderados trabaja sobre las propiedades expresivas de un cierto lenguaje, Catani (autora y directora) cuenta que el espectáculo se terminó de armar durante un año de trabajo con las actrices porque el objetivo era borrar todo estilo de actuación tradicional para lograr verosimilitud: Necesito creer eso que veo, que el texto sea verdad en las actrices.Ese objetivo llevó a incluir ratas vivas y muertas en escena, un actor que está inmóvil y completamente desnudo durante toda la función y las actrices haciendo sus necesidades: Quiero que el espectador se sienta espiando un universo femenino, y la mezcla de efectos de realidad en la ficción es una forma de involucrar más al público: la idea es investigar hasta dónde se puede tirar de esa cuerda y seguir sosteniendo la ficción.

Aunque el resultado de su búsqueda es radicalmente diferente, el dramaturgo Javier Daulte y la actriz Gabriela Izcovich tenían una meta muy parecida cuando empezaron a gestar, hace casi un año, el espectáculo Faros de color. Esta pieza es interpretada por tres actores sin apoyo escenográfico, sin utilería, desprovistos incluso del amparo de la luz en escena. La investigación se concentró en la actuación -dice Izcovich-: creemos y defendemos una actuación real, verdadera, convincente. Quisimos extremar el concepto de verosímil -dice Daulte- pero deshaciendo la ilusión de conseguirlo con elementos que no fueran el solo poder convocante del actor. Un actor que tiene absoluta certeza de lo que dice vuelve verosímil lo imposible.Federico León comparte la misma preocupación por la presencia de realidad en la representación (una búsqueda heredada de la vanguardia que hizo pie en el mítico Di Tella en los 60). En su última obra, Mil quinientos metros sobre el nivel de Jack, hay una actriz que se la pasa sumergida en una bañera, hay un actor de 11 años que dice un monólogo clave, hay agua que rebalsa hasta tocar los pies del público: Son elementos que encierran riesgo en la repetición -dice León-, y son en cierta forma incontrolables. Esos estados que uno supone irrepetibles crean un presente escénico, construyen realidad.

EXPERIMENTOS POR DOQUIER. La diosa, performance que lleva dirección de Leonor Manso, se concretó atendiendo a otra realidad: la social y la surgida del producto de una singular investigación sobre lo femenino. De La diosa participan doce actrices que se acercaron a Manso, más una veintena de actores invitados, incluyendo adolescentes que tocan rock en vivo y hasta un bebé, el pequeño Rocco Campochiaro, hijo de actores, que interpreta su propio nacimiento. No tenía el rigor profesional de una obra convencional -cuenta Manso-, pero necesitábamos plasmarlo en un producto comunitario. Atendiendo a esa vocación, La diosa no cobra entrada: trueca localidades por alimentos destinados a comedores barriales.Hay muchos otros artistas que hoy pueden encuadrarse en lo que llamamos teatro experimental. La recreación que hace La Pista 4 de la poesía de Perlongher, la huella trágica que deja el humor corrosivo del dúo Urdapilleta y Tortonese, el incesante trabajo que hace Rafael Spregelburd sobre las estructuras del texto dramático, los intentos de Miguel Guerberoff por reunir a Beckett con la música contemporánea o los hallazgos de Eva Halac en la mezcla de actores con marionetas son ejemplos de esta fecunda tarea de laboratorio. Como lo son también la sátira desmesurada y polifónica de Pornografía emocional, de José María Muscari, la particular atención al lenguaje que muestran algunas piezas de Marcelo Bertuccio e Ignacio Apolo o la mecánica simple y certera de obras como Venecia, de Jorge Accame (nacida de un experimento al cabo de un taller de dramaturgia). por suerte, compañías como El Periférico de Objetos (que trabajó con excelentes resultados el uso expresivo de muñecos y otros objetos) y De la Guarda (que les dio una vuelta de tuerca lúdica y onírica a las técnicas de teatro físico) siguen probando a pesar de haber alcanzado una fama internacional que les permitiría descansar sobre sus trabajos anteriores.

EFECTOS COLATERALES. Los intentos de construir realidad en la representación por medio de efectos esconden peligros y contraindicaciones. Sobre todo cuando se involucra al espectador en situaciones que comprometen pudor, espanto, asco, conmoción o temor por su propia seguridad. Cuando se lo participa de experiencias que lo dejan afuera de todo debate. O cuando se lo pone frente a animales: las ratas de Cuerpos abanderados, la gallina degollada en Zooedipous de El Periférico de Objetos, o los cerditos que usaba La Organización Negra en su legendario La tirolesa.La atención a estos efectos, que tienen naturalmente una intención provocadora, puede capturar definitivamente la atención del espectador, desviarlo de la ficción e inclusive perderlo. Y algunos creadores corren el peligro de cifrar altas expectativas en el resultado del proceso y perder perspectiva crítica acerca de sus logros.¿Puede un espectador discernir de antemano si lo que va a ver es parte de una legítima experimentación o una provocación destinada a morir en los pliegues de una memoria piadosa? En parte, la respuesta la dará un modesto sentido del gusto. Pero el veredicto definitivo lo dará el tiempo. Paciencia, entonces: algunos de estos ensayos están llamados a germinar el teatro de los días por venir.


Fuente: Clarín

Cynthia Pierce: el teatro como ida y vuelta

Staccato es una palabra de origen italiano que significa "destacado". Se usa como término musical para indicar que en una serie de notas rápidas, debe destacarse cada una de las demás.

No deja de ser simbólico entonces, que nuestra ciudad poblada de grupos independientes teatrales, quienes componen éste (tres mujeres jóvenes) haya elegido Staccato.

Esto por supuesto las compromete en la búsqueda de su expresión dramática y ellas lo asumen con sencillez, humildad y trabajo constante. Para desarrollar ese "destaque" elegirán una obra de un argentino, radicado hace años en España llamado Rodrigo García y escribió, entre otras tantas cosas, "Matando horas".

Cynthia Pierce, María Laura Belmonte y Bettina Giorno desde septiembre de este año en el Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero, ámbito que pertenece a La Gotera, en las calles 13 y 71, y sábados y domingos a las 21.30 y 20.30 respectivamente, estrenaron este espectáculo. El mismo cuenta con la presencia de Víctor Hugo Fernández, quien según la Pierce, hace las veces de vestuaristas, escenógrafos y... "es casi todo lo demás, agrega".
Lo de Staccato parecería no haber sido en vano su elección, ya que en el último Certamen Regional de teatro organizado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, recibió una mención especial "a la rigurosidad estética" que el jurado vió "Matando horas".

Cynthia Pierce, que en esta oportunidad es la directora del producto, viene de haber compartido trabajos con el Grupo Devenir con una serie de espectáculos callejeros.

Claro, que la Pierce también es egresada de nuestra Escuela de Teatro en el año '94. Lo hizo con una obra de Federico García Lorca "Así que pasen 5 años". "Todas nosotras transitamos por la Escuela", recuerda. "Antes hice 2 años de Diseño Gráfico, pero cuando me tocó elegir, fue el teatro, quizás entusiasmada por mi hermana. Desde chica quise ser maestra. El teatro no estaba en mis planes de vida. Soy una agradecida de la escuela porque de cada maestro y aprendí el poder de la elección. Esto lo vi cuando me fui. De la Escuela también me sirvió haber conocido gente".

Cynthia Pierce arriesga en nombre de su grupo que no tenemos grandes ideologías ni pensamientos, pero si sabemos los que nos gusta hacer. Resalta un momento, un sonido en algún momento.

"No pretendemos ser lo mejor sino lograrlo con el trabajo.Esto nos llena de orgullo acota finalmente".

Matando horas, obra que mañana y pasado estrenará la nueva sala de la Filial de Actores de nuestra ciudad de las calles 4 entre 49 y 50, habla sobre las preguntas que en algún momento de la vida se hace una mujer para seguir viviendo.

Cynthia Pierce dice que la pasión por el teatro "no es aquello mágico e intangible que pensamos como producto de ser actrices, sino hacer lo que se quiere en la vida, y esto es lo verdaderamente pasional".

Cynthia Pierce termina hablando sobre lo que para ella es el teatro: "A pesar de ser tan simple y trillado, no es nada más que una forma de comunicación. Alguien que mira, otro que representa y un ida y vuelta variando las formas".

Con la puesta en escena de "Matando horas", la delegación de La Plata de la Asociación Argentina de Actores inaugurará mañana su sala de teatro -foto- que llevará el nombre de "Roberto Arlt".

Asimismo, en la casa de la calle 4 Nº 1331 entre 59 y 60, el patio de los artistas será bautizado en la ocasión con el nombre de "Oscar Sobreiro" y el salón de actos con el de "Ricardo Hidalgo". Otro espacio para los elencos de la ciudad.

Fuente: El Día

jueves, 28 de octubre de 1999

EL FESTIVAL NACIONAL ARRANCA MAÑANA EN CORDOBA El teatro del país

Elencos de veintitrés provincias participarán de un maratón escénico hasta el 6 de noviembre.
MARTA PLATIA. Córdoba. Corresponsal.
Desde mañana hasta el 6 de noviembre, Córdoba será la sede del Festival Nacional de Teatro. Elencos de 23 provincias tomarán los escenarios de la ciudad y de algunas localidades del interior cordobés. El maratón promete revivir los días de los legendarios festivales internacionales (el último se hizo en el 94) con sede en esta ciudad, que sucumbieron ante la crisis provincial de 1995.Este nuevo evento abrirá el telón con las palabras de Lito Cruz -director nacional de Teatro- y una fiesta plena de murgas, elencos teatrales callejeros, zanquistas, malabaristas y lanzallamas que rodearán el escenario principal frente a la plaza San Martín.A esa ceremonia estaba invitado Eugenio Zanetti -el cordobés que ganó un Oscar por el diseño de arte del filme Restauración-, quien finalmente no estará presente. Desde Los Angeles, donde reside, Zanetti justificó su ausencia porque coincide con la filmación de una película animada, El camino de Janabad, en Vancouver. Zanetti le envió a Lito Cruz una carta para que lea durante la apertura de la muestra, en la que explica que se siente en deuda con Córdoba.Luego de la inauguración, las nueve jornadas de escena en las tablas se abrirán con Ricardo III, de William Shakespeare, a cargo del elenco TUNSE, de Santiago del Estero, en el Teatro del Libertador, y Agosto, de la Comedia Municipal de Catamarca, en el Real.En las noches que siguen estarán: Infierno de San Juan; Pradera en flor, de Neuquén; La casa, de La Rioja; Eclipse, de Córdoba, y Nocturno hindú, dirigida por Gabriela Izcovich, de Capital FederalTambién mostrará lo suyo la gente de Chaco, con El beso; La Pampa, con 008 se va con la murga; Chubut con Aura, y Corrientes con Una carretilla de música.Desde Santa Cruz, el Taller de Arte traerá La historia de Ana Magnani de la Patagonia y su hija Eva; los teatristas de Jujuy Actores de provincia; San Luis, No hay que llorar, y Río Negro, La luz pendular.Pablo Canedo, director de la Agencia Córdoba Cultura -organismo que, con la gobernación de Juan Manuel de La Sota, reemplaza a la anterior Secretaría de Cultura de la provincia- convocó a todos los directores a Capilla del Monte para planear el próximo encuentro.

Fuente: Clarín

lunes, 18 de octubre de 1999

La reapertura del Teatro Argentino

La reapertura del Teatro Argentino de La Plata es un hecho positivo para la cultura. Consumido por el fuego hace más de dos décadas, este teatro ha renacido con un gran esfuerzo y genera la expectativa de que su escenario pueda recuperar la gloria cultural que tenía en el pasado.La sala fue inaugurada en 1890 y desde siempre ha sido una de las principales joyas de la ciudad de las diagonales. Acompañó el esplendor de la innovadora capital bonaerense y así recibió a cantantes de la talla de Beniamino Gigli y Tito Schipa, a bailarinas como Ana Pavlova y Alicia Alonso, a varios de los mejores pianistas del siglo, como Arthur Rubinstein, Fridrich Gulda y Claudio Arrau.El ocaso de la sala ocurrió en los oscuros tiempos que se vivían en 1977. Un incendio, que se sospecha habría sido intencional, devoró el teatro. Y fue así como ante las llamas cedió la arquitectura de estilo renacentista; la fuerte tradición que había establecido la sala lírica quedó a la intemperie en cuestión de horas. también como signo de los tiempos, la reconstrucción se hizo esperar. Debieron transcurrir más de dos décadas para que La Plata volviera a contar con las puertas abiertas del Teatro Argentino, mucho más que el tiempo que demandó originariamente levantar el teatro.Como ha sucedido con tantas obras públicas, el costo de construcción del teatro ha sido elevado y, dado el tiempo transcurrido y las alternativas inflacionarias vividas durante ese lapso, es difícil de calcularlo ajustadamente.Por otra parte, las incógnitas presupuestarias permanecen. La inauguración del teatro estuvo urgida por el calendario electoral y existen todavía cuestiones administrativas pendientes de resolución para que la institución pueda funcionar a pleno y formular programas de largo plazo, como es común en este tipo de teatros.Es de esperar, por lo tanto, que la actividad de la nueva sala esté a la altura de lo que se anuncia y que el público no deba sufrir una decepción.En la medida en que el Argentino pueda desarrollar su tarea, el país contará con un nuevo ámbito en el cual los mejores artistas de nuestro país y del extranjero puedan ofrecer su arte en más de un escenario calificado y ante públicos diferentes.Una sala lírica de estas características puede posibilitarles a los vecinos de una capital provincial el acceso a espectáculos operísticos y musicales.En suma, el Teatro Argentino puede llegar a cumplir una importante tarea cultural, especialmente en lo que se refiere a la diversificación de la oferta musical.

Fuente: Clarín

miércoles, 13 de octubre de 1999

Noche de gala para la vuelta del Teatro Argentino de La Plata

CULTURA: UN SIMBOLO DE LA CULTURA QUE SE INCENDIO HACE 22 AÑOS
Unas 2.200 personas asistieron ayer a la reapertura de la Sala Lírica, comparable al Colón y a la Scala de Milán . Por allí pasaron Arthur Rubinstein, Beniamino Gigli y Ana Pavlova. Y disertó Albert Einstein.

LA PLATA. Corresponsal

Se despertó el gigante dormido: después de 22 años el Teatro Argentino volvió a tener una velada de gala. La pasión de la lírica recobró un espacio en La Plata, en una sala con capacidad para 2.200 espectadores y tecnología similar a la del Teatro Colón o Scala de Milán.La apertura de un nuevo escenario representa un acto de amor, como explicaría un viejo integrante de la orquesta. Los músicos, bailarines, cantantes, técnicos, iluministas, maquinistas, utileros, zapateros e integrantes del teatro llevan el mérito de haber mantenido el espíritu artístico mientras peregrinaban por lugares prestados.Anoche culminaron el sueño. Por eso hubo lágrimas de alegría.En el corazón del complejo de 60.000 metros cuadrados, el ballet estable -con dirección de Raquel Rosetti y coreografía de Oscar Araiz- recreó Tango en Gris, de Atilio Stampone. Fueron cuarenta minutos de pulsaciones fuertes, de giros en las tablas flamantes y música rebotando en los siete niveles de plateas y palcos.Un recreo del espíritu en plena locura ciudadana. En el mismo lugar donde el 18 de octubre de 1977 una lengua imparable de fuego devoró el edificio renacentista diseñado, a fines del siglo pasado, por el arquitecto Leopoldo Rocchi. El viejo teatro, que entregó su primera función en 1890, distinguió a la capital bonaerense, aquella que en su momento fue considerada por Enrique Ureña como la Atenas de América.Allí actuaron los cantantes Beniamino Gigli, Tito Schipa y Marian Anderson. Tocaron desde los pianistas Friedrich Gulda, Claudio Arrau y Arthur Rubinstein hasta la Filarmónica de Viena. También pasaron las estrellas del ballet Ana Pavlova y Alicia Alonso. Y disertó Albert Einstein.Es un teatro con leyenda. Y fantasmas: todavía existe la sospecha de que el incendio fue intencional. Es parte de la historia no contada.Ahora comienza a escribirse otra que costó 50 millones de pesos. Algunos pensaron que era una obra faraónica. Los sueños se hacen con pensamientos grandes, dijo Eduardo Duhalde en la apertura, ante un público de funcionarios e invitados especiales.El vicegobernador, Rafael Romá, el vicepresidente Carlos Ruckauf y el intendente Julio Alak completaron la comitiva.Los empresarios Alejandro Romay y Eduardo Tito Lectoure estaban en los palcos. Fueron algunos de los privados convocados para participar de la reapertura de este símbolo de la cultura.El debut fue a sala llena. Sólo el sombrero de una dama mantuvo la reminiscencia de viejas épocas. Ayer, el elegante sport reemplazó al frac y los vestidos de encaje. El vestuario estuvo más a tono con el de un cóctel que con el estreno de una sala lírica. Imágenes de fin de milenio.El complejo cultural incluye la Sala de Prosa para 750 espectadores -donde funcionará la Comedia Provincial- y el Microcine, con 300 butacas.Alguna improvisación provocada por el apuro del estreno no impidió la velada casi a pleno, que se inició con el Himno Nacional. La soprano Paula Almerares interpretó arias de ópera con una gran emoción. Su madre, Leonor Baldasari, fue la última bailarina que estuvo en un ensayo minutos antes de la catástrofe de 1977.La mezzosoprano Cecilia Díaz y el tenor Daniel Muñoz también se lucieron anoche sobre el escenario.A la medianoche, el segundo acto de la ópera Aida, de Giuseppe Verdi, en versión de concierto, cerró la velada (con los cantantes Patricia Gutiérrez, Daniel Muñoz, Alejandra Malvino, Jorge Fiorenza, Nino Meneghetti y Ricardo Yost).Según el director del Teatro Argentino. José Melía, la obra tiene un valor emblemático. Como el esfuerzo del personal que permitió el milagro. Nunca bajaron los brazos, dijo.

Fuente: Clarín

domingo, 10 de octubre de 1999

CULTURA: SE INCENDIO EN 1977 Y AHORA ABREN SU NUEVO EDIFICIO La vuelta del Teatro Argentino de La Plata, una joya del arte lírico

El martes inauguran la sala, comparable al Colón y a la Scala de Milán. Integra un complejo cultural

LA PLATA. CORRESPONSAL.

Este martes será inaugurado el nuevo edificio del Teatro Argentino con una función de gala para invitados especiales y autoridades en la Sala Lírica, que tiene capacidad para 2.200 personas. Por su moderna tecnología, está al mismo nivel que el Teatro Colón de Buenos Aires y la Scala de Milán. Este tradicional teatro se incendió el 18 de octubre de 1977 y el comienzo de la reconstrucción se había demorado hasta 1992.Para los platenses, esta manzana teatral -ubicada entre las avenidas 51 y 53 y las calles 9 y 10- es parte de su propia historia. Es que el Teatro Argentino dio su primera función el 19 de noviembre de 1890, 8 años después de la creación de La Plata.Allí actuaron estrellas de la música, la danza y la ópera mundial: desde los pianistas Fredrich Gulda, Claudio Arrau y Arthur Rubinstein hasta la Filarmónica de Viena, las bailarinas Alicia Alonso y Ana Pavlova, los cantantes Beniamino Gigli, Tito Schippa o Marian Anderson, entre otros. A principios de siglo, la compañía teatral de Pablo Podestá hizo aquí grandes éxitos del repertorio argentino, con obras de Florencio Sánchez. En esta sala dieron conferencias Albert Einstein y el escritor Vicente Blasco Ibáñez.Ahora, a un costo de 50.000.000 de pesos, el nuevo complejo cultural incluye la Sala de Prosa para 750 espectadores -donde funcionará la Comedia Provincial- y el Microcine, con 300 butacas. Dentro del enorme edificio de 60.000 metros cuadrados cubiertos, habrá espacio para la lírica, el ballet, el teatro, el cine, las muestras de pintura y escultura. De lujoEn la velada de gala anunciada para el martes 12, que no será abierta al público, el Ballet Estable del Teatro Argentino bailará Tango en Gris, una obra con música de Atilio Stampone y coreografía de Oscar Araiz. Luego, la soprano Paula Almerares, la mezzosoprano Cecilia Díaz y el tenor Daniel Muñoz interpretarán distintas arias de ópera.La función de gala terminará con el segundo acto de la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, en versión de concierto. Los cantantes serán Patricia Gutiérrez, Daniel Muñoz, Alejandra Malvino, Jorge Fiorenza, Nino Meneghetti y Ricardo Yost.Así quedará en el recuerdo la antigua sala de estilo renacentista italiano construida en 1885 por el arquitecto Leopoldo Rocchi, que se inauguró con una versión de Otello, de Verdi. A las dos de la tarde del 18 de octubre de 1977, un cortocircuito inició el fuego que -en pocos minutos- creció desde el escenario. Sólo quedaron en pie las paredes, demolidas en 1980.Hubo algunas personas que se llevaron trozos de ladrillos como testimonio, sin imaginar que este renacimiento teatral sería posible.El destino quiso que, en la velada de gala, Paula Almerares cante a pocos metros de donde su madre, la bailarina Leonor Baldassari, ensayó la obra Cisne negro antes de la catástrofe.En 1992, el Gobierno bonaerense llamó a concurso arquitectónico para reconstruir el Teatro Argentino. Los ganadores fueron profesionales platenses: Enrique Bares, Tomás García, Roberto Germani, Inés Rubio, Alberto Sbarra y Carlos Ucar.El eje del edificio está en las tres salas ya mencionadas -dotadas de circuitos de radio y televisión- que comparten los servicios de talleres, camarines y salas de ensayo. El hall del Teatro Argentino se abre como una plaza pública, con 250 cocheras en el subsuelo. En la Sala Lírica, que tiene 7 niveles de plateas y palcos -con una boca de escenario de 12 metros de altura y 18 de ancho- se destaca la araña central de bronce. Instalada a 27 metros de altura, pesa 3 toneladas y tiene 400 lámparas con una potencia de más de 25.000 vatios. Las butacas fueron tapizadas con pana bordó y los palcos están recubiertos con madera de peteribí.En las tres salas del complejo se respetó la estructura tradicional sala-escena a la italiana, pero con las más modernas técnicas de iluminación computarizada, proyección y acústica. Los platenses podrán disfrutar de todo esto durante los dos meses de programación gratuita, que se iniciarán este jueves e incluyen la actuación del tenor Darío Volonté.

Fuente: Clarín

miércoles, 6 de octubre de 1999

Pepino 88, para Eterna y Castaña, publicado diario El Día

Se entregan hoy los Pepino 88

La máxima distinción que reciben de su ciudad los elencos de teatro independiente de La Plata, los premios Pepino 88, se entregarán hoy en el Coliseo Podestá, a partir de las 19.30.
Instituidos desde hace siete años por la comisión del Club Gente de Teatro, presidida por el señor Juan Carlos Rivera y la dirección del teatro municipal Coliseo Podestá, a cargo de Pedro Herscovich, este año recibirán la estatuilla -diseñada por el arquitecto Alberto Leonforte- los siguientes elencos y artistas:

Raúl Martínez por "Aquí durmió Gardel", grupo La Crencha engrasada; Nina Rapp por "El enfermo imaginario", grupo Barataria; Elisabet Di Sano por "El conventillo de la paloma", grupo del Colegio de Abogados; Sabrina Cecilia García por "El genio alegre", del grupo Amanecer; Norberto Manzanos por "Aeroplanos", grupo Los Viejos Comediantes; María Elena Chirico por trayectoria teatral y literaria, grupo Club Gente de Teatro; Zulma Gutiérrez Eguía por "La noche de la basura", grupo La Lechuza; José Luis Gratti por la obra "Los cinco sentidos capitales", grupo La Lechuza.
Elenco de La Fabriquera por la obra "Eterna"; Quico García por "Canon Perpetuo", elenco La hermandad del Princesa; grupo de Melchor Romero por la obra "Aroma a cielo"; Liliana Rossu por "Huesito para todos", elenco La Perdiz; Erica Poncio por la obra "Castaña", grupo EOS; Mariel Bignasco por la obra "Del asesinato considerado como una de las bellas artes, grupo Teatro Crudo; Omar Sánchez por la obra "Territorio vacío", grupo La rosa de Cobre; Beatriz Catani por "Cuerpos A-Banderados". Premio a la trayectoria teatral:Pichi Multini; Carolina Giralda, Julia Renon por el Elenco Juvenil El Picadero, actores del Taller de Expresión Creativa del Coliseo Podestá.
Asimismo, se entregará el Pepino Premio Especial por trayectoria y aporte a los teatros independientes, distinción que se dará a conocer en el momento de la ceremonia.
Además de la entrega de premios y en homenaje a Don Pepe Podestá -de uno de cuyos personajes surgió el nombre del premio- se pondrá en escena la obra "Juan Moreira".

sábado, 2 de octubre de 1999

"Castaña" no cambia el Bosque por el Circo

CASTAÑA, versión libre del cuento "Kashtanka", de Antón Chéjov, por el grupo EOS. Adaptación: Liliana Benítez. Elenco: Ernesto Meza, Sonia Mariel Costa, Paulina Zabala Suárez, Melisa Di Paolo, Ana Messina y Mariana Rolla. Proyecto Escenográfico: Sergio Colón, realización: Andrea Desojo Mac Coubrey, Omar Muso y Laura Muso. Utilería: Jorge Zapata. Diseño y realización de vestuario: Luis Segade. Diseño y realización de maquillaje: Pata Silva. Música: Daniel Gismondi. Asistente de dirección: Ana Conti. Dirección: Erica Poncio. Sala Armando Discépolo, calle 12 e/62 y 63. La Plata

El carpintero Luká y su fiel perrita Castaña viven en el bosque. De vez en cuando, van al pueblo más cercano donde Luká vende sus productos y toma nuevos pedidos. Castaña está piel y huesos y tiene pulgas para regalar, pero es inmensamente feliz junto a su amo y no imagina la vida lejos de él.

Cada primavera, el Circo visita la aldea, ese circo con sabor a infancia que tantos hermosos recuerdos le trae al bueno de Luká. La adiestradora del circo encuentra a Castañita momentáneamente extraviada y, apiadándose de ella, le da techo y comida, para luego presentársela a sus animalitos-estrellas: "Jamona", la chanchita, "Fiodor", el gato e "Iván", el ganso.

Pero la perrita ni loca cambia la armónica de Luká por el silbato de la entrenadora, ni la libertad del bosque por el glamour del show circense. Por eso, cuando su dueño la encuentra, no duda un solo instante en volver a su lado, contenta como perra con dos colas.

Tampoco seduce a carpintero la idea de unirse a la troupe del circo: extrañaría el olor a madera recién cortada, el dulce canto de los pájaros, el sonido claro y cristalino de los arroyos, las noches estrelladas en pleno bosque de castaños.

"Castaña" es una adaptación teatral del cuento "Kashtanka" del escritor ruso Antón Chéjov (1860-1904), a cargo del grupo EOS, (en la mitología griega, la personificación de la Aurora).

Destacamos en primer lugar la atractiva escenografía que ambienta los distintos lugares en que se desarrolla la acción: las calles del pueblo, el frente de las casas, el interior de una vivienda y la carpa del circo, todo funcionalmente logrado con carros móviles.

Otro acierto visual es el variado, colorido y muy elaborado vestuario, como así también las máscaras y el sofisticado maquillaje con los que se caracteriza con habilidad e ingenio a los diferentes animalitos.

Salvo Sonia Mariel Costa (Castaña la tierna y querible protagonista), el resto del elenco se multiplica en varios personajes por cabeza (vecinas, animales, clowns, etc.), logrando en todos los casos construir personajes graciosos y pintorescos. Muy buen lenguaje gestual y corporal en una puesta variada, que divierte y entretiene. Tal vez se le podría sacar más jugo a la rutina de los payasos y equilibristas, ajuntándola un poco, para evocar y sugerir con mayor precisión las clásicas escenas de los artistas circenses.

"Castaña": apta para todo público, y también para animales domésticos y/o domesticados.

IRENE BIANCHI

Fuente: El Día (Sábado 2 de Octubre de 1999)

viernes, 1 de octubre de 1999

Festival de teatro y política cultural

En su origen, la palabra persona se refería a la máscara que utilizaban los actores en las representaciones teatrales. Este significado no parece casual, ya que a través del teatro, de las tragedias y de las comedias los griegos reflexionaban, por ejemplo, sobre las tensiones entre el individuo y el poder estatal, y los romanos concibieron el teatro como la imagen del mundo. A través del teatro, se podría decir entonces, las mujeres y hombres nos hemos ido haciendo personas.La inmensa fascinación que despierta el teatro sigue en pie, y es que, como decía Aristóteles, el teatro permite purificar nuestras emociones.No debería, entonces, resultar extraño que se organizara un festival internacional que tuviera como centro el teatro. Sin embargo, sorprende gratamente que durante 18 días más de sesenta mil personas concurrieron al II Festival Internacional de Buenos Aires, atraídas por la música, la danza y, fundamentalmente, el teatro. En el festival se ofrecieron más de 120 funciones y fueron seguidas por un público interesado y ávido por ver obras de autores consagrados que jamás habían sido ofrecidas en el país.El festival fue organizado por la Secretaría de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que dispuso de un presupuesto cercano al medio millón de dólares y contó con una correcta selección de las obras a representar. A juzgar por la cantidad de espectadores, el festival también se puede calificar como una experiencia exitosa, que debe continuar.Facilitó la asistencia del público el hecho de que los espectáculos nacionales fueran de acceso gratuito. Por otro lado, la presencia de obras de personalidades innovadoras como Peter Brook y Robert Wilson, junto con otras propuestas audaces y arriesgadas, hicieron posible que el público pudiera conocer y juzgar las fronteras de un arte fundamental.El festival permitió, también, observar lo bien que pueden funcionar algunas salas teatrales con el equipamiento técnico indispensable. En este sentido, es de esperar que los recursos utilizados durante la programación del festival se incorporen definitivamente a las distintas salas.Además, para una próxima edición se deberá tener cuidado, también, en que una actividad de estas dimensiones no deteriore el esfuerzo con que se llevan adelante los espectáculos teatrales programados en la cartelera porteña. Tampoco se debe caer en la tentación de reducir la política cultural a la organización de festivales que, además de su función artística y social, pueden operar como propaganda de la gestión oficial.

Fuente: Clarín

miércoles, 22 de septiembre de 1999

II FESTIVAL INTERNACIONAL DE BS. AS: AUGUSTO FERNANDES Y FEDERICO LEON

Hombres de teatro, cámara en mano
Ambos están rodando su primera película y, en el marco del Festival, mostraron parte de lo filmado.

LAURA HAIMOVICHI

Con sus recordadas puestas de Madera de reyes, El relámpago o La gaviota, Augusto Fernandes se ganó uno de los lugares más prestigiososo en la escena teatral de la Argentina. Federico León, que debutó en la dirección con 23 años y una obra propia -Cachetazo de campo-, es uno de los más jóvenes y promisorios . Hoy ambos coinciden en materializar su obra en un nuevo campo expresivo: el cine. Tanto León como Fernandes están preparando sus óperas primas y, parte de ese material en proceso, aún sin nombre y con expectativa de estreno para el 2000, fue puesto a disposición del público durante el ciclo de cine inédito organizado por el Festival Internacional de Buenos Aires.¿Qué historias quieren contar?Fernandes: Voy a cruzar los mundos de la construcción, la prostitución -el ambiente de los masajes, una especie de hampa menor- y la TV. La base común será un hombre de mediana edad con una forma de vida que le funciona hasta que se enamora y se desencadena la debacle. Me interesa esa escena violenta en la que el hielo se rompe, provoca desprendimientos y altera el orden provocando un gran susto. No hay una historia cerrada, va surgiendo en base a las improvisaciones.León: Mi película, en la que yo mismo actúo junto a Jimena Anganuzzi, tampoco tiene un texto previo. Hay una idea -una pareja que se está separando y que se encuentra, siempre, en bares de la ciudad- e improvisamos. Me interesa la investigación actoral. El guión y el montaje van a estar al servicio de la actuación.Fernandes, ¿qué actores participan?Lito Cruz -que es realmente maestro mayor de obras y conoce ese mundo lleno de metáforas que es la construcción- hace de un ingeniero. Nos metimos juntos en un montón de edificios fantasmas, esqueletos abandonados. Además están Alicia Bruzzo, Carlos Moreno, Héctor Bidonde, Hugo Arana, Marita Ballesteros y Alberto Segado, entre otros.¿Cómo se financian?Fernandes: Algunos de nosotros ponemos un poco de dinero. No quiero condicionamientos de un productor, aunque ya acechan como cuervos. Estoy filmando en formato digital y nos juntamos cuando podemos hacer coincidir nuestros tiempos libres. León: Yo estoy poniendo plata de mi bolsillo y Martín Rejtman (realizador de Silvia Prieto) se está moviendo para conseguir equipos. Voy grabando en video los ensayos para sacar borradores, ideas de iluminación. Pero no quiero acumular material para crear la película en la isla de edición, sino construir la relación de los dos personajes. La idea es ir construyendo el filme, que será en 16 milímetros, y estrenarlo como si fuera una obra de teatro, en una sala especial, no en un cine.¿Qué diferencias hay entre la escena viva del teatro y la fijación del cine?Fernandes: El teatro es más angustioso y más difícil porque cada vez es la primera, como en la vida. No podés legislar conductas, se escapa siempre. El cine es un viejo sueño, algo que siempre estuve por hacer y recién ahora puedo.León: Yo estudié cine pero terminé peleado porque no podía pagar la cuota. Me dediqué al teatro porque es más inmediato. Pero ahora quise volver a intentar.

Fuente: Clarín

viernes, 10 de septiembre de 1999

Franca Rame, Dario Fo y un show de mujeres al borde


“Dos mujeres” rescata dos de los “Ocho monólogos” que la duplapresentó en fábricas, clubes obreros y sindicatos de Italia.Anna Sabaté, la única intérprete, se luce en “La violación”.

Por Cecilia Hopkins

En los años 70, la italiana Franca Rame, actriz y esposa del actor y dramaturgo Dario Fo, presentaba un espectáculo llamado Ocho monólogos, que hacía girar incansablemente por fábricas, clubes obreros y sindicatos. En esos sketches irónicos y mordaces, teatralizaba diferentes situaciones en las cuales la mujer era siempre la protagonista de los abusos más variados, ya fuera en su propia casa, en la calle o en su lugar de trabajo. “La mujer pasota” y “La violación”, dos de esos monólogos escritos en colaboración por el controvertido matrimonio, forman el espectáculo Dos mujeres, que interpreta la actriz catalana Anna Sabaté, dirigida por el platense Jerónimo Casas, en virtud de un acuerdo de coproducción entre La Perversa Teatre de Barcelona y la Compañía de Teatro Cínico de La Plata.

Le toma un tiempo a la actriz comenzar a interpretar su primer personaje. Antes dispone los elementos a utilizar en el pequeño escenario, con la idea de diferenciar a la intérprete de la criatura de ficción. La acción de “La mujer pasota” transcurre en una iglesia, y el monólogo se desarrolla junto a un confesionario, desde el cual un cura acepta prestar sus “piadosos” servicios casi a regañadientes. La mujer en cuestión –creyente y comunista a un tiempo– da comienzo a su confesión remontándose a los tiempos en que era “un modelo de virtudes”. Hasta que las andanzas de su hijo, “un extremista de izquierdas”, la obligan a emprender un recorrido forzoso que incluye manifestaciones, drogas y experiencias en comunas hippies. Este tour la lleva, finalmente, a renegar de su familia: su nueva personalidad ya no está para aceptar las convenciones burguesas que sin saber había soportado la mayor parte de su vida.Sabaté encara el texto de modo convencional, poco asistida por un plan de puesta carente de interés visual. Dos mujeres levanta puntería recién en el segundo de los monólogos, “La violación”. La idea de optar por la inmovilidad y la ambigua sonrisa del personaje para detallar los pormenores de una violación múltiple (un hecho que aconteció realmente a Rame) fue un acierto. De este modo queda expuesta la potencia del relato sin golpes bajos, en toda su vehemencia acusadora.

Fuente: Página 12

viernes, 27 de agosto de 1999

Falta de mantenimiento de las salas teatrales del Pasaje Rocha

María Ibarlín, Marcelo Arena y Ana Sabate en nombre de los integrantes de los grupos teatrales que actúan en el Pasaje Dardo Rocha de nuestra ciudad, que ponen en escena las obras "Una de murgueros y villanos", "Jugando con las noticias", "Relatos casi disparatados" y "Ostinato", del grupo La Gotera; "H-Palabras puras", Cía. de Teatro Cínico, "Dos Mujeres", de la Compañía de Teatro Cínico y "La Perversa Teatre", expresan: "Es importante que la ciudadanía esté al tanto de los inconvenientes (históricos) por los que pasamos quienes trabajamos en las Salas A y B del Pasaje Dardo Rocha y también quienes asisten como público.

"¿Cuál será el motivo? ¿Cuál el desinterés? Las preguntas surgen desde la entrada misma de 50 y 6. La falta de limpieza en las escaleras, el ascensor que no anda. El hall, al igual que los camarines, alfombrados pero abandonados.

"Las preguntas se definen: si la subsecretaría de Cultura y Educación pudo ofrecerle a los grupos de teatro contratos para brindar funciones con entrada libre y gratuita. ¿por qué la decisión no abarcó el acondicionamiento del lugar?, ¿por qué sólo dos personas para realizar tareas de mantenimiento, acomodadores, operadores, y todo lo necesario para el buen funcionamiento de las salas? Dicho sea de paso, dos trabajadores municipales que desempeñaron excelentemente su labor aún debiéndoseles horas extras.

"Este mismo planteo fue elevado a la licenciada Graciela Scipioni quien tiene a su cargo la Subsecretaría antes mencionada, donde también le expresamos nuestras esperanzas en que las soluciones no siempre están relacionadas a un mayor presupuesto, o sí.
"Cada vez que se brinden espacios estaremos dispuestos a ocuparlos sin por eso pasar por alto nuestras necesidades.

"Y si alguna vez, en ese mismo lugar, los constituyentes transformaron un ámbito teatral sin reparar en gastos, pues por que no recuperar invirtiendo no sólo dinero, sino capacidad.

"Tal vez, estas decisiones trasciendan coyunturas y se sumen al esfuerzo que significa convocar al público a los espectáculos de autogestión, tal como los hechos lo demostraron".

Fuente: El Día

sábado, 7 de agosto de 1999

Olivier Py, un poeta de la escena

Dos festivales internacionales que dejaron mucho que pensar

Considerado un niño maldito del teatro francés, el director acaparó la atención de Aviñón

AVIÑON, Francia.- Todo festival internacional tiene a su niño predilecto. En ese aspecto, Aviñón no fue la excepción. Durante el encuentro escénico, que culminó el sábado último, el actor, dramaturgo y director Olivier Py ofreció tres espectáculos: "Théâtres", "Requiem pour Srebrenica" y un unipersonal de teatro cabaret.

"No me considero el niño mimado de Aviñón. En realidad, soy yo el que mima a Aviñón", sostuvo en diálogo con La Nacion en medio del trajín festivalero. Para los medios locales, este "animal del teatro" de 34 años de edad es todo un transgresor, un burlón del teatro, un irónico que se mete con todos los temas: la política, el sexo, la sociedad. En definitiva, un poeta maldito de la escena francesa.

"Se dicen todas esas cosas, sin embargo, yo no me considero un renovador porque busco recuperar el lazo más antiguo: la relación con la palabra. Busco que el lugar del poeta esté en el centro de la creación teatral. Las generaciones anteriores desarrollaron un teatro marcadamente psicológico, situaron al director en el eje del proceso creativo. Yo prefiero encontrar las buenas palabras. Evidentemente, en la camada de mis padres hubo gente con la cual pude generar fuertes vínculos, gente que me permitió llevar esa voz. Mi generación aportó una poesía teatral que antes no se daba", sostiene el creador, instalado en uno de los tantos paisajes paradisíacos de esta villa francesa.

En medio de ese clima, Py se concentra en sus propias palabras. Pero, más allá de su labor como dramaturgo, a este teatrista también le gusta subirse a las tablas: "Pero no soy un buen actor. Hacer ambas cosas es una especie de tragedia (se ríe)".

-¿El valor que le da a la palabra se emparienta a la significación que le otorgaron otros teatristas como el alemán Heiner Müller o el francés Bernard-Marié Koltés?

-Sí y no. No creo estar muy cerca de ellos, sobre todo de Koltés. De todos modos, el punto en común es que ambos fueron poetas, pusieron su poética en el centro del teatro. Yo soy más jefe de compañía que director. Son los actores los que me hicieron conocer cuál era mi estética más que yo imponiéndoselas a ellos. Eso genera sus diferencias.

Sobre el puente

Durante los días del Festival, Olivier Py primero presentó un unipersonal en el cual aparecía travestido al mejor estilo Copi. El segundo trabajo fue "Requiem...", un espectáculo que dirigió y cuyo texto armó con la clara intención de contar las distintas atrocidades cometidas en Yugoslavia. La tercera puesta fue "Théâtres", una pieza casi de carácter autorreferencial que cuenta con dirección de Michel Raskine.

Para Py, los dos últimos espectáculos tienen en común "la herencia de la culpabilidad, la mala conciencia occidental y su relación con la palabra, y algo que podría llamar como gramática escénica. En ambos trabajos vemos cómo se hace el teatro. En fin, un teatro que habla del teatro", destaca sin prisa alguna.

-En "Requiem..." usted toma una actitud de denuncia. ¿Cuál es su necesidad de expresarse ideológicamente?

-Exponer mi visión política del mundo me hace pertenecer al mundo.

-En un momento del fin de siglo donde poco se habla de ideologías, donde la palabra aparece desplazada usted la transforma en el eje de su producción. ¿Es una posición política-estética?

-Si. Me gustan los caballos, pero los caballos no hablan. Está bien que haya teatro con caballos, pero yo necesito de las palabras. Es más, sobreviví gracias a las "buenas" palabras. El momento más grato de mi vida fue cuando, entre muchos, defendimos y escuchamos las mismas palabras. La única manera de vivir es vivir poéticamente.

-Cuando habla de "buenas palabras", ¿a qué se refiere?

-A la definición misma de la palabra que se opone al discurso. La palabra es buena porque es buena siempre. No es forzosamente una palabra religiosa, pero es siempre altamente espiritual. Es el sentido. Y ese sentido consiste en el hecho de tener la palabra en sí misma. Es decir, que lo que diga la palabra capte la alegría de tener la palabra. Y eso es un milagro (se ríe). El milagro (repite con voz cada vez más grandilocuente).

-¿Y cómo resuelve "el milagro de la palabra" cuando lo tiene que trasladar a escena, cuando decide dirigir a esa palabra?

-Esa es una buena pregunta... (se queda pensando). Diría que es el actor el que lo hace, no yo. Es el intérprete el que muestra el milagro de la palabra en un estado de conciencia superior. Y lo hace en medio de un acto simple: el de hablar. Si tenés la palabra, tenés todo.

-No puedo creer demasiado en eso. En "Requiem...", sumado a las tres estupendas actrices, hay evidentemente un fuerte y personal trabajo suyo como director.

-Es que hablamos mucho sobre lo que queríamos decir, sobre el sentido de esas palabras. Cuando monto mis textos hago siempre eso: intentar dirigir al actor para que encuentre el sentido de esas palabras. Lo que me interesa es formar un coro del cual yo soy uno más. Una especie de servidor.

Olivier Py sigue su camino por la ciudad que mima: Aviñón, la ciudad del puente. Este poeta del teatro francés circula por sus calles con la misma facilidad que por los escenarios. En definitiva, en estos días, Aviñón es un gran espacio escénico y él, Olivier Py, todo un animal del teatro.

Por Alejandro Cruz
Enviado especial

De "Théâtres"

"A veces tomo un café y estoy bien, es todo. A veces, debería decir a menudo, entro en un café, me acomodo y miro a mi alrededor. Todos los otros, cada uno con sus lágrimas y sus esperanzas. Bebo el café, allí, anónimo y estoy bien. Es una pausa en el corazón del trabajo y del deber."

* * *

"Es el fin, estoy muerto, apuñalado un día en una ciudad desconocida porque había provocado a un matoncito con mi mirada torcida. Y es así como, sangrando sobre la vereda, le grité a mis padres antes de que un mensajero viniera a decirme que mi dolor era imaginario."

(Textos de "Théâtres", de Py)

Fuente: La Nación ( 7 de agosto de 1999)

sábado, 24 de julio de 1999

El Rojas se viste de danza

Festival: desde el mes próximo, el centro cultural presentará una muestra de nuevos exponentes del ballet argentino.

Entre agosto y noviembre, en el Centro Cultural Rojas, avenida Corrientes 2038, se desarrollará la segunda edición del Festival del Rojas, que abarca diferentes disciplinas escénicas. El objetivo es mostrar la nueva producción de autores, directores, coreógrafos, compositores e intérpretes, en tiempo y espacio acotados que permitan una visión diferente de las propuestas. Otra meta es promover el trabajo de artistas de la danza, la música y del teatro, tanto de Buenos Aires como del interior del país. Con la dirección general de Rubén Szuchmacher, el área de danza fue coordinada por Miguel Robles.

Las funciones se harán todos los sábados, a las 21. El lanzamiento, con presentaciones el 7, 14 y de agosto, y el 4 de septiembre, será con "Apenas", coreografía de Mariana Estévez y música de Daniel Melero, con Alejandra Ceriani, Tania Dick, Inés di Tada, Florencia Olivieri y Diana Rogovsky, en una producción general de La Marea Danza.

La estructura de la obra es un conjunto de imágenes que se fusionan sin llegar a resolverse, con elementos como trozos de cartón y cajas. También se representará "Danza seca", un espectáculo multimedia con coreografía de Alejandra Ceriani, música original de Diego Madoery, dirección de video de Santiago González, foto de Enzo Brutti y la actuación de Diana Rogovsky, Nidia Martínez Barbieri y Alejandra Ceriani.

La idea es que "las cosas nunca se definen por su estado primitivo, sino por la tendencia que se esconde en este estado..."

La historia bailada

El 2, 9 y 16 de octubre se verá "Busca", de Florencia Olivieri, sobre el Trío Op.40 en Mi bemol mayor, para piano, violín y corno, de Brahms, con Mariana Estévez, Tania Dick, Florencia Olivieri y Diana Rogovsky. Se trata de "un trabajo profundo de relación con la música.

El ritmo, la melodía y armonía son elementos fundamentales de una obra que se divide en cuatro partes que irán in crescendo. En forma de suite, cada parte tiene identidad propia.

La coreografía completa y las escenas por separado dan sentido de unidad. El tema es la búsqueda, que puede estar relacionada con el espacio físico o sentidos más hondos y ocultos: uno de los caminos de esta exploración es la música, que funciona asimismo como metáfora.

En las mismas fechas, "Reléase", una creación colectiva dirigida por Sofía Cerdán, compartirá el programa. La música es de Jon Hassell y Meredith Monk, y los intérpretes, Inés Armas, Magali del Hoyo, Ana Victoria Iommi, Nazarena Mon, Carlos Osatinsky, Fernando Pellicioli, Yanina Ruiz y Fernanda Torresi.

En tanto que David Zambrano se presentará el 23 de octubre, el 30 de ese mes lo hará el Grupo de Danza Teatro de la Universidad de Mar del Plata con "Celebración de los pecados" (Historia de fin de siglo). La coreografía y dirección es de Marisa Gozzi, con collage musical de varios compositores.

Con la interpretación de Yésica Alfiero, Lorena Garayoa, María Cecilia Ginestet, Leticia González, Geraldina Parenti, Natalia Pérez y Melisa Tarquinus, la acción se sitúa en un castillo del 1700 en el cual un septeto de mujeres encarna los siete pecados capitales. Aquí juegan la realidad y la fantasía; el movimiento y su teatralidad, sentimientos humanos llevados al escenario como un cuento de misterio.

Un cierre bailado

El 6, 13, 20 y 23 de noviembre, el Festival cierra con "AyUn", dirección y puesta en escena de Viviana Iasparra, música de Nicolás Diab e interpretación de Iasparra y Javier Radrizzani, junto a los invitados Ana Lucía Moreno, Violeta Bushbinder, Julieta Wagner y Valencia Batiuk.

El grupo Uk comparte el programa con dos obras, "Una chiva", un trabajo que parte de la discontinuidad, el exceso, el abuso, el erotismo y lo ofensivo expresados en la impotencia de salvarse de ello, y "Muchos cuervos", que muestra la metonimia como una actividad cotidiana, un paradigma donde el cuerpo excede a la palabra.

Foto: C. C. Rojas "Apenas", de Mariana Estévez, participará del festival
Fuente: La Nación

domingo, 11 de julio de 1999

Ciclos de Teatro Independiente

Ernesto Meza, Eugenia Milani, Pollo Canevaro y Jorge Caballero - Fotografía: Enzo Brutti

Teatro Coliseo Podestá y Pasaje Dardo Rocha

En ambas salas municipales se presentarán hasta fin de año distintos grupos de teatro, con funciones libres y gratuitas

La semana pasada se presentó en el Teatro Coliseo Podestá de nuestra ciudad la obra "Eterna", en lo que fue la primera función del "Ciclo de Teatro Independiente", y que se desarrollará todos los miércoles o jueves en esta sala y los fines de semana en el Pasaje Dardo Rocha, con entrada libre y gratuita.

Las próximas presentaciones las realizará el grupo Barataria con "El enfermo imaginario" (el jueves 22 de julio) y "Territorio vacío" de Omar Sánchez. Organizado por la Subsecretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de La Plata, bajo la supervisión de Cora Ceppi, con el objetivo de recuperar el movimiento de teatro de nuestra ciudad, y buscando colmar las salas de espectadores.

Luego de una evaluación sobre el desarrollo y funcionamiento, principalmente en el Pasaje Dardo Rocha, de las salas de teatro de nuestra ciudad, esta área en su conjunto se abocó a formar un proyecto que cambiará la situación, que no había sido del todo buena, según comenta Cora Ceppi. Es allí donde surge esta nueva propuesta de funcionamiento, que creen beneficiará tanto a los actores como a la comunidad teatral platense.

A partir de este mes de julio, todos los espectáculos del área de teatro se manejarán con contratación a los elencos, y entrada libre y gratuita para el público, según los anuncios de Pedro Deleye, Director de Cultura de la Municipalidad. Cambiando el sistema de las Salas A y B del Pasaje, donde antes el elenco recibirá directamente un porcentaje de la recaudación.

Por otra parte se buscó dentro de la programación del Teatro Coliseo Podestá, días que pudieran disponerse para presentaciones de Teatro Independiente, que por supuesto su director Pipe Ercovich, logró ubicar, gracias a su buena predisposición hacia este sector del arte. Fue así que quedaron planteadas las fechas de miércoles o jueves para teatro independiente, y los sábados por la tarde para teatro infantil.

Con estos dos elementos ya predeterminadas, la Dirección del Cultura de la Municipalidad llama a inscripción a los grupos de teatro independiente.

De allí comenzó a prepararse la programación, -tratando de darles fechas a todos los elencos-, que se realizará hasta el mes de Diciembre. Veinte fechas en el Coliseo Podestá. En las Salas A y B se incluirán en las funciones 18 elencos infantiles y 24 grupos de elencos independientes. La mayoría de los grupos se presentarán con una función en el Coliseo Podestá,, y cuatro funciones en las salas del Pasaje Dardo Rocha. En general cada grupo recibe una contratación por cinco funciones, aunque hubo obras que sólo se presentarán en el Coliseo Podestá, por decisión propia. Aunque la intención era ubicar a todos los elencos inscriptos con su correspondiente fecha, por un problema de programación algunos grupos quedaron sin presentaciones para este año, pero según la Coordinadora del Area Teatral, éstas serán las primeras para el próximo año.

Fuente: El Día, domingo 11 de julio de 1999

Eterna

[eterna2.jpg]
Jorge Caballero, Pollo Canevaro y Ernesto Meza - Fotografía: Enzo Brutti


Agenda La Plata: etcétera3

Esta obra teatral, basada en la novela "La ciudad ausente" de Ricardo Piglia y dirigida por Laura Valencia, vuelve a nuestra ciudad luego de presentarse durante todo el mes de mayo en el Centro Cultural Recoleta de Capital Federal. La obra retomará sus funciones de los sábados a las 23 en La Fabriquera.

Eterna fue estrenada en setiembre del año pasado, con muy buena repercusión de público y de la crítica, obteniendo un subsidio del Instituto Nacional de Teatro, y un premio en el concurso de Proyectos 1998, impulsado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires.

El espectáculo cuenta con la actuación de Jorge Caballero, José Canevaro, Ernesto Meza, Laura López Moyano y Julieta Vallina. La escenografía es de Enzo Brutti y José Canevaro.

El proceso de trabajo, que incluyó la escritura del guión teatral, a cargo de la propia directora, demandó casi dos años. Durante este período de creación e investigación sobre la estructura dramática y el texto literario, se combinó el desarrollo de los personajes por parte de los actores, la selección de las historias que incluyen la novela de Piglia y la composición de la música original, que mantuvo en manos de Diego Madoery.

Fuente: Diario Hoy, domingo 11 de julio de 1999

miércoles, 7 de julio de 1999

Eterna vuelve a La Plata

[eterna4.jpg]
Ernesto Meza, Jorge Caballero, Julieta Vallina y Eugenia Milani - Fotografía: Enzo Brutti

Hoy a las 20.30 en el Teatro Municipal Coliseo Podestá se inaugurará un ciclo de teatro independiente. En esta oportunidad subirá a escena la obra Eterna, basada en la novela La Ciudad Ausente de Ricardo Piglia, dirigida por Laura Valencia.

Cabe recordar que este espectáculo, que se estrenara en setiembre del año pasado, estuvo presentándose en una de las salas del Centro Cultural Recoleta durante todos los fines de semana de mayo, luego de haber sido seleccionado en el marco de un concurso organizado por las autoridades de ese complejo teatral.

Asimismo, Eterna, que recibió en su momento una muy buena repercusión del público y de la crítica, obtuvo un subsidio otorgado por el Instituto Nacional del Teatro, además de una premio en el Concurso de Proyectos 1998 impulsado por la Comedia de la Provincia de Buenos Aires.

La obra en cuestión demandó un extenso y complejo proceso de trabajo, que incluyó la escritura del guión teatral, a cargo de la propia directora, el desarrollo de los personajes por parte de los actores, la selección de las historias que propone el texto de Piglia y la composición de la música original, que estuvo en manos de Diego Madoery.

De acuerdo a lo que afirma Laura Valencia "se le dio importancia a lo que dicen los personajes de los diferentes relatos, pero no siempre se respetó quien lo decía", haciendo referencia al desarrollo del armado de la puesta en escena, donde se utilizó, además del material literario, todo lo que fueron aportando los protagonistas a partir de sucesivas improvisaciones.

La elección estética puesta en juego en Eterna, cargada de imágenes potentes y de un clima inquietante, llamó la atención del propio Ricardo Piglia, quién estuvo presente en el estreno de la pieza, expresando su asombro por el hecho de haber conseguido hacer "ciencia ficción en teatro", según sus textuales palabras.

El espectáculo cuenta con la actuación de Jorge Caballero, José Canevaro, Ernesto Meza, Laura López Moyano y Julieta Vallina. La escenografía es de Enzo Brutti y José Canevaro.

Fuente: El Día, miércoles 7 de julio de 1999

jueves, 1 de julio de 1999

Eterna, publicado en El Folletín


ETERNA. Teatro

Laura Valencia

Primero la novela. La ciudad ausente (de Ricardo Piglia) y la intensión de traducirlo al teatro. Después de dos años de investigación con el cuerpo de los actores y el esqueleto del texto. Siempre la música de Diego Madoery. Estreno, septiembre del '98. Reedición abril del '99. En el medio, un premio de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires, otro del Instituto Nacional del Teatro y la posibilidad de presentarnos durante todo mayo en el Centro Cultural Recoleta. Julio siempre es un buen mes para volver a casa por un tiempo.

sábado, 29 de mayo de 1999

La topografía de los sueños

Por Ernesto Schoo

En los tiempos heroicos del teatro independiente, entre los decenios del treinta y del cincuenta, los elencos procuraban instalarse en el radio céntrico. La Máscara estaba en Maipú 28; el Instituto de Arte Moderno, en Florida entre Viamonte y Tucumán; el Candilejas, en Rivadavia entre Perú y Chacabuco; el ABC, en Esmeralda y Lavalle; el Teatro del Pueblo (el primero de todos en adquirir rango profesional), en el predio donde hoy se alza el San Martín, en Corrientes al 1500, y después en Diagonal Norte; Los Independientes, creado por Onofre Lovero, que se convertiría en el Payró de Jaime Kogan, en San Martín entre Córdoba y Viamonte, dentro de la estructura de las Galerías Pacífico. Ya en los años sesenta, y con rasgos que lo alejaban de lo que se entendía por independiente, pero respondiendo en lo esencial a ese criterio, el Di Tella, en Florida entre Marcelo Alvear y Paraguay.

En esa última calle, con otra salida a Suipacha, Eduardo Eurnekian ubicó el Planeta, más tarde ocupado por Nuevo Teatro, dirigido por Alejandra Boero y Pedro Asquini, que en su momento de esplendor tuvo tres salas: la recién mencionada, la del Lorange, en Corrientes entre Uruguay y Talcahuano, y otra -la sala madre, digamos- en la calle Corrientes al dos mil y pico, adentrándose en el Once. El Teatro 35, de Aurelia Patrón de Olivari, estaba en Callao y Corrientes.

Los lugares preferidos eran sótanos y galpones en desuso, cuyos alquileres estaban al alcance de los grupos conformados, casi siempre, por actores que de día desempeñaban trabajos modestos en oficinas estatales o en empresas privadas y desde el atardecer se consagraban a su vocación, que implicaba no sólo actuar sino también construir la escenografía, hacer de boleteros y limpiar los baños.

El panorama cambió sustancialmente desde mediados de los años sesenta, cuando los remezones políticos fueron acompañados de las correspondientes turbulencias en la cotización del peso. Los alquileres más o menos accesibles se volvieron prohibitivos: en un contexto de inseguridad económica y frente a los magros ingresos de las salas pequeñas (éxitos como la "Medea", de Anouilh, en Nuevo Teatro, eran muy raros), los propietarios de los locales exigieron seguros y anticipos casi imposibles de satisfacer. El teatro independiente languidecía, y un emprendimiento como el de El Picadero, en el entonces pasaje Rauch, fue excepcional.

Con el apelativo de "off", pedido en préstamo a la jerga neoyorquina y que alude a la distancia respecto del corazón del teatro comercial, la calle Corrientes, los conjuntos independientes o vocacionales (ya no "de aficionados" o "de amateurs", como solía denominárselos en sus primeras épocas) desarrollan hoy sus actividades -las más interesantes, originales y audaces de la cartelera porteña- en barrios alejados. Palermo Viejo parece ser el favorito: allí están, entre otros, el Sportivo Teatral, de Ricardo Bartís, en Thames al 1400, y El Doble, de Lorenzo Quinteros, en Uriarte al 700. No muy lejos, tirando más a Villa Crespo, El Excéntrico de la 18, de Cristina Banegas, en Lerma al 400.

En los tres casos mencionados se trata de hermosas, amplias casas antiguas recicladas, donde no sólo se ha habilitado el espacio (generoso, casi siempre) para actuar, o sea, la sala propiamente dicha, sino que conviven el taller de aprendizaje, de investigación y experimentación, el estudio del director y hasta la vivienda familiar de éste. Un criterio, como se ve, unificador y centralizador.

Se agregan Babilonia, El Callejón de los Deseos y El Galpón del Abasto, en el barrio homónimo, en vías de una transformación asombrosa. En el Barrio Sur, el Margarita Xirgu (en El Casal de Cataluña), y La Scala de San Telmo. Y una buena noticia: el arquitecto Osvaldo Giesso se apresta a reabrir sus legendarios Teatros de San Telmo, en la calle Cochabamba, con los espacios multiplicados hasta dimensiones, se dice, prodigiosas. El teatro, en Buenos Aires, no sólo no está agonizando sino que, felizmente, demuestra una vitalidad a toda prueba.

Fuente: La Nación

sábado, 15 de mayo de 1999

La identidad, un valor escénico

Por Ernesto Schoo

De un tiempo a esta parte, empresarios y productores requieren, para la puesta en Buenos Aires de obras extranjeras precedidas de cierta fama, los servicios de directores o repositores (en la mayoría de los casos) del mismo origen. Tendencia curiosa, dadas la óptima calidad de muchos profesionales argentinos y las escasas oportunidades que éstos tienen hoy de ejercitar su talento.

El teatro comercial no atraviesa por su mejor momento: por razones varias, el público se retrae, y la primera víctima de las crisis económicas es siempre la cultura.

La actividad teatral, menos atractiva para el llamado "gran público" que otras áreas del espectáculo, es la que más sufre, en notoria desigualdad de condiciones.

Actores, directores, técnicos, a diario dan testimonio de esta situación y la deploran. Muchos de los más valiosos de ellos trabajan en el circuito "off", o independiente, en condiciones precarias, poniendo el alma en su tarea, en cooperativa o "a la gorra", sin ganar a veces ni para el transporte, o contribuyendo a la producción con dinero de sus magros bolsillos. Y si bien es este circuito donde se asiste a lo más interesante, audaz y renovador de la cartelera porteña, no se sabe hasta cuándo podrá estirarse el sacrificio, ni si es justo que así sea.

Entendámonos: no se trata de xenofobia ni de nacionalismo bobo o perverso. Bienvenidos los directores extranjeros cuando, como lo han hecho desde los comienzos de nuestro teatro, aportan su experiencia y su sabiduría a la escena nacional. En tiempos mejores, solían visitarnos los grandes elencos franceses, italianos, españoles, dejando siempre la semilla de un cambio provechoso.

Buenos Aires se enorgullece de su tradición cosmopolita. Recibió con fervor y gratitud esos aportes inolvidables. Porque supo aprovecharlos e incorporarlos a sus propios talentos es que la Argentina cuenta hoy con un plantel de profesionales capaces de deslumbrar a los públicos y los críticos más exigentes. No es casual que el difunto Víctor García, Jorge Lavelli y Alfredo Arias figuren entre los grandes directores del mundo.

Lástima que tuvieran que irse para expandir sus condiciones y ser debidamente valorados. Sería imperdonable que por desidia, o por un ridículo esnobismo, estuviésemos propiciando ahora la partida de los mejores.

Es comprensible que, en el caso especial de las comedias musicales, el productor extranjero asociado a un empresario argentino envíe un delegado para asegurarse de que el producto mantenga las características del original. pero no se justifica en el teatro de prosa, donde cada sociedad tiene el derecho _más aún, creo que la obligación_ de aplicar su óptica propia a la puesta en escena y la interpretación de una obra extranjera.

En la medida en que no se desnaturalice la esencia de la trama ni se bastardee la calidad, es saludable que una comunidad imprima su sello personal a una representación. No será nunca igual el mismo Shakespeare hecho en Inglaterra, en Francia o aquí. Al contrario: se puede enriquecer el texto con nuevos análisis desde otros puntos de vista, se puede refrescar el lenguaje, pueden revelarse intenciones que la rutina suele pasar por alto. Así como cada época da su propia versión de los textos clásicos, y el "Hamlet" que en tiempos victorianos hacía sir Henry Irving no habrá sido igual al de Barrault, o el de Alcón.

"Clonar" una representación implica el riesgo de la pérdida de identidad, sobre todo del público. Es desconfiar de la imaginación y el genio de comunidades a las que, mediante este procedimiento, parecería considerarse inferiores. Es negar la posibilidad de los distinto, lo original, lo propio de cada país. Insisto: si viene Peter Brook o Harold Prince o Patrice Chéreau, bienvenidos sean, y gracias por visitarnos. Pero convocar a un asistente o a un repositor es renunciar a la propia identidad.

Fuente: La Nación