La reapertura del Teatro Argentino de La Plata es un hecho positivo para la cultura. Consumido por el fuego hace más de dos décadas, este teatro ha renacido con un gran esfuerzo y genera la expectativa de que su escenario pueda recuperar la gloria cultural que tenía en el pasado.La sala fue inaugurada en 1890 y desde siempre ha sido una de las principales joyas de la ciudad de las diagonales. Acompañó el esplendor de la innovadora capital bonaerense y así recibió a cantantes de la talla de Beniamino Gigli y Tito Schipa, a bailarinas como Ana Pavlova y Alicia Alonso, a varios de los mejores pianistas del siglo, como Arthur Rubinstein, Fridrich Gulda y Claudio Arrau.El ocaso de la sala ocurrió en los oscuros tiempos que se vivían en 1977. Un incendio, que se sospecha habría sido intencional, devoró el teatro. Y fue así como ante las llamas cedió la arquitectura de estilo renacentista; la fuerte tradición que había establecido la sala lírica quedó a la intemperie en cuestión de horas. también como signo de los tiempos, la reconstrucción se hizo esperar. Debieron transcurrir más de dos décadas para que La Plata volviera a contar con las puertas abiertas del Teatro Argentino, mucho más que el tiempo que demandó originariamente levantar el teatro.Como ha sucedido con tantas obras públicas, el costo de construcción del teatro ha sido elevado y, dado el tiempo transcurrido y las alternativas inflacionarias vividas durante ese lapso, es difícil de calcularlo ajustadamente.Por otra parte, las incógnitas presupuestarias permanecen. La inauguración del teatro estuvo urgida por el calendario electoral y existen todavía cuestiones administrativas pendientes de resolución para que la institución pueda funcionar a pleno y formular programas de largo plazo, como es común en este tipo de teatros.Es de esperar, por lo tanto, que la actividad de la nueva sala esté a la altura de lo que se anuncia y que el público no deba sufrir una decepción.En la medida en que el Argentino pueda desarrollar su tarea, el país contará con un nuevo ámbito en el cual los mejores artistas de nuestro país y del extranjero puedan ofrecer su arte en más de un escenario calificado y ante públicos diferentes.Una sala lírica de estas características puede posibilitarles a los vecinos de una capital provincial el acceso a espectáculos operísticos y musicales.En suma, el Teatro Argentino puede llegar a cumplir una importante tarea cultural, especialmente en lo que se refiere a la diversificación de la oferta musical.
Fuente: Clarín
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