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jueves, 24 de junio de 2010

Eterna vigencia

En el año en que se conmemoran los 150 de su nacimiento, en Moscú sucede el Festival Chéjov, donde se presentó una versión de "Tío Vania" de Daniel Veronese. Aquí, la presencia de su obra fue fundamental.

Por: Juan José Santillán

A sus primeros y últimos trabajos Chéjov los pensó para la escena. Dijo que pensaba su vínculo con el teatro similar al de "una amante impúdica y cansadora". Había allí una situación concreta de movilizar la escritura en comunión con un territorio voraz.

Sólo se planteó dejar de escribir teatro tras el rotundo fracaso de la primera versión de La gaviota . "Nunca más las escribiré ni las haré representar, así viva setecientos años", señaló en una carta. Pero volvío a la carga por insistencia de Vladimir Dánchecko, director artístico y literario del Teatro de Arte de Moscú, donde montó una versión de la misma obra y se consagró.

Desde el 17 de enero de 1860 han pasado 150 años del nacimiento de Chéjov. Una cifra redonda que cruza el calendario del teatro a nivel internacional. Y oficial, claro. Pero aparece fulgurante la imagen de la oficial repatriación a Moscú del cadáver del dramaturgo a bordo de un desvalido vagón frigorífico: fue confundido con un cargamento de ostras. Y de ese modo llegó y fue recibido.

Actualmente varios teatros y directores han montado versiones sus textos en conmemoración o por mera necesidad de repertorio. El evento más importante por estos días acontece en Moscú a través de la novena edición del Festival Chéjov. Una edición especial. Y allí estuvo invitada la obra Espía a una mujer que se mata , versión de Tío Vania , escrita y dirigida por Daniel Veronese.

Pero remontando la añeja resonancia del autor en la Argentina, su huella se extiende inalterable gracias, entre otras figuras, a las traducciones y labor pedagógica de Galina Tolmacheva, actriz rusa formada por Stanislavsky. Su intervención en la historia teatral de nuestro país, luego de huir de Rusia en la Revolución, fue crucial.

Cuenta Mauricio Kartun que "a diferencia de otros países americanos donde predominó en la actuación cierta tradición del teatro romántico, el nuestro generó una escuela del realismo absolutamente insólita. La presencia de la Tolmacheva, la Crilla y otros maestros que traían a Stanislavsky de primera mano generó una corriente de actuación distintiva en ciertas poéticas del realismo. Alezzo, Fernández, Gandolfo, Durán siguieron ese camino y formaron un pequeño mundo de actores solventes y ávidos para los cuales Chéjov representaba un modelo y una posibilidad expresiva insuperable".

Juan Carlos Gené explica que Chéjov "tuvo una enorme influencia en toda la generación de dramaturgos de la década del ´60. Fue el gran modelo junto a Arhur Miller. Pienso que el matiz chejovniano en la obra de Halac, Gorostiza y el mío, seguramente es muy notable. Chéjov apareció junto a toda la investigación seria de las técnicas de Stanislavsky. Se unieron la escritura y el trabajo del actor. Algo fundamental porque en todas las épocas históricas un modelo de dramaturgia se produce porque existe un determinado tipo de actor que puede interpretarlo." Hay algo que a la distancia resuena no tanto como equívoco sino como necesidad. Encontrar el registro por donde las tragedias humanas del autor de Tío Vania generan destellos de un humor lacerante. "He tardado decenios -dice Gené- en entender eso. Porque si alguien ve con evidencia luminosa que la tragedia de la vida se vuelve ridícula, esa persona es Antón Chejov".

En 1953 un joven Jorge Lavelli interpretada la primera versión en el país de La gaviota . Desde París, el director rememora ese trabajo de la Organización latinoamericana de teatro (OLAT). "Esa puesta marcó indudablemente mi formación y mi reflexión sobre el teatro. Descubrir Chéjov, desde las entrañas, fue para mi encontrar un sentido a mi ambición de querer ser actor. Rodríguez Muñoz, el director, seguía como referencia, el aporte de Stanislavsky en su tiempo y a menudo, sus ideas abrían perspectivas nuevas para modificar o enriquecer el comportamiento de nuestros personajes. Curiosamente, tuve la oportunidad de montar en la Opera de Río La gaviota, 20 años después de mi experiencia argentina." Hubo múltiples maneras de abordar y apropiarse de Chéjov en Argentina. Desde las puestas convencionales hasta las reescrituras más radicales como las ya citadas puestas de Veronese. En el medio también existieron inspiraciones a partir de diversos aspectos de la obra del autor ruso. Por ejemplo, cuenta Mauricio Kartun que Ala de criados partió de un clima chejovniano.

Kartún tenía ganas de trabajar "esa curiosa calma aparente en algunos de sus ambientes bucólicos - La gaviota -, debajo de los cuales unas pasiones brutas se manifiestan en relieves paradójicamente leves. Personajes aburridos que parecen hablar de vaguedades y que construyen con ellas un entrelazado poderoso. Quería escribir algo así. No lo conseguí, claro, pero al menos le aproveché el impulso" Hay una imagen que irradia el sentido con el que Kartún se apropia de los textos de Chejov. "En los '90 vi una versión de Las tres hermanas de Eimuntas Nekrosius que me reveló algunas cosas: actrices bellas y casi adolescentes seduciendo a unos milicos veteranos, gordos y pelados que eran su única alternativa. Sentí que en ese patetismo se había entendido al fin la tragedia de esas minas".

En Tres rosas amarillas Raymond Carver evocó una confesión de Chéjov cuando escribió que en su vida "carecía de una visión del mundo filosófica, religiosa o política. Cambia todos los meses, así que tendré que conformarme con describir la forma en que mis personajes aman, se desposan, procrean y mueren. Y como hablan". Chéjov sigue tejiendo episodios, incluso, en Buenos Aires, a 150 años de su nacimiento. Mantiene una contundente vigencia asentada en el resquicio de las cosas esenciales.

Fuente: http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2010/06/24/_-02203658.htm

lunes, 7 de junio de 2010

Los 90 años de un mito del teatro

REVOLUCIONO LA ESCENA NACIONAL: ADEMÁS DE SUS OBRAS Y LIBROS FUE SECRETARIO DE CULTURA DURANTE EL GOBIERNO DE RAÚL ALFONSÍN Y GANÓ INNUMERABLES PREMIOS.

Entrevista Carlos Gorostiza El autor de obras clave como “El puente” y “El acompañamiento” reflexiona sobre su carrera y adelanta sus dos nuevas piezas. Hoy celebra su cumpleaños.

PorPatricio Gómez Sánchez. Especial Para Clarín

Alguna vez, el dramaturgo y novelista Carlos Gorostiza explicó que los escritores tienen tres lugares en la vida. El primero, su espacio de trabajo, su escritorio. El segundo, la mente, el pensamiento que crea. El tercero es el mundo y su infinita capacidad de impresionar al hombre. Sentado junto a su viejo escritorio de madera, rodeado de fotos de amigos y de afiches de sus obras, “Goro”, como lo llaman sus seres queridos, es fiel a su explicación. Hoy cumple 90 años y aún mantiene el rito jovial de perder su mirada en el horizonte de Buenos Aires para escudriñar al mundo, dibujarlo mágicamente con sus palabras y encontrarse como ser humano.

Como autor y director, Gorostiza supo revolucionar la escena nacional con obras fundamentales como El puente, El pan de la locura, Los prójimos, ¿A qué jugamos?, El acompañamiento, Matar el tiempo y Aeroplanos . En plena dictadura, fue uno de los fundadores de Teatro Abierto, la máxima experiencia de resistencia cultural del país. También fue secretario de Cultura de la Nación de Raúl Alfonsín y jugó un papel determinante en el fin de la censura. Obtuvo innumerables premios y reconocimientos: ganó el Premio Nacional de Novela por Los cuartos oscuros , el Premio Nacional de Literatura y el Premio Nacional de Teatro; el Konex de Platino, el Premio Planeta por Vuelan las palomas , y fue reconocido por el gobierno de Francia como Commandeur de la Orden de las Artes y las Letras.

Una característica singular de la obra de Gorostiza es su permanencia. La mayoría de sus piezas se han convertido en clásicos y viajan por todo el mundo. Por ejemplo, en 2009 se estrenaron 15 títulos en distintos países. El último pedido que llegó a Argentores es de una compañía de Estonia, que va a subir a escena El acompañamiento , una obra que ya se vio en lugares como Sudáfrica y Finlandia.

¿A qué cree que se debe este fenómeno? Pienso que hay dos razones: que sus temas están vigentes en la sociedad y que son tratados con teatralidad, por lo que las obras no envejecen. Esto me hace muy feliz y ocurre desde mis primeros días como autor. Poco después de estrenar El puente en 1948, la llevaron a Cuba, Puerto Rico, México, Venezuela y Uruguay.

¿Qué siente como espectador de sus propias obras? Muchas veces me pregunto por qué hice esto o aquello. Hace un tiempo fui con Teresa, mi mujer, a ver una pieza mía. En un momento, le pregunto: “¿Yo escribí esto?” Es como si uno tuviera un enanito adentro que trabaja por uno. Desde el punto de vista del oficio, veo las piezas como externamente.

¿Y si analiza su obra en totalidad? Veo una coherencia, una propuesta general. Siempre trabajé mucho los textos, me critiqué y me exigí mucho. Creo que necesité más locura, fui excesivamente racional. Dirigí mis obras desde la primera y eso me llevó tiempo. Pero ya no lo hago más porque no me da el cuero. La última vez, cuando me sentaba no sentía las piernas.

¿Lo extraña? Antes, sentía que había una continuidad entre escribir la obra y ponerla en escena. Ahora, la dejo en manos del director. Eso me ha dado más tiempo. Sin embargo, no hay por qué terminar una obra todos los años: yo lo hago cuando tengo ganas locas o cuando aparecen los temas. A pesar de todo, hice como 30 obras y seis novelas, es bastante.

¿Sigue escribiendo? El año pasado terminé una obra en junio que se llama El aire del río . Se la mandé a Kive Staiff, director del San Martín, y se va a hacer en teatro oficial en 2011, la va a dirigir Manuel Iedvabni. Días después de acordar eso, me puse a leer textos postergados y de repente recordé una palabra: Capistrano. Una cosa trajo la otra y escribí Vuelo a Capistrano . Le aviso a Staiff y le digo “Te mando mi última obra”. Me corrige: “Vos no tenés última obra, tenés anteúltima obra”. Esa la va a dirigir Agustín Alezzo.

¿En qué consiste El aire del río? La pieza ocurre en tres períodos: 1800, 1900 y 2000. En el primero, los protagonistas son tres personajes de la colonia; en el segundo, inmigrantes italianos; y en el tercero, gente de hoy. En las tres épocas hay problemas en una plaza cercana y lo que sucede afuera es distinto, pero parecido.

¿Cómo elige los temas? Siempre hay un superobjetivo en la obras, consciente o inconsciente. Por ejemplo, cuando escribí El acompañamiento para Teatro Abierto vivíamos la peor época de la censura y a mí se me ocurrió una obra alrededor de un personaje al que no lo dejan cantar.

¿Qué opina del teatro argentino actual? Hay espectáculos muy buenos, muy bien dirigidos, pero sin el meollo político-social, que creo que no existe desde la época dura. Esa fue la bisagra histórica. Las dos grandes gestas de la dramaturgia nacional fueron el teatro independiente y Teatro Abierto.

¿Cómo siente la Argentina hoy? No la siento bien, la siento confusa. Es un popurrí, con una división falsa: los derechos humanos. Estos, que son tan batidos por este gobierno, no son los mismos que al principio de esa lucha. Algunas cosas uno querría que fueran de otra manera y otras que no ocurrieran.

¿Qué le pareció la participación de la gente en los festejos por el Bicentenario? Creo que toda esa gente estaba diciendo, desde su inconsciente, que tiene necesidad de patria unida. Lamento cumplir 90 porque hay muchas cosas que no podré ver. Esta sociedad así no aguanta, está en transición y se está gestando un cambio, hay algo germinando en la mente popular. Y querría seguir viviendo porque tengo mucha curiosidad por saber qué va a pasar con la condición humana.

¿Puede pensarse que su obra es su legado? Siento algo de eso. Es como una señal oculta que aparece en gente que tiene mi edad o anda por ahí. Me paran en el banco, en la calle. La otra vez una señora me dijo “gracias por lo que usted hizo por nosotros”. Creo que lo mejor que me ha pasado es que mis obras estén en la currícula de los colegios y las disfruten los más jóvenes.

Fuente: Clarín

lunes, 24 de mayo de 2010

"Los espectadores de teatro son sobrevivientes que se dividen en tribus"


A FONDO: MAURICIO KARTUN DRAMATURGO

Las tecnologías avanzan sobre los espectáculos, pero el teatro defiende la persistencia de un rito añejo y entrañable, en el que público y actores comparten códigos y tienen tiempos propios.

Claudio Martyniuk.

Tal vez el teatro ofrezca la posibilidad de depurar aquello que nos presenta la realidad, y quizás por eso un tiro de bala en una sala tenga una intensidad inalcanzable para miles de balas televisivas. Con un ánimo divergente, una obra es capaz de tensar la atención, agudizar los sentidos, afinar el discernimiento. "Uno intenta luchar contra las metáforas y la realidad no deja de producirlas", afirma uno de los personajes de Ala de criados, obra escrita y dirigida por Mauricio Kartún que se ofrece el Teatro del Pueblo. De esa manera el teatro confronta con la sensibilidad capturada por la industrialización de la cultura.

¿Sería válido diferenciar a los amantes del teatro de los adoradores de la televisión?

Sí. En nuestra época se modificaron las condiciones de recepción del teatro, articuladas a lo largo de unos veinticinco siglos, porque hay espectadores que piden un tiempo diferente, el tiempo que incorporaron a partir del cine y especialmente de la televisión, que es el lugar donde se consume ficción a diario. Entonces, la vieja cocina del teatro, que es una cocina de autor, donde la comida marcha en el momento en el que la pedís, tiene unos tiempos que no se compadecen con cierta expectativa fast food que crea en el espectador el ver televisión todo el día. El espectador de teatro es un sobreviviente. Mantiene paciencia frente al hecho artístico y le aporta su propio tiempo, en función de lo que ese hecho va a devolverle. Esta actitud se va perdiendo en las nuevas generaciones, simplemente porque les faltó experimentarlo, porque disfrutan de otros tiempos de recepción, porque no pueden ver la realidad sin la velocidad de la edición.

Eso haría difícil hablar de teatro popular.

Resulta difícil hablar de teatro popular, más allá de que el teatro popular en general recurre a algunas formas más o menos festivas que siguen teniendo vigencia. Basta ver, por ejemplo, la experiencia notable del grupo Catalinas en La Boca, que es el teatro de la comunidad hecho por la comunidad, asumiendo los códigos del teatro popular tradicional, del sainete, el circo, los títeres. Esto es diferente al teatro de literatura dramática, que exige tiempo, paciencia, y que paga con un enorme disfrute.

Pero todavía el teatro más exigente tiene predicamento en el país.

He recorrido buena parte de los países en los que el teatro tiene tradición y presencia actual, y diría que no hay una ciudad que tenga la producción teatral que tiene Buenos Aires. Es muy difícil que al abrir la cartelera teatral de un diario en cualquier ciudad del mundo uno encuentre, como se puede encontrar acá un sábado, 250 espectáculos conviviendo en un espacio de cincuenta cuadras. Y es notable cómo se han generado también distintas estéticas.

¿Cómo se gestó esta presencia?

Creo que hay razones históricas, sociales y económicas, como la Ley de Teatro, por ejemplo. Pero lo cierto es que la cantidad de teatro que se hace en Buenos Aires es notable y está sostenida por un público que le da sentido. El teatro argentino está creando espectadores que, curiosamente, se dividen en tribus, algunas muy cerradas. Hay gente que va a ver cierto teatro, por ejemplo, teatro joven, y que no entra jamás a un teatro oficial. Existe el bando contrario, por supuesto. Y hay espectadores del teatro comercial serio, de este teatro norteamericano-europeo que suele versionarse.
Varios directores del circuito off pasaron a esas salas.
Y le aportaron a ese circuito nuevas ideas y maneras de mirar.

¿Es artesanal el trabajo del dramaturgo?

Yo lo reivindico como artesanal. Me encargo de manufacturar buena parte de los objetos que están en el escenario. Y lo disfruto. El hecho de que sea artesanal da poder para disponer sobre la totalidad de la estética de ese producto. También es artesanal en lo que hace al manejo de secretos que se pasan de mano en mano. Como suelen decir los carpinteros, "mi oficio no se enseña, se roba". Yo a algunos les he robado y de otros he conseguido generosas donaciones, como en el caso de Ricardo Monti, mi maestro. Pero la única manera de entender esos secretos del oficio es haciendo teatro, probando y mirando cómo lo hizo otro.

¿Cuál sería el principal instrumento de trabajo?

El teatro es letra y música, y no hablo del teatro musical. Un texto es un provocador de acciones y situaciones teatrales, pero además es un fenómeno musical. Tiene una organización musical, una armonía y una belleza que lo emparenta con lo musical. El teatro clásico resolvía esto con el verso y lo musical estaba expresado en la métrica. Que nosotros no usemos el teatro en verso no significa que la musicalidad haya desaparecido. Ella está presente en las formas rítmicas, en un armado, en la belleza de la palabra elegida, en su sonoridad. Pero ese gran atributo de la literatura dramática lo hemos incorporado de una manera distorsionada, como en todo país periférico que se alimenta de la cultura de otros por boca de los traductores. Traductores que no se hacen cargo de la musicalidad sino apenas del sentido estricto de la palabra. Para nosotros, que nos hemos alimentado de Chéjov y Shakespeare, nos resulta difícil entender el fenómeno de lo musical en el teatro; no es así para los españoles. La obra de teatro tiene una estructura musical. Cuando uno elige una palabra, no elige solamente la que mejor representa la idea del personaje, sino aquella que tiene capacidad de evocación y que tiene la condición de nota en una partitura.

¿Cómo afinar la actuación?

Actores, como músicos, los hay con oído y los hay obedientes de la partitura. Son casos diferentes. Yo he trabajado con actores que me modificaban la partitura de una manera maravillosa. El gran ejemplo fue Ulises Dumont, al que jamás logré someter a ninguna de las puntuaciones en las que yo creo de manera militante como organizadoras de la respiración del actor y también de su ritmo. Ulises las traicionaba a cada paso y creaba nuevas formas rítmicas a partir de mi palabra, con su propio oído. Ese tipo de actor es capaz de crear su propia melodía a partir de la partitura de otro. En otros casos, simplemente, como director he aprendido a pedir que disfruten de la puntuación como forma de organización de la idea del texto. En esa puntuación, el dramaturgo instala una hipótesis de tiempo; y cuando se entiende el código de esa puntuación se transforma la forma de entender el texto. Pero siempre se requiere que el actor entienda cómo darle verdad a la palabra.

¿Cómo se sostiene la repetición de la obra, diez, cien veces?

Es un misterio que sólo los actores pueden entender en su propio cuerpo. La mayoría de ellos ni siquiera puede explicarlo. Creo que pasa por el goce del acto mimético. Yo mismo, frente a la repetición de la obra, empiezo a pensar en fórmulas para renovarla. Para renovar el entusiasmo, intercalo observaciones, recupero cosas que se hicieron en viejos ensayos. Y hay veces que siento que los actores me miran como diciendo "no hace falta avivar el fuego, el fuego está presente". Hay que ver cómo se enciende el actor minutos antes de comenzar la función. En segundos, queda atrás un día de mucho trabajo o de mucho dormir y deja entrar al personaje, se convierte, acepta el desafío de lo mimético y lo vive en un estado de gracia. Las buenas obras hechas por buenos actores generan momentos sagrados.

Y desde la intensidad del escenario, ¿cómo se siente al público?

El público sigue siendo para los creadores de teatro el gran misterio. Es el misterio que no nos deja atarnos a una fórmula. Más allá de que hay ciertas manifestaciones que estimulan al actor -si el público ríe, el actor estará más cómico; si tose, estará más nervioso- hay algo en la manifestación de la sala que carga al escenario de una hipótesis. Siempre la interlocución con alguien es una hipótesis. El actor acaba de conocer al público y crea una hipótesis sobre esa relación, y eso le permite darle una forma a lo que hace.

¿Cómo se dispone el tiempo?

El teatro es una forma curiosa de condensación del tiempo. El teatro es tiempo condensado. Jarabe de tiempo. Las obras de teatro nunca duran lo que duraría la realidad de ese fenómeno, aun las que están escritas en tiempo real. El texto teatral se queda con lo necesario.
¿Cómo relata el teatro?

El espectador, cuando se sienta, ve algo, un relato que sucede frente a sus ojos, pero además hay alusiones. De manera que se ha visto una obra pero ha imaginado al menos diez veces más que lo visto. Hay un relato encubierto, en el cual el espectador, creyendo disfrutar de lo que está frente a sus ojos, se carga de aquello que no ve. El manejo solvente de la técnica teatral es aquel que logra la mejor ecuación entre lo que se ve y lo que se alude. Cuanto mayor sea el volumen de lo aludido sin apabullar al espectador en el marco de lo que debe ver, pues mejor es la obra en términos de esa dialéctica. Hay un conocimiento condensado en el cual en dos horas, en realidad, un espectador quizá vio cincuenta. Con esta virtud, al teatro entonces no le cuesta traer una época a la vista del espectador a través de pequeños rasgos que desarrolla a partir de un enorme sistema de alusión. También crea un sistema ritual muy curioso: en el teatro conviven presente, pasado y futuro. El teatro es un presente que continuamente está aludiendo al futuro en la expectativa que crea sobre la resolución del conflicto. Es un presente que alude a un futuro que está vivo en las expectativas, mientras cuenta un pasado. Simultáneamente, el espectador hace su tarea de incorporar conocimiento de los tres planos.

Fuente: Clarín

domingo, 16 de mayo de 2010

III Premio Nacional de Dramaturgia Festival de Teatro de Cali 2010. Colombia

Cierre: 1 de junio de 2010

El premio de dramaturgia de la Fundación Festival de Teatro de Cali es un estímulo a la creación, publicación y difusión del texto teatral, y también un incentivo a la reflexión acerca de la escritura teatral y sus vecindarios con la poesía y la narrativa. El espíritu del premio, las razones y propósitos que lo fundamentan, ha generado la realización de un evento que, en alguna medida, constituye su contexto: desde el año 2006 realizamos bienalmente la Semana de la Dramaturgia y, en este 2010, esta Semana propiciará el Encuentro Internacional de Dramaturgia Contemporánea –que ocurrirá en simultánea con la entrega de la tercera edición de este premio–.
El premio del año 2006 –el primero– lo obtuvo Iván Barlaham Montoya con su obra Elogio a la locura. Reina en jaque y el del 2008 fue de Beatriz Camargo con su obra Sólo como de un sueño de pronto nos levantamos. La primera vez convocamos a la escritura de textos sobre un personaje legendario, un “mito” urbano, Jovita Feijó; luego optamos por una convocatoria de tema libre, que ahora conservamos.
Así, en este año, tenemos el gusto de ofrecer, a los escritores de todo el país, el III Premio Nacional de Dramaturgia Festival de Teatro de Cali 2010.
BASES DE LA CONVOCOTORIA
•Premio al mejor texto teatral que se escriba sobre tema libre.
CUANTÍA: SIETE MILLONES DE PESOS ($7’000.000) y la publicación de 1.000 ejemplares de la obra.
CIERRE DE CONVOCATORIA: 1.º de junio del 2010.
DESCRIPCIÓN: Este premio se otorgará al mejor texto teatral de tema libre enviado a esta convocatoria, elaborado por un colombiano o extranjero residente en Colombia, y que no haya sido publicado o llevado a escena.
REQUISITOS GENERALES DE PARTICIPACIÓN
Pueden participar:
Personas naturales, que sean colombianas o, bien, extranjeras residentes por más de siete (7) años en Colombia.
No pueden participar:
a)Miembros de las juntas directivas de la Fundación Festival de Teatro de Cali y ni de las instituciones que la conforman.
b)Personas que, en el tiempo de la convocatoria y de su evaluación, tengan un vínculo laboral con la Fundación Festival de Teatro de Cali.
c)Ganadores de anteriores convocatorias de este premio.
d)Textos que hayan sido publicados, premiados u obtenido menciones, o que estén participando de manera simultánea en otros concursos.
e)Textos que hayan sido llevados a escena, en parte o en todo.
FORMATO DE PRESENTACIÓN
1.Contenido de la propuesta:
•Texto teatral, en cd (en word 2007) e impreso en tres (3) copias encarpetadas de manera independiente.
Nota: en ninguna parte –del cd o de las carpetas- deberá aparecer el nombre o seudónimo del proponente. La única identificación será el título de la obra que constará en la primera página de cada copia. El texto deberá estar escrito en español, con un mínimo de veinte (20) páginas, tamaño carta escritas a doble espacio por una sola cara, letra Arial, tamaño 12 puntos.
2.Documentación (incluir sólo en sobre sellado):
•Formulario de participación (anexo a la presente convocatoria) diligenciado en computador o en letra imprenta, firmado por el autor de la propuesta.
•Hoja de vida del autor.
•Fotocopia del documento de identidad del proponente.
•Y, para el caso de extranjeros, certificación oficial del tiempo de su residencia en Colombia.
ENVÍO DE LA PROPUESTA
Todo el material se debe enviar por correo certificado en un solo paquete. No se aceptan propuestas que vengan por otro medio.
El destinatario en el sobre debe aparecer así:
FUNDACIÓN FESTIVAL DE TEATRO DE CALI
III Premio Nacional de Dramaturgia Festival de Teatro de Cali 2010
Carrera 25 n.º 2-72 San Fernando
Santiago de Cali, Valle
PROCESO DE SELECCIÓN Y EVALUACIÓN
•Verificación de requisitos: Para certificar la fecha límite de entrega se verificará la fecha del matasellos de correo. Del mismo modo se comprobará el cumplimiento de todos los requisitos generales y específicos de participación. Quienes envíen más de una (1) propuesta o envíen documentación incompleta, quedarán automáticamente descalificados. Sólo aquellas propuestas que reúnan la totalidad de los requisitos serán enviadas a los jurados para su evaluación. Luego del cierre de la convocatoria, la Fundación no dará información telefónica ni personal sobre la misma. Cualquier observación o inquietud al respecto se deberá hacer por escrito, mediante correo certificado o electrónico. La Fundación se reserva el derecho de considerar cuáles mensajes ameritan una respuesta.
•Evaluación de las propuestas: Estará a cargo de tres (3) jurados idóneos, conocedores del área y de reconocido prestigio, cuya labor consistirá en calificar de manera individual el texto teatral, y luego acordar y emitir conjuntamente su decisión.
•Deliberación y fallo: Las deliberaciones serán secretas y la decisión sobre el texto ganador quedará consignada en un acta, y el resultado será inapelable. El jurado podrá declarar desierto el premio si lo considera pertinente. El fallo de los jurados será adoptado por la Fundación Festival de Teatro de Cali mediante resolución suscrita por su junta directiva, contra la que no procede recurso alguno.
•Otorgamiento del premio: Una vez conocido el veredicto de los jurados, la Fundación Festival de Teatro de Cali verificará que el participante seleccionado cumpla con todos los requisitos. De encontrarse, en ese momento, causal de inhabilidad o impedimento, quedará descalificado y lo reemplazará quien hubiere ocupado el segundo lugar en la evaluación, o, en su defecto, se declarará desierto.
•Publicación de resultados: Los resultados serán publicados a partir del 1.º de octubre del 2010 en los medios de comunicación, y en la página virtual www.festivaldeteatrodecali.org
•Devolución de las propuestas: Se devolverá sólo el original de las propuestas no seleccionadas, el que podrá ser retirado, del 1.° al 30 de noviembre del 2010, por el proponente o por quien éste delegue mediante autorización escrita. Las propuestas no reclamadas en este periodo serán destruidas. Por su parte, los jurados residentes fuera de Cali destruirán las copias de las propuestas remitidas para su evaluación, por lo que la Fundación Festival de Teatro de Cali no se responsabiliza de su devolución.
DERECHOS Y DEBERES DEL GANADOR
•Derechos:
1.Ser el titular de los derechos patrimoniales de su obra.
2.Recibir el monto señalado en esta convocatoria en un solo desembolso.
3.Recibir 50 ejemplares de la publicación de su obra.
•Deberes:
1.Asistir al acto de premiación o autorizar a un representante a reclamar el premio en su nombre.
2.Autorizar a la Fundación Festival de Teatro de Cali a editar el texto, a publicarlo y a realizar su respectiva distribución y comercialización. La Fundación se reserva la potestad de definir la forma y la tirada de la publicación. Todos los costos de producción editorial, distribución y promoción, correrán por cuenta de la Fundación.
3.Autorizar a la Fundación Festival de Teatro de Cali a promover lecturas públicas de la obra o a ponerla en escena en la modalidad de teatro leído. En el caso de que se cobre boletería por estas presentaciones, el pago de los respectivos derechos de autor se reconocerá a través de Sayco; y, para tal efecto, el autor deberá inscribirse en esa organización.
4.Autorizar a la Fundación Festival de Teatro de Cali a difundir la obra en su página electrónica y en sus medios escritos.
5.En todas las publicaciones futuras de la obra ganadora se deberá dar crédito al III Premio Nacional de Dramaturgia Festival de Teatro de Cali 2010.
Con el apoyo de MINISTERIO DE CULTURA * SECRETARÍA DE CULTURA DE CALI
FUNDACIÓN FESTIVAL
DE TEATRO DE CALI
Carrera 25 n.º 2-72 San Fernando
Teléfono (2) 5541782
festivaldeteatrodecali@gmail.com
www.festivaldeteatrodecali.org
Santiago de Cali, Valle (Colombia).

Fuente: celcit

miércoles, 12 de mayo de 2010

Murió Perla Szuchmacher

La dramaturga y actriz fue uno de los grandes nombres del teatro infantil

Anteayer falleció, en la Ciudad de México, la dramaturga argentina (nacionalizada mexicana) Perla Szuchmacher, una de las precursoras del teatro infantil en América latina, a causa de una enfermedad que la golpeó fuerte desde el año pasado.

Nació el 9 de abril de 1946 y se incorporó a la escena mexicana con el Grupo 55, una compañía que codirigió entre 1993 y 2004 y en la que se desempeñó como dramaturga, directora, coreógrafa y docente, especialmente en el campo del teatro para niños y jóvenes. A su vez, fue miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, formó parte del Consejo Académico del Programa Nacional de Teatro Escolar.

Su obra Malas palabras , actualmente en cartel en Buenos Aires (con una crítica excelente), recibió el premio principal que otorga la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, mientras que Lágrimas de agua dulce ganó el primer lugar de la Muestra Estatal de Teatro en Michoacán 2008. Entre otros trabajos, fue artífice de Príncipe y príncipe (actualmente en escena en México), ¡Vieja el último!, Historias con ruidito, Inútil presentarse sin cumplir los requisitos, Adiós, querido cuco y Arrullos para niños despiertos .

Como actriz trabajó en Pajaritos en la cabeza, La vuelta manzana, El lagartito travieso y Mefis anda suelto , entre muchas otras.

Fuente: La Nación

martes, 11 de mayo de 2010

Muere Perla Szuchmacher, dramaturga especializada en teatro infantil y juvenil

Carlos Paul

Periódico La Jornada
Martes 11 de mayo de 2010, p. 8

México.- La dramaturga, directora y docente argentina Perla Szuchmacher, especializada en teatro para niños y jóvenes, falleció este lunes a la edad de 64 años, a causa de un cáncer que padecía desde el año pasado.

La destacada creadora escénica, quien radicaba en México, fue de enorme relevancia para el teatro infantil en nuestro país. Fue una maestra para el gremio, al cual enseñó cómo abordar de otra manera ese tipo de teatro, comentó la joven directora Aracelia Guerrero, con quien Szuchmacher puso en escena su más reciente obra, titulada Príncipe y príncipe.

Durante su trayectoria, diversos fueron los montajes fundamentales y memorables que realizó, entre los que figuran ¡Vieja el último!, Inútil presentarse sin cumplir los requisitos, Hermanitos y A la mamá y al papá.

Como dramaturga o directora siempre consideró que a los niños hay que decirles las cosas como son. En el teatro para niños “sus fuertes, fundamentales e inteligentes temáticas la distinguieron, al igual que su metodología.

Fue una creadora de convicciones y fortalezas que nunca dejó de pelear por espacios teatrales donde se presentaran obras dirigidas a los niños, comentó Guerrero a La Jornada.

Con la maestra Szuchmacher se aprendía desde clases de sentido común y de lucha, hasta de dignidad.

Era integrante del Sistema Nacional de Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y formó parte del Consejo Académico del Programa Nacional de Teatro Escolar y de la Dirección Artística de Muestra Nacional de Teatro, en 2007 y 2008.

Respeto a la inteligencia

Malas palabras, texto de Szuchmacher, recibió el Premio de Dramaturgia El mejor teatro para niños 2001, que otorga la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Ese montaje participó en festivales nacionales e internacionales.

Otras de sus obras son Canek, El rey que no oía pero escuchaba (Dramaturgia para joven público. Ediciones Paso de Gato), Una historia común y Paz… torela.

Con la puesta en escena de Lágrimas de agua dulce, escrita por Jaime Chabaud, obra que gira en torno a la explotación infantil, Szuchmacher ganó el primer lugar de la Muestra Estatal de Teatro Michoacán 2008.

De 1993 a 2004 codirigió el Grupo 55, especializado en teatro para niños y jóvenes, donde realizó tareas de dirección, dramaturgia, entrenamiento corporal de actores, coreografía y capacitación.

Su más reciente trabajo como dramaturga, actualmente en cartelera, es Príncipe y príncipe, obra que habla sobre la diversidad sexual, dirigida a niños, a partir de un cuento holandés escrito por Linda de Haan y Stern Nijland.

Con el fallecimiento de la dramaturga y directora Perla Szuchmacher, el país pierde a una de las mejores creadoras, quien hizo muchísimo por el teatro infantil y las audiencias jóvenes y por el teatro mexicano en general. Siempre hizo montajes en los que respetaba la inteligencia de los niños, hablándoles con la verdad. Fue una mujer generosa y honesta que toda su vida se dedicó a dar, comentó la actriz Aidé Boetto.

De acuerdo con sus indicaciones, la maestra Perla Schumacher dispuso que su cuerpo fuera cremado. Familiares, colegas, discípulos y amigos la velaron la noche de este lunes en su domicilio de la colonia del Periodista.

Fuente: La Jornada

lunes, 10 de mayo de 2010

1° Concurso Internacional de Dramaturgia "Teatro Incluido". Argentina

Cierre: 31 de julio de 2010

La Fundación Cultura Frontal convoca a los autores teatrales a participar del 1º Concurso Internacional de Dramaturgia “Teatro incluido”.
Planteamos a los dramaturgos contemporáneos un desafío: dirigir su mirada poética en función de un problema social, a los efectos de reflexionar y producir opinión desde la creación artística.
La convocatoria está destinada a obras de teatro, cuyo eje temático o conceptual este centrado en el término “inclusión”.
BASES Y REGLAMENTO
1 - REQUISITOS QUE DEBEN CUMPLIR LAS OBRAS
a) originarse o relacionarse con el eje propuesto,
b) dicha relación queda sujeta a la creatividad del autor. Sin embargo, el autor deberá fundamentar por escrito esta zona de conjunción, y la misma será considerada junto a la obra en el momento de la selección,
c) podrán presentarse textos previamente escritos por el autor que se ajusten a los márgenes de esta convocatoria o materiales originados y desarrollados a partir de la misma,
d) no hay restricciones máximas ni mínimas en cuanto a la cantidad de páginas a utilizar,
e) cada autor podrá presentar una sola obra,
f) podrán participar argentinos nativos o extranjeros.
g) Las obras presentadas deberán ser originales (no adaptaciones), inéditas, no estrenadas, no haber sido premiadas anteriormente, ni escenificadas con anterioridad en ningún país, ni tampoco podrán estar participando en procesos de selección de ningún otro concurso durante el periodo de tiempo comprendido desde el comienzo de la fase de selección hasta el fallo de premiación de este concurso.
2 – RECEPCIÓN
a) La convocatoria se abrirá el 18 de abril y concluirá el 31 de julio de 2010.
b) En el caso de que se reciban obras con posteridad al 31 de julio, se tendrá en cuenta la fecha del matasellos del correo para verificar su validez.
c) Los originales se enviarán por correo a:
Fundación Cultura Frontal.
Tagle 2532 PB “A”. (C1425EEB)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina
3- FORMA DE PRESENTACIÓN
a) Las obras deberán estar impresas por quintuplicado (cinco copias) en hoja A4, con páginas numeradas, fuente Arial 10, interlineado sencillo, bajo seudónimo y presentarse dentro de un sobre cerrado. En dicho sobre se adjuntarán:
1) un sobre blanco tipo carta en cuyo exterior constará el título de la Obra, y en su interior una hoja A4 con el seudónimo elegido y los siguientes datos personales:
4 – EL JURADO
a) La Fundación Cultura Frontal y el Jurado verificarán las condiciones de admisibilidad, pudiendo dejar fuera de concurso las presentaciones que no cumplan con todos los requisitos explicitados.
b) el Jurado (seleccionado por Fundación Cultura Frontal) estará compuesto por personalidades del quehacer teatral, representantes de instituciones relacionadas con la inclusión social y la propia Fundación, cuya integración se dará a conocer contemporáneamente con el resultado del Concurso.
c) El Jurado producirá su dictamen en el mes de octubre de 2010.
5 – SELECCIÓN Y PREMIOS
a) El jurado seleccionará tres (3) obras:
- 1er PREMIO - $ 4.000 - Premio otorgado por: Fundación Cultura Frontal. Diploma y participación en Ciclo de Teatro leído.
- 2do PREMIO – Premio entregado por el INADI - Diploma y participación en Ciclo de Teatro leído.
- 3er PREMIO – Premio otorgado por UNICEF - Diploma y participación en Ciclo de Teatro leído.
El premio CULTURA FRONTAL se otorgará a aquella obra que, a criterio del jurado y cumpliendo con el marco conceptual arriba descripto, sea merecedora del primer premio del presente concurso.
El premio INADI se otorgará a aquella obra que además de cumplir con los requisitos del marco conceptual del presente concurso, se destaque por la singularidad en el abordaje del tema relacionado con la discriminación.
El premio UNICEF se otorgará a aquella obra que además de cumplir con los requisitos del marco conceptual del presente concurso, se destaque por el abordaje del tema de la inclusión relacionado con la niñez y la adolescencia.
Asimismo el Jurado podrá seleccionar hasta cuatro (4) obras más, las cuales recibirán un diploma y participarán en el ciclo de Teatro leído que realizará la Fundación en el mes de noviembre de 2010.
b) Los premios en dinero efectivo no podrán ser compartidos ni declarados desiertos.
c) El jurado se expedirá en el mes de octubre del corriente año y el fallo será inapelable.
d) Los participantes podrán conocer a los ganadores a través de la página web de la Fundación.
e) Los originales de las obras que no resulten seleccionadas no serán devueltos a sus autores y serán destruidos 30 días después de la emisión del fallo del concurso.
f) Las obras seleccionadas formarán parte de un Ciclo de Teatro leído que se realizará en el mes de Noviembre de 2010 o cuando la Fundación lo disponga.
g) Los autores seleccionados deberán autorizar, por medio de Argentores, a los productores designados oportunamente por la organización del ciclo, a representar sus obras con carácter de exclusividad, por el periodo de 1 (un) año o 12 funciones, lo que ocurra primero, percibiendo como arancel el 10% de la recaudación total de boletería, en concepto de derecho de autor.
Dicha autorización deberá hacerse efectiva en las fechas que la producción así lo indique.
h) Al participar en esta convocatoria, los ganadores aceptarán de antemano suscribir el contrato de publicación de sus obras, en caso de que esto sea decidido por la Fundación.
i) El premio recibido será considerado como pago de derecho de publicación.
j) El jurado y la Fundación Cultura Frontal serán los encargados de resolver cualquier situación o conflicto que se presente, no previsto en las presentes bases. Las decisiones que adopten estos cuerpos serán inapelables.
k) La participación en el presente concurso importa de pleno derecho el conocimiento y aceptación de sus Bases y Reglamento.
l) Se recomienda a los autores la inscripción de sus obras en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual. La Fundación no asume responsabilidad alguna por las obras no inscriptas, ni por la recepción de las eventualmente remitidas.
cultura@fundacionculturafrontal.org
http://fundacionculturafrontal.blogspot.com
(54 11) 4803-9863
Tagle 2532 PB "A" (C1425EEB)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
República Argentina

Fuente: celcit

miércoles, 5 de mayo de 2010

Concurso Nacional de Obras de Teatro de Humor - Premios Emilia. Argentina

Cierre: 28 de junio de 2010

Organiza: Biblioteca Teatral Hueney; con el apoyo del Instituto Nacional Del Teatro.
Auspician: Argentores, Fundación Somigliana.
BASES Y REGLAMENTO.
BIBLIOTECA TEATRAL HUENEY, convoca a los Autores Argentinos, cualquiera sea su lugar de residencia o a extranjeros con cinco años de radicación en el país a participar del SEXTO CONCURSO NACIONAL DE OBRAS DE TEATRO DE HUMOR – PREMIOS EMILIA, que se regirá por el siguiente reglamento:
a) La convocatoria está destinada a OBRAS DE TEATRO DE HUMOR, de una duración no superior a los sesenta minutos, para público adulto, sin límite de personajes, temática, propuesta estética o de montaje.
b) Cada autor podrá presentar la cantidad de obras que desee, cada una de ellas por separado y con diferente seudónimo, pero no se acordará más de un premio por autor.
c) Las obras presentadas, no podrán haber sido estrenadas en el país o en el extranjero, ni publicadas total o parcialmente, ni premiadas o distinguidas, hasta el momento del cierre de la presente convocatoria.
d) Deberán presentarse por triplicado, mecanografiadas y bajo seudónimo. Se adjuntará un sobre cerrado en cuyo exterior constará el título de la Obra y el seudónimo elegido. En el interior, también por triplicado los datos personales completos del autor. No podrán participar los autores premiados en la convocatoria inmediata anterior. El impedimento no alcanza a quienes recibieron “menciones especiales”.
e) La convocatoria abre el 20 de FEBRERO de 2010 y cerrará indefectiblemente el día 28 de junio de 2010. Las obras deben enviarse a BIBLIOTECA TEATRAL HUENEY – 6to. CONCURSO NACIONAL - COLON 170 - (8340) ZAPALA – Pcia. de NEUQUEN - En el “remitente” podrá consignarse la Respectiva Delegación Provincial del INT y el seudónimo utilizado. Para la verificación de la presentación en término se estará a la fecha indicada en el matasellos postal.
f) Se recomienda a los autores la inscripción de sus obras en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual. El Ente Organizador no asume responsabilidad alguna por las obras no inscriptas, ni por la recepción de las eventualmente remitidas.
g) La Biblioteca Hueney y un Jurado de preselección, verificarán las condiciones de admisibilidad y dejarán fuera de concurso las que no cumplan con los requisitos de presentación. El Jurado de Selección final estará compuesto por reconocidas personalidades de la especialidad, cuya integración se dará a conocer con el resultado del Concurso.
h) El Jurado premiará las tres mejores obras, sin perjuicio de las menciones especiales (sin límite) que considere necesario acordar.
i) Los ganadores recibirán la estatuilla “EMILIA” La Biblioteca otorgará además, al Primer Premio: Plaqueta distintiva y la suma de pesos Mil quinientos; al Segundo Premio: Plaqueta distintiva y la suma de pesos Mil doscientos y al Tercer Premio: Plaqueta distintiva y la suma de pesos Novecientos.- La entrega de los premios se realizará en fecha a determinar en abril de 2011, en Zapala, Provincia del Neuquen e integrarán los mismos además, obsequios aportados por Entidades Auspiciantes y colaboradoras, así como estadía, viajes y homenajes a los ganadores. Biblioteca Teatral Hueney propiciará mostrar las obras seleccionadas en el marco del SEXTO FESTIVAL NACIONAL DE TEATRO DE HUMOR., así como su publicación a través de las entidades intervinientes. Salvo la entrega de los premios, los demás eventos propuestos dependerán de la concreción de los aportes que se solicitarán al INT y otras entidades oficiales.
j) El Jurado producirá su dictamen el día 2 de Setiembre de 2010, pudiendo declarar desierto cualquiera de los premios previstos.
k) El incumplimiento a cualquiera de los requisitos aquí establecidos significará la exclusión de la obra respectiva del Concurso, pudiendo revocarse premios acordados.
l) Las obras concursantes, finalizado el concurso pasarán a integrar,
-previa determinación de sus autores- el Archivo de la Biblioteca Teatral Hueney.
m) La Comisión Directiva de la Biblioteca Teatral Hueney será el órgano de control y admisión de las Obras, y será quien designe el Jurado de Preselección y el Jurado de Selección. Este último tendrá a su cargo la selección y dictamen de premios, además de resolver cualquier situación o conflicto que se presente, no previsto en las presentes bases. Las decisiones que adopten estos cuerpos serán inapelables.
n) La participación en el presente Concurso importa, de pleno derecho el conocimiento y aceptación de sus Bases y Reglamento.
LA BIBLIOTECA TEATRAL HUENEY DE ZAPALA –GALARDONADA EN EL 2009 CON EL PREMIO ACE A LA DIFUSIÓN DEL TEATRO ARGENTINO- ABRE LA CONVOCATORIA PARA EL SEXTO CONCURSO NACIONAL DE OBRAS DE HUMOR. LA MISMA CIERRA EN JUNIO DE ESTE AÑO, Y PODRÁN PARTICIPAR OBRAS DE HUMOR PARA PÚBLICO ADULTO, SIN LÍMITE DE PERSONAJES, TEMÁTICA O PROPUESTA ESTÉTICA. CADA AUTOR PODRÁ PRESENTAR BAJO SEUDÓNIMO LA CANTIDAD DE OBRAS QUE DESEE -CADA UNA DE ELLAS POR SEPARADO Y CON DIFERENTE ALIAS-, PERO NO SE ACORDARÁ MÁS DE UN PREMIO POR AUTOR.
LOS TRES GANADORES RECIBIRÁN LA ESTATUILLA EMILIA, DINERO EN EFECTIVO, Y LA INVITACIÓN AL SEXTO FESTIVAL NACIONAL DE TEATRO DE HUMOR (2011), DONDE SE PROPICIARÁN LAS CONDICIONES PARA PODER MONTAR LAS PIEZAS. ASÍ, LA BIBLIOTECA QUE DIRIGE HUGO SACCOCCIA CONTINÚA AFIANZANDO SU MISIÓN DE PROMOVER Y DIFUNDIR EL TEATRO ARGENTINO. ADEMÁS DE LA REALIZACIÓN DE CINCO CONCURSOS DE DRAMATURGIA DE HUMOR Y CINCO FESTIVALES, TAMBIÉN ORGANIZÓ EL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE DRAMATURGIA (2009), DONDE DESTACADOS AUTORES DE LA ESCENA NACIONAL Y CRÍTICOS ESPECIALIZADOS DEBATIERON BAJO EL TÓPICO VEINTICINCO AÑOS DE DRAMATURGIA EN DEMOCRACIA.
BIBLIOTECA TEATRAL HUENEY
Acercar El País, Extendiendo Los Brazos 1984-2010
Dirección para envío de las obras: Colón 170 CP: 8340 – Zapala
Provincia de Neuquén – Argentina
Teléfono: 02942- 421844
+info: www.bibliotecahueney.com.ar

Fuente: celcit

lunes, 3 de mayo de 2010

Micromonólogos por la identidad - Argentina

Cierre: día 15 de Mayo 2010

Buscando confeccionar un nuevo tipo de evento teatral -un verdadero “arte-facto”- ensamblando espontaneidades que remitan a la identidad y que posibiliten alta calidad dramática en el marco del ciclo “10 años de teatroxlaidentidad, 200 años de nuestra identidad”, TXI convoca a una selección abierta de micromonólogos.

Los materiales elegidos –aproximadamente diez de ellos- serán parte de un espectáculo integral, modular, montado sobre esa selección y sobre algunos otros textos encargados expresamente a algunos dramaturgos de trayectoria.

La dirección del espectáculo estará a cargo de Daniel Veronese y la coordinación dramatúrgica será de Mauricio Kartun.

La selección estará a cargo de los responsables artísticos y de Luis Rivera López, como representante de TxI.

Será parte del objetivo de este mecanismo dramático a desarrollar: la unión de actores noveles con figuras del teatro más conocidas, así como la presencia en la autoría del evento de escritores surgidos del concurso, compartiendo esa autoría con otros del medio profesional.

La temática de los monólogos será acerca de la identidad en forma directa, (es decir acerca del tema de la apropiación de niños durante la última dictadura militar), o indirecta (es decir que hable de la identidad en general). Así mismo y para establecer un código común que unifique artísticamente más allá de lo anterior, los textos deben hacer referencia de alguna manera al teatro como actividad, espacio, arte u oficio (en sus personajes o trama). De manera tal que tanto Teatro como Identidad sean conceptos presentes en cada uno de los monólogos.

Los monólogos pueden funcionar desde cualquiera de las interlocuciones convencionales:
a) Interlocutor ausente: fuera de escena, evocado, muerto, etc.
b) Interlocutor presente en silencio.
c) Interlocución con espectador real (a la manera de stand up). O Interlocución con espectador al que se le atribuye condición ficcional (a la manera de Sobre el daño que hace el tabaco, de Anton Chejov).
d) Soliloquio (el personaje habla consigo mismo)
O alguna otra forma original que encuentre el autor
Los textos tendrán un máximo de 3.000 caracteres (con espacios), incluyendo didascalias si las tuviese, buscando una duración no mayor a 3 minutos. Podrán ser incluso más breves. No se aceptarán en cambio materiales de mayor extensión.
El espacio de representación será un escenario vacío, de manera que los textos no requerirán de ninguna escenografía ni elementos de utilería, salvo algún utensilio pequeño que pueda portar el actor mismo
Por la característica del espectáculo los monólogos elegidos serán intervenidos, es decir editados, adaptados en forma y duración o fraccionados por la coordinación dramatúrgica de acuerdo a necesidades escénicas o literarias. La participación en esta selección supone la aceptación de dicha condición.
Los autores podrán participar de la selección con cuantos materiales gusten enviar.

Los monólogos deben remitirse exclusivamente por correo electrónico a micromonologostxi@gmail.com como documento adjunto de Word hasta el día 15 de Mayo, inclusive. Deben figurar en el mismo adjunto los datos del autor y sus teléfonos de contacto. En caso de resultar seleccionado, el autor correspondiente recibirá una comunicación antes del día 15 de Junio de 2010. Si ese contacto no se hubiese producido se dará por sobreentendido que el material no ha sido seleccionado.

Fuente: celcit

jueves, 25 de marzo de 2010

“El teatro y la historia”, temporada 2010

La Comedia de la Provincia anuncia los catorce dramaturgos seleccionados para la nueva temporada del ciclo “El teatro y la historia... hacia el bicentenario”. Estos autores serán los encargados de escribir las obras que abordarán los sucesos de la historia Argentina en el período pre-constitucional, comprendido entre 1806 y 1853; teniendo en cuenta los acontecimientos históricos y sus personajes protagónicos.

Este programa es organizado por el Instituto Cultural, a través de la Comedia de la Provincia y del Ministerio de Educación y Cultura y cuenta con el asesoramiento de Pacho O´Donnell, Felipe Pigna, Marcelo Valko y Osvaldo Bayer entre otros destacados historiadores.

Néstor Leonardo Rizzi - Mar del Plata

José María Ithurrart - Luján

Augusto Denis - La Plata

César Omar Genovesi - La Plata

Cristian Eduardo Palacios - Villa Bosh

Hernán Pablo Nemi - El Palomar

Gabriela Andrea Lorusso - Mercedes

María Cristina Demo - La Plata

Miguel Angel Mendiondo - Bahía Blanca

Jorge Claudio Simiz - Moreno

Mariela Soledad Anastasio - La Plata

Zoraida Elisabet Palamara - Moreno

Mariano Luis Campi - Escobar

Mónica Liliana Landolfi - Olivos


Contacto:

artisticacomedia@ic.gba.gov.ar

http://www.ic.gba.gov.ar/comedia/

calle 53 e/ 9 y 10 - 2 piso La Plata - Buenos Aires

Tel: 0221-4291720/1788

jueves, 18 de marzo de 2010

Dramaturgo de exportación

Eduardo Rovner

Tiene 25 montajes de sus obras en distintas ciudades de Europa y de América

En el Centro Cultural 25 de Mayo, de Villa Urquiza, las funciones de Illia (Quién va a pagar todo esto) de Eduardo Rovner seguirán hasta fines de junio debido al éxito de público. Al dramaturgo se lo ve muy feliz por estos días y no sólo porque esa pieza -extraña dentro de su producción- sigue funcionando bien sino porque ya ha confirmado que varios de sus textos se montarán durante esta temporada en importantes países de Europa central, Europa del este, América latina y aún en la Argentina. Además, la editorial De la flor publicará un nuevo volumen de su colección con sus últimas piezas.

La última novedad, al menos por ahora, es que Los Velázquez , una obra de la última época, se estrenará en Cosa Rica, en el Teatro Nacional, cerrando el Festival Internacional de las Artes a fines de marzo. La dirección corre por cuenta de otro argentino, Alejandro Casavalle.

"Lo que me pone contento es que esta proyección internacional se fue dando sin pensarlo - cuenta el autor-. La pegué hace varios años con Volvió una noche y, desde entonces, mis obras no dejan de montarse afuera. Tengo cerca de 15 representándose en diferentes ciudades y algunas de ellas con más de una puesta. Lo que suma 25 espectáculos. Este mes se cumplen ocho años que Volvió una noche está en cartel ininterrumpidamente en distintas ciudades de la República Checa. En Praga estuvo seis años en cartel."

Si se revisa el listado de piezas y lugares donde se representan se verá, de inmediato, que los artistas de la República Checa tienen un especial interés por la producción de Rovner. El autor lo explica de manera muy sencilla. "Creo que hay una multiplicidad de razones para analizar este fenómeno. Por primera vez pusieron Volvió una noche y, según me explicaron, la encontraron en Internet. Buscaban programar obras latinoamericanas y ese texto cumplió con sus necesidades. A la vez, si observás películas checas o eslovenas verás que ellos, en general, tienen un manejo del humor negro que es muy interesante, pasan del disparate a la tragedia con mucha facilidad. Los checos me dicen que soy uno de ellos. Y puede ser, mis viejos nacieron en lo que hoy es Moldavia, muy cerca de allí, con lo cual mi poética bien puede interesarles".

Hay un material que escapa de ese mundo que le gusta transitar con historias en las que "el humor, la emoción y la sorpresa" se dan la mano. Se trata de Illia (Quién va a pagar todo esto) que actualmente protagoniza Arturo Bonín con dirección de Alberto Lecchi. "Escribí esa obra en tiempos de Menem -explica Rovner-. Entonces sentía que la corrupción y la ostentación estaban a la orden del día. Y eso me producía asco. Cuando me pasan esas cosas me da por escribir una obra donde el personaje es todo lo contrario a lo que está sucediendo, busco mostrar un modelo diferente. Criticar la corrupción y la ostentación no tenía sentido, quise demostrar que hay otras posibilidades, que dentro de nuestra historia hay hombres que se destacaron por ser diferentes".

En esa línea también se encuentra, dentro de la producción de Eduardo Rovner, Sócrates, el encantador de almas . Y estas piezas que resultan diferentes dentro de la obra general del autor -destacadas por mostrar a "héroes cotidianos, hombres comunes que tratan de romper con la estructura que los subyuga; personajes aparentemente chiquitos pero que consiguen cosas muy importantes para ellos"- se suman a una saga de producciones en las que las búsquedas cambian y asoman otras cuestiones a considerar. Así, actualmente está trabajando con Oscar Araiz una pieza para ballet y acaba de escribir Los cazadores , donde minimiza el uso de la palabra.

"Lo interesante de la escritura es que sea una aventura -reflexiona el autor de Ultimo premio, Cuarteto, La sombra de Federico y Lejana tierra mía , entre más de 35 obras-. Quiero descubrir una historia que me descubra a mí mismo. Porque si ya conozco esa historia, lo más probable es que el espectador también la conozca. En la medida en que yo me sorprenda es posible que el espectador también lo haga."

Carlos Pacheco

OBRAS EN CARTEL Y PROXIMOS ESTRENOS

  • Los Velázquez . Se estrenará en Costa Rica.

  • Y el mundo vendrá . En el teatro Stella, de Montevideo.

  • Compañía . En Montevideo, Verona y la República Checa.

  • Volvió una noche . Se mantiene en cartel en la República Checa, Praga y Eslovaquia.

  • La mosca blanca . En escena en la República Checa y España.

  • Cuarteto . Se estrenará en Bogotá, Miami y ciudades de la República Checa.

  • Otras almas gemelas . Subirá a escena en Valencia y en Buenos Aires.

  • Te voy a matar, mamá . Unipersonal que se estrenará en Asturias y en Buenos Aires.

  • El poeta y el sepulturero, y ¿Una foto? Ambas, en cartel, en México.

  • Sócrates, el encantador de almas . En Buenos Aires, sin fecha de estreno.

  • Los desdentados . La dirigirá Lía Jelín, en el ciclo Teatro x la Identidad, en su décimo aniversario, en Buenos Aires.

Fuente: La Nación

lunes, 15 de marzo de 2010

Ricardo Monti: "Cuando escribo, siento la música"

A 30 años de su estreno original, su obra "Marathon" vuelve a la cartelera. Maestro de autores, define a su pieza como "una reflexión amarga de la condición humana".

Por: Andrés Hax

Imagínese que sale a caminar una noche de otoño por las calles de Buenos Aires. Pasa el tiempo y, sin que se dé cuenta, de golpe, se encuentra en un barrio totalmente desconocido. ¿Puede ser que acaba de oír el clang-clang de un tranvía? No hay ni un auto ni una persona en la calle. ¿Se olvidó, acaso, de que hay toque de queda?, ¿o tal vez está soñando? Mira un parque arbolado. ¿Puede ser que haya visto a una figura fugaz vestida de conquistador? Se escuchan aullidos. Hace mucho frío. De golpe, en una esquina, un viejo salón de baile suburbano de la que sale música ¿de cabaret?, ¿tango?, ¿música de circo? Paga la entrada y entra. Toma asiento. Sobre un escenario cinco parejas agotadas, polvorientas, grotescas y elegantes, a la vez, bailan. Y allí, entre ellas, el animador. ¿Un bufón endemoniado? ¿Un Tinelli creado por Kafka? Los fustiga con sus palabras. Los alienta en seguir en el concurso. Los amenaza con El Premio. Y usted se da cuenta de que no va a salir nunca de este salón. Está en el mundo de Ricardo Monti, está en la obra Marathon. Se estrenó por primera vez en Buenos Aires, en 1980. Ahora la puede ver, dirigida por Villanueva Cosse, en el Teatro Nacional Cervantes.

Nos juntamos con Monti, dramaturgo, y gran formador de dramaturgos en su casa de Palermo. Sobre su sillón están amontonados diccionarios y manuscritos. Toma té de una enorme taza y contesta las preguntas sin apuro, sonriente. Uno se encariña con él rápidamente.

¿Me puede contar del primer estreno de Marathon? Fue en plena dictadura...

Sí, y es la única obra mía concebida y escrita dentro de ese período. La obra intentó ser una radiografía del alma durante la dictadura. Pero claro, no era teatro estrictamente político; sino que tenía todo un trasfondo filosófico. Pero ese trasfondo filosófico estaba, a su vez, determinado por las circunstancias históricas en las cuales yo pensaba en ese momento. Cuando esa obra se hizo en Alemania por primera vez, me sorprendió. ¿Por qué este público tan ajeno a nuestra realidad se pudo conectar con esta saga, con esta epopeya de estos seres desesperados por sus existencias, sus existencias cotidianas?

Es que allí está el trasfondo del nazismo...

Sí, por un lado. Pero también esta el tema más general de la condición humana. Marathon es una reflexión amarga sobre la condición humana.

Empezó escribiendo poesía. ¿Cómo fue la decisión de escribir textos dramáticos?

Siempre busqué el teatro porque me impactó de una experiencia que tuve de muy chico, a los 12 o 13 años. Pero no me salía, no sabía cómo escribir teatro. Entonces me dediqué mucho a practicar en la narrativa. Y efectivamente, escribía una novela, que estaba bastante avanzada, cuando tuve una especie de iluminación respecto de cómo era escribir teatro. Que no era escribir diálogos meramente. Sino que era tener un tipo de concepción y de imagen. Y esa novela se transformó en mi primera obra de teatro. Eso pasó cuando encontré el espacio escénico que podía concentrar toda una historia, cuando entendí que yo podía absorber en una especie de lugar magnético toda una historia y comprenderla íntegramente.

¿Esa iluminación la recuerda bien?

Estaba escribiendo en un bar donde solía ir, cerca de la antigua Facultad de Filosofía y Letras, en la calle Viamonte y San Martín, cerca del Payró. Y recuerdo perfectamente en qué mesa estaba, junto a qué ventanal. Y allí, escribiendo, pasó este autodescubrimiento de cómo escribir teatro. Toda esa historia que yo estaba contando narrativamente podía refluir o concentrarse en un espacio determinado... A partir de allí me dediqué al teatro.

¿Y cómo ha evolucionado desde ese momento?

Todo sigue derivándose a otros lugares. En un momento, mis obras se fueron haciéndose tan complejas que se descosían. Porque la presión de la expansión de la historia fue muy fuerte. Así como de la novela derivé al teatro, finalmente el teatro me llevó a la novela. Y estoy allí, luchando con una novela. El tema es que con la novela hay que tener una fortaleza hasta física.

¿Y tiene una rutina estricta?

No, no, no. En ese sentido me he liberado de mí mismo. Cuando yo era joven, si no escribía una determinada cantidad de palabras por día, decaía en un estado de angustia espantosa. Pero de eso me he liberado y ahora escribo cuando tengo necesidad. Hay oleadas de 24 horas y a veces pasan semanas de elaboración interna. Y eso no me angustia.

¿Siempre quiso ser escritor?

A los siete u ocho años leí Tom Sawyer pero, curiosamente, lo que surgió de allí fueron las ganas de escribir un poema. Recuerdo el primer poema que, de pronto, surgió dentro de mí como una especie de música inagotable. Y yo en ese momento sentí que eso era tal: una música inagotable. Y siempre, cuando escribo, siento mucho la música de las escenas, de los diálogos, siento esta estructura musical. Eso me acompañó siempre. Y en ese momento me sentí, o algo en mí se definió como escritor. Supe que iba a ser escritor a los ocho años. Y nunca tuve en mente otra cosa.

¿Usted eligió quedarse aquí en la Argentina durante la dictadura?

Sí, fue una decisión consciente. Además, pasé momentos de riesgo personal. Apareció mi nombre en una de las famosas listas..., pero me quedé. Di mis clases; me dediqué a formar, de alguna manera, a las generaciones futuras, para que no se perdiera una determinada tradición. Y, bueno, fui visitado por seudoalumnos... En ese sentido, siempre tuve un sexto sentido; de manera que apenas abría la puerta ya sabía quién era...

Dentro de las constricciones de la época, ¿se podía enseñar?

Sí, de hecho formé toda una generación de autores jóvenes, nuevos: Mauricio Kartun, Jorge Huertas, bueno, tantos... Que a su vez fueron formando gente también.

¿Y cómo enseña ahora?

Sigo determinados principios que están dados por esas iluminaciones que tienen que ver con el trabajo con la imagen interna, con la imagen transportando teatralidad. Cómo trabajar los diálogos, los personajes y la estructura teatral desde las imágenes. Esa es la vía maestra. Pero, en realidad, uso mi oído musical fundamentalmente. Me viene alguien, me lee, y yo inmediatamente detecto cuando una nota es falsa, cuando una nota desafina.

¿Le dijo a algún alumno que no iba a poder ser escritor?

No. Porque uno es falible en ese sentido. Muchas veces yo he creído durante un largo tiempo que alguien no tenía condiciones y se ha revelado como un gran escritor; una vez que se ha hecho el trabajo necesario para sacar de encima todas las trabas que estorbaban su talento. Yo no juzgo. Hago todo mi esfuerzo para que ellos se encuentren con su autenticidad. Y sé cuando algo es auténtico o no. Y allí soy inflexible. Con cuidado. El desarrollo artístico hay que cuidarlo mucho. A un talento incipiente e inseguro de sí mismo le podés hacer mucho daño.

Monti Básico
En 1970 estrena la obra, "Una noche con el Sr. Magnus & hijos". Un año después, Jaime Kogan dirige "Historia tendenciosa de la clase media argentina, de los extraños sucesos en que se vieron envueltos algunos hombres públicos, su completa dilucidación y otras escandalosas revelaciones". Le siguieron "Visita", "Marathon", "La cortina de abalorios", "Una pasión sudamericana", "Asunción" y "La oscuridad de la razón", entre otras.

Fuente: Revista Ñ

domingo, 14 de marzo de 2010

Roland Schimmelpfennig

Roland Schimmelpfennig nace en 1967 en Gotinga, Alemania. Antes de dedicarse de lleno a su vocación teatral trabaja durante tres años como cronista en Estambul hasta que en 1990 comienza a estudiar dirección en la Otto-Falckenberg-Schule de Múnich para luego convertirse en asistente de dirección en el Teatro de Cámara de Múnich. En 1999 el teatro Schaubühne de Berlín lo contrata como dramaturgo.

Las obras de Schimmelpfennig establecen una novedad radical en cuanto a su tratamiento formal, argumental y conceptual. Tanto es así que luego de ganar el Else-Lasker-Schüler-Preis con la obra "Fisch um Fisch" (Pez por pez) en 1997, es convocado por la compañía de la Schaubühne. Allí estrena "Vor langer Zeit im Mai" (Hace mucho tiempo en mayo) y "Mez". Más tarde opta por trabajar como escritor freelance y es invitado por distintos teatros. Se consolida definitivamente como destacada figura de la nueva dramaturgia alemana con el estreno de "Die Arabische Nacht" (La noche árabe) en febrero de 2001.

Autor prolífico, la producción de Schimmelpfennig cuenta con más de viente títulos. La variación que existe entre una y otra pieza es tal que resultaría erróneo fijarlo en una poética teatral cerrada. El rasgo que define a Schimmelpfennig es su eclecticismo temático y formal expresado en su inacabable experimentación dentro del género teatral. Poder estudiarlo sin restringir la multiplicidad de su obra implica adoptar un criterio de variablidad dentro del cual es posible encontrar ciertos tópicos que asoman desde sus primeras obras y se profundizan con mayor intensidad en el transcurrir de su escritura.

- Agostina Salvaggio

Libros del autor en Colihue

La mujer de antes y otros textos dramáticos
Roland Schimmelpfennig
264 Páginas
978-950-563-572-6 Leer Más...

Fuente: http://www.colihue.com.ar/

viernes, 12 de marzo de 2010

El tonto del colegio

Por Juan Forn

Jean Cocteau dibujó, pintó, esculpió, escribió poesía, novelas, obras de teatro, hizo cine y óperas y hasta ballets

La marquesa Casati pasaba inadvertida en todas las recepciones parisinas a las que iba hasta que decidió asombrar, no gustar. Extremó todas sus características a través del maquillaje, y ya no dijeron de ella: “Es insignificante”. Ahora decían: “Qué pena que una mujer tan espléndida se pintarrajee así”.

La historia la cuenta Jean Cocteau, y ya se sabe que uno nunca habla tan certeramente de sí mismo como cuando cree que está hablando de otro. Jean Cocteau supo ser para el mundo la encarnación del genio o la frivolidad franceses, según desde dónde se lo mire: todo lo que hacía, lo hacía con gracia sin par. Y no fue poco: Cocteau dibujó, pintó, esculpió, escribió poesía, novelas, obras de teatro, hizo cine y óperas y hasta ballets (sin ser músico, ni coreógrafo).

Hay quien lo ve como el primer artista en entender y explotar al máximo el poder de lo efímero, lo superficial, la polvareda de la repercusión mediática. Y hay quien lo ve como la primera víctima de esa trampa cazabobos. Lo cierto es que, desde que saltó a la fama a los veinte años, obedeciendo el pedido de Diaghilev (que le dijo: “Sorpréndame”), Cocteau no se dio un minuto de respiro en esa tarea, hasta que un día miró a su alrededor y descubrió que se había convertido en la reliquia de una era extinguida.

La gente de teatro dice que Cocteau será inmortal por La voz humana, ese unipersonal de cuarenta minutos que escribió en 1930 en el que una mujer sola en un escenario habla por teléfono con su amante que la está dejando (aunque la supieron hacer famosamente Simone Signoret, Ingrid Bergman y Anna Magnani, la obra es especialmente imbatible cuando la encarna un gay). La gente de cine dice que Cocteau es un genio porque sus películas (en especial La bella y la bestia) anticipan a Fassbinder, a Manuel Puig y a David Lynch. Pero el Cocteau que prefiero yo es el de un librito llamado La dificultad de ser, que empezó a escribir en 1940, con los nazis ya instalados en París, y que publicó en 1947, después de ser juzgado y declarado inocente de colaboracionismo durante la ocupación.

Podría haber hecho como Céline o Coco Chanel, que huyeron a Dinamarca y a Suiza en cuanto terminó la guerra y allá esperaron hasta que pudieron volver sin riesgo de castigo. El, en cambio, se quedó, quizá no por entereza, sino por lentitud de reflejos o cobardía, pero lo cierto es que se quedó. Yo tiendo a pensar que lo hizo porque ya se había juzgado él mismo, en las páginas de La dificultad de ser, y arribado a un veredicto que puede resumirse en dos frases (iba a escribir sentencias, y quizás ésa sea la palabra justa). Una dice: “Formarse no es nada fácil, pero reformarse lo es menos aún”. Y la otra: “Quien no comprende el fracaso está perdido”.

La dificultad de ser es un ajuste de cuentas que encara Cocteau consigo mismo al alcanzar el medio siglo, después de la muerte sucesiva de dos de sus amantes, varios intentos frustrados por dejar el opio y con los nazis a las puertas de París. Aferrado a la verja de su personalidad como alguien que ha quedado preso del lado de afuera (“Es peligroso no coincidir con la idea que la gente se ha hecho de uno, porque no suele estar dispuesta a dar marcha atrás en lo que opina”), Cocteau procede a contemplarse desde allí con asombrosa nitidez. ¿Qué herramienta usa para dicha tarea? No su proverbial capacidad para brillar, sino su antípoda: “No hay que confundir la inteligencia, que tanta maña se da para engañarnos, con ese órgano cuya sede no está en ningún sitio y nos mantiene informados sin remisión acerca de nuestros límites. Nuestro valor se demuestra en la facultad para movernos por ese espacio. Sólo de ahí pueden venir nuestros progresos”.

Cocteau se identifica en todo con su país vencido y ocupado: “Francia es un país que se denigra. Sólo eso la salva de ser el país más pretencioso del mundo”. Según Cocteau, Francia no quiso luchar porque no le gusta luchar. Sólo cuenta con un recurso secreto, que hechiza a los pueblos más poderosos que ella: “Invádanme. A la larga acabaré por hacerlos míos”. En el París regido por los nazis, Cocteau celebra públicamente una exposición de Arno Brecker, el escultor predilecto de Hitler, y es habitué del fumadero de opio del comisario de las artes Ernst Jünger, pero también logra a través de ellos que su amigo Sartre evite las garras de la Gestapo y el joven Jean Genet zafe del cadalso. No ve especial nobleza ni cobardía en ninguno de esos gestos: “Lo que hace nefasta a una guerra es que, cuando no mata, infunde en algunos una energía ajena a sus recursos, a otros les permite lo que las leyes prohíben y a todos modela para elegir siempre los atajos. Exalta de forma artificial la compasión, la audacia. Y todo eso se derrumba cuando hay que volver a la paz”.

La paz finalmente llega a Francia. Durante años, Cocteau había dicho: “No quiero que me reconozcan por mis ideas. Quiero que lo hagan por mi forma de avanzar”. Ahora sabía que nada viaja más despacio que el alma y que, si había algo de ese lentísimo progreso que pudiera mostrar, sólo lo lograría en las únicas dos empresas que lo obsesionaban desde que había cumplido los cincuenta: hacer una película dictada por la voz de su infancia y escribir un libro “como el que me habría gustado llevar en el bolsillo cuando era muy joven y soñaba despierto con la fama”. Filma la película: es La bella y la bestia. En cuanto al libro, “es éste que estoy escribiendo”, dice en las páginas finales de La dificultad de ser, en 1947.

Desde entonces hasta el día de su muerte en 1963, se limitó a representar el papel de Jean Cocteau en la Academia Francesa, en las distintas universidades que lo doctoraban honoris causa, en la presidencia honoraria del jurado del Festival de Cannes y en los mil programas de radio y televisión que lo tuvieron como celebridad invitada. En sus palabras, era “ese curioso anciano que asiente con la cabeza y pone cara de atender lo que le están diciendo mientras se repite para sus adentros: ¿no notan que están hablándole al tonto del colegio?”. Murió el mismo día que Edith Piaf, a causa de un ataque al corazón, provocado por la noticia de la muerte de su amiga. Piaf había muerto a la madrugada; Cocteau cuando lo despertaron con la noticia, poco antes del mediodía. Minutos después de que su corazón se detuviera para siempre, toda Francia oyó su archifamiliar voz por la radio, diciendo: “Murió consumida en las cenizas de su fama”. Era una declaración que había dejado grabada para Radio France, en la eventualidad de que la muerte largamente anunciada de la Piaf se produjese en un horario en que él estuviera descansando. Y efectivamente, para entonces Jean Cocteau descansaba, por fin, del papel que había representado toda su vida y los primeros minutos de su muerte.

Fuente: Página 12

miércoles, 10 de marzo de 2010

Alberto Muñoz

Foto: Lorena Lucca

Un muchacho despierto Guionista de "Okupas" y "Magazine For Fai", escribió "Antígonas" que está dirigiendo Leonor Manso.
Por: Camilo Sánchez

Un artista es el que afina su instrumento. Para ingresar, después, en un lenguaje: si no afinás antes, la pieza se te mueve, el universo se corre para otro lado.

La marca de Caín es lo último que hice en escena. Fue hace cuatro años. Era una obra larga y trabajosa. Me gustaba mucho, pero me cansaba físicamente. Eso fue como una alarma. Terminó y me planté por algunos años estar en las sombras: escribiendo y componiendo para otros. Son ciclos: uno tiene que entender esos tiempos internos.

El humor, en mi obra, siempre es un conductor. Una vía para que ciertos dolores puedan atravesarse con alivio.

Antígonas es una obra que compuse hace más o menos diez años. Son cuatro piezas breves actuales donde hay elementos, algunas citas, de la tragedia griega clásica. Una exploración del mundo femenino. Claudia Tomás se la llevó a Ingrid Pelicori que se entusiasmó, y se la mostraron a Leonor Manso y empezaron a trabajar y ahí está: es un milagro de fin de semana. La puesta es notable y las actrices potencian el texto: no nos querríamos bajar más de ahí.

En un par de meses va a salir un nuevo disco: El puente de las tetas. Son canciones de cámara, orquestadas, una creación que hicimos con Diego Vila, un escritor de música extraordinario. Esas canciones de cámara tienen textos de tono prostibulario. Poemas que escribimos en coautoría con Javier Cófreces, en el libro Venecia Negra. Canciones de amor de putas cantadas por tres mujeres: Moira Santana, Claudia Tomás y Marcela Pietrokovsky. Es raro: algunos textos casi pornográficos que se funden con un fondo de música muy seria.

En mi obra hay temas que se repiten, que son los mismos: aunque utilice una orquesta, un programa de radio o un guión de televisión. Esos temas son el dolor, el padre, el amor y la muerte.

También en estos días, sale el libro Tigre, realizado junto a Javier Cófreces: un manual poético sobre las islas. Hace siete años que lo trabajamos. Los dos tenemos casa allí y ése lugar es nuestro. Citamos la historia del Gran Moncholo, un monstruo como el del Lago Ness que habita en las islas. Los tipos de humo, los muelles, los animales, las plantas. Estamos orgullosos de esa obra. Y tenemos un descubrimiento muy extraño: en las islas supo haber piratas mujeres. Muy temidas: a una la llamaban La Cojonuda.

Entro a la creación con cierta inocencia: como un niño que está observando el enchufe y le entusiasma la idea de meter los dedos en los agujeros.

Vivo en Villa Mitre, a una cuadra de Paternal. Es mi barrio. Todos los barrios tienen su misterio. Todos los barrios se parecen menos en su misterio. El de Villa Mitre es que tiene una gran actividad pero parece quieto. No se le ve el encanto, pero canta.

Magazine for fai fue una experiencia del corazón. Trabajar con niños es crear un mundo privado. Mex Urtizberea, Lucrecia Martel y yo conformamos, con los chicos, un grupo muy divertido.

Siempre tuve alumnos de poética en mi estudio. Aunque mañana recibiera una herencia enorme seguiría trabajando de la misma manera: el contacto con el otro, creativamente, me mantiene despierto. La pedagogía es una contramuerte. Una celebración de la vida.

Si tengo que pensar en quienes pusieron una semilla de maestría en mi vida tengo que nombrar a mi mamá, un amor, y mis hijos. De ahí saqué todo. Como fuente de dictado y de deuda. Después están los autores y los amigos.

Estudié violín: desde los seis a los trece años. Fue una tortura. Era un sueño de mi madre. Lo único que lograba era que mi perro aullara. Pero aprendí a pesar de todo lo que era una melodía. Y hoy soy un creador de melodías. Con los años, toqué todos los intrumentos menos el violín. En la fantasía, imagino una vejez en el Delta estudiando violín. Posiblemente ahí me despida de mi madre.

Ejercí poco como psicólogo. Fui más llamado por lo poético. Y acudí. Me presenté. Prefiero pensar, como Borges, que la puerta es la que elige.

Fuente: Clarín

lunes, 8 de marzo de 2010

El mayor enigma de la historia literaria

EL HOMBRE que inventó a Shakespeare. Es el título del trabajo de Kurt Kreiler sobre el Conde de Oxford, publicado por Insel Verlag.

¿Quién fue realmente? La discusión parece reencenderse con los datos develados por un desconocido académico alemán. Además, una charla con el traductor de los "Sonetos", Andrés Ehrenhaus, y un comentario sobre la notable biografía de Peter Ackroyd.

Por: Mariana Dimopulos

El mayor engaño de la his­toria literaria ha llegado a su fin. O al menos, eso es lo que proclama una biografía re­cién aparecida en Alemania bajo el prestigioso sello Insel Verlag. El detective encargado del ansia­do develamiento es un académico desconocido de la ciudad alemana de Colonia, el autor material fue un satírico inglés del siglo XVII. Y el engaño tiene nombre y apellido: William Shakespeare.

Hace ciento cincuenta años que se levantó una primera voz planteando la duda, que todavía hoy inspira debates acalorados; aquel hombre nacido en el pe­queño pueblo de Stratford-upon- Avon, hijo de un fabricante de guantes y de la reforma educativa de la reina Isabel, no había sido el mayor autor en lengua inglesa. Ni Hamlet ni El mercader de Vene­cia eran personajes de la pluma de este actor y prestamista. El escán­dalo fue breve, pero dejó huella. Como primer candidato alterna­tivo a la autoría de las obras de Shakespeare apareció el filósofo Francis Bacon, y hasta Nietzsche dio crédito a esta primera hipóte­sis. Más tarde, la sortija fue a parar a manos del conde de Derby, pe­ro al igual que Bacon, estaba vivo cuando se publicaron las primeras obras completas de Shakespea­re en 1623, cuando se considera muerto al autor. ¿No fue entonces el poeta y espía Christopher Mar­lowe? Según los defensores de su candidatura, en lugar de morir de una herida de puñal a los 29 años podría haber seguido viviendo en la clandestinidad para imaginar el amor de Romeo y Julieta. Pero hubiera debido convertirse en un mejor poeta del que era, y eso ni el peligro de muerte lo logra.


El rostro verdadero

No, dice el académico y biógrafo alemán Kurt Kreiler, siguiendo una tradición de casi cien años: el autor de las obras firmadas por un tal William Shakespeare es nada menos que el conde de Oxford, Edward de Vere. Conocido por su mala fama, de sangre aristocrática, De Vere fue un personaje muy acorde a una época de Inglaterra llena de intrigas y traiciones. La reina Isabel trataba de imponer el protestantismo, entre otras cosas para salvar su derecho a la corona, pero los católicos ingleses conspi­raban, lo mismo los escoceses y los españoles desde la Península. De Vere creció ligado a la corte. Se casó, al igual que el otro William, el de Stratford, con una tal Anne, pero ésta no era hija de granjeros sino de sangre azul. Para enton­ces, De Vere había disfrutado de una educación ejemplar: latín, teología y francés, italiano y danza, bajo la tutela de intelectuales y cus­todiado por un tío que tradujo las Metamorfosis de Ovidio. Con sólo diecisiete años fue procesado por la muerte de uno de sus servidores, y dado por inocente. Solía escribir versos y tener deudas. Pronto lle­garon los viajes oficiales; con una carta de recomendación de Isabel recorrió Francia, Alemania e Italia, y conoció las costumbres y las intri­gas de otras cortes, las vidas de no­bles, intelectuales y regentes, que no excluían condesas que manda­ban matar a sus maridos a puñal, ni esposos que ahogaran amantes en sus camas. Las malas lenguas dijeron que De Vere volvió de su viaje a Italia con jóvenes compañe­ros masculinos. Al llegar, escuchó rumores de que su esposa Anne le había sido infiel y, de inmedia­to, la abandonó. Más tarde acusó de conspiración a dos antiguos amigos, y una vez apresados, ellos aseguraron que De Vere, conde de Oxford, había planeado la muerte de muchos nobles y conseguido la de algunos, que traicionaba a la reina, que era ateo, mentiroso, borracho y otros males que no convencieron a los jueces. Los anti­guos amigos fueron condenados y él quedó libre. Pero al poco tiempo llegó la caída. Oxford dejó embara­zada a una joven que era dama de la corte y esto enfureció a la reina Isabel. Por tres años no pudo pres­tar servicio a la corona. Regresó a los brazos de su esposa, enviudó, se casó con una mujer que tenía fa­ma de tirana y que le dio el ansiado heredero varón, Henry de Oxford. Murió poco después de llorar la muerte de la reina.

Pero este "monstruo", como lo llamaron sus detractores, no gastaba su tiempo en intrigas rea­les sino en imaginarias. En todo lo que De Vere dejó de brillar, en la batalla y en la corte, lo hizo en sus obras de teatro. Esta es la tesis de su biógrafo, y después de una lectura de las seiscientas páginas del libro, no queda más que con­vencerse. A partir de un arduo laberinto de indicios literarios e históricos, Kreiler construye un mosaico donde el retrato del con­de de Oxford acaba por coincidir con el del autor llamado William Shakespeare. Los motivos abun­dan: la educación de Oxford in­cluyó el estudio de autores griegos y latinos presentes en la obra de Shakespeare; durante su juventud

se hacía llamar "Spear – shaker", el que agita la lanza. De ahí, ase­gura Kreiler, que en muchas de las primeras ediciones aparezca el nombre del autor separado por un guión: Shake-speare. Menos una, todas las ciudades que visi­tó en Italia figuran en las obras de teatro del gran autor inglés. Lo mismo ocurre con doscientos pasajes subrayados de una Biblia que, se sabe, perteneció a Oxford. Además, el conde prologó y apa­drinó la edición de un libro italia­no que los estudiosos reconocen como el que Hamlet lee mientras recorre el castillo de Helsingör. Y la lista continúa en decenas de referencias en las obras propias y en las de sus contemporáneos, en una época donde los seudónimos y los juegos literarios estaban más que de moda, y los autores mante­nían disputas en clave.

Si sabemos, asegura Kreiler, que De Vere escribía versos, hacía música y tenía su propia compañía de actores, que cobraba de la coro­na mil libras al año por servicios que nunca se especificaron, si po­demos encontrar tantas señales y coincidencias, no hay motivo para seguir insistiendo en que Shakes­peare fue aquel hombre de pueblo que apenas si podía escribir su nombre y que nunca lo hacía co­incidir con el del poeta, sino que firmaba Shakspere (sin la primera "e" ni la segunda "a"). No se ha conservado nada literario de este "cisne de Avon"; en su testamento, sólo le deja dinero a sus hijas y su "segunda mejor cama" a la esposa. Ni un libro, ni un manuscrito.


El culto a la tradición

El único objetivo de los defensores del hombre de Stratford-upon-Avon, dice Kreiler, es prolongar un culto a la tradición inglesa y a los antiguos bardos, alimentando así el mito del genio natural del poeta. Hacia el final de su libro, el biógrafo de Oxford sube el tono del debate y acaba por asegurar que pa­ra los tradicionalistas es "antidemo­crático" poner la autoría en manos de Oxford simplemente porque era un aristócrata. Ellos, dice, "van mordiendo el hueso de su idea fija como en un sueño".
Pero tan pronto como surgió la candidatura del conde para la autoría de obras tan memorables en la literatura de Occidente, los tradicionalistas no tardaron en re­trucar: Oxford murió demasiado temprano para haber sido Shakes­peare. Por eso, a lo largo de su libro el biógrafo va modificando a partir de datos históricos y concordancias toda la cronología aceptada hasta ahora de las obras de este poeta y dramaturgo inglés del que no se conserva ni un sólo manuscrito que ayude a develar el misterio.

Si Oxford fuera Shakespeare y esta gran maquinaria de inter­pretación diera como resultado un retrato convincente, ¿por qué na­die lo dijo hasta ahora? Una vieja pregunta para las novedades en la Historia.

Oxford era hombre de mundo, sus contemporáneos lo recono­cían como poeta, trabajaba en la corte para entretener al público de la reina Isabel. Muy bien, dice Kreiler, y entonces esgrime la idea más temeraria de su biografía: to­do este embrollo no se debe a una simple confusión, sino a un enga­ño premeditado.

Durante su vida, los aristócra­tas no podían publicar obras lite­rarias con su nombre, ya que la literatura estaba considerada un asunto puramente burgués. Lo hacían con seudónimo y luego, después de su muerte, las obras eran editadas bajo el nombre real. El camino de las del conde de Oxford fue distinto, y el motivo, un escandaloso libro de sonetos: los Sonetos firmados por William Shakespeare. Allí, el poeta can­ta su amor a un hombre joven y muy atractivo; más tarde llega la "dama oscura", una tirana aman­te del poeta que parece serle infiel con el efebo. Se trata de un trián­gulo amoroso que Kreiler, como todo indicio, descifra a fuerza de datos intrincados y más persona­jes históricos: detrás del joven efe­bo se escondería el conde Henry Wriothesley y la "dama oscura" sería Elizabeth Trentham, la se­gunda esposa del propio Oxford. Los Sonetos de Shakespeare ins­piraron admiración y escándalo desde un primer momento, y fue por eso que más tarde los hijos de Oxford planearon el engaño. Es­pecialmente, dice Kreiler, Henry De Vere, único heredero varón de Oxford, para alejar cualquier duda sobre su nacimiento y que nadie lo considerara un bastardo, dado que llevaba el mismo nombre que Wriothesley y hubiera podido ser producto del triángulo amoroso.

Pero para perpetrar semejante artificio hacía falta otro poeta. Es ahora, en la última escena de esta dramática deducción, que hace su aparición el satírico Ben Jonson. Contemporáneo de Shakespeare y supuesto rival, compositor de obras serias pero reconocido más bien por sus comedias, Kreiler ha elegido a este otro dramaturgo para ser la herramienta del mayor engaño de la historia literaria, tal como aseguró siglos más tarde Henry James. Fue Ben Jonson, encargado por los herederos del conde de Oxford, quien logró que se perpetuara una simple confu­sión, ya existente en vida de am­bos, entre el actor y prestamista Will Shakspere, y el seudónimo del mayor autor en lengua ingle­sa, William Shakespeare. Los ar­gumentos de esta nueva biografía de Oxford son muchos, y algunos más bien maravillosos. Pero el cuadro acaba por cerrarse. Se ter­minará entonces la leyenda del poeta natural, que se formó solo en la lectura de los antiguos, que supo interpretar su época desde las tablas y las tabernas. Si Kreiler gana, Shakespeare se convertirá en un aristócrata erudito, difama­do, con infinitas deudas y un in­negable sentido del humor.

Fuente: Revista Ñ