viernes, 16 de mayo de 2003

Una "road movie" teatral

Un grupo de artistas muestra el resultado de una propuesta de Antorchas
Se inauguró con "Félix. María. De 2 a 4" dirigida por Beatriz Catani en La Plata; y hoy y mañana, Mónica Van Asperen, hará "La inauguración" en el pasaje subterráneo de Belgrano y Lima. El ciclo continuará hasta fin de mes.

El "Taller de experimentación escénica" se realizó entre el 2001 y el 2002 y fue coordinado por el director Rubén Szuchmacher, el músico Edgardo Rudnitzky y el artista plástico Jorge Macchi. Reunió a artistas de diferentes disciplinas: Beatriz Catani, Lola Arias, Mónica Van Asperen, Mariano Pensotti, Ana Foutel, Nushi Muntaabski, Luciano Suardi y Alejandro Tantanián. Releer el hecho teatral a partir de las confluencias de distintas disciplinas: el teatro, la danza, el cine y la literatura, permite a los artistas mostrar sus trabajos en diferencias espacios. Beatriz Catani lo hizo en La Plata, de la que es oriunda y convocó al público a seguir a una pareja de actores por distintos puntos de la ciudad de las diagonales. Otros espacios elegidos son la sala Centro de Experimentación del Teatro Colón, ubicada en el subsuelo del pasaje Toscanini que da a la calle Viamonte; el pasaje subterráneo Merk, ubicado en Belgrano y Lima y el auditorio del Instituto Goethe. La iniciativa surgió de la Fundación Antorchas, con el apoyo del Instituto Goethe y el Centro Rojas.


.AMORES EN CONFLICTO "Félix. María. De 2 a 4" de Beatriz Catani se realizó el sábado 3 y domingo 4 de este mes. Esta obra le permitió a la directora continuar su experimentación sobre cómo insertar la realidad -¿"teatro-verdad"?- en el campo de una historia de ficción. Bajo este mismo concepto Catani había trabajado, con Mariano Pensotti en "Los 8 de Julio", que presentó el año pasado, en el ciclo Biodrama que se realiza en el teatro Sarmiento. Inspirada en "Cléo de 5 a 7" (Francia, Agnés Varda, 1962), en la que su joven protagonista espera el resultado de un examen médico, cree estar al borde la muerte y se encuentra con un hombre común, que está enamorado de ella, Catani consigue entrecruzar las fronteras del cine, el teatro y el documental.

Su "Félix. María. De 2 a 4", es un divertido y por momentos conmovedor relato de una pareja, que vive un desencanto amoroso, pero se sienten atraídos uno por el otro, aunque ella sabe que está al borde de la muerte. Un sensible estudio sobre la intimidad de dos personajes, su entorno y el modo en que la identidad del lugar -la ciudad de La Plata- al que pertenecen influye en su pequeña y cotidiana vida de seres anónimos, impregna esta interesante propuesta de la directora de "Ojos de ciervo rumanos". Para participar de su singular propuesta, Catani citó a los espectadores -no más de doce o quince personas- en la esquina de las calles 2 y 69 de La Plata. El público debía llevar una radio o un walkman y auriculares y sintonizar el aparato en el 87.5 del dial; y como si fuera una especie de radioteatro le permitiría después escuchar los diálogos amorosos, discusiones y confesiones de los protagonistas de la pieza. Al comenzar esta "road movie" teatral, el público ve y escucha -mediante los auriculares- a uno de los actores que habla en un teléfono público con unos amigos.

EL INSTANTE DESPUES Instantes después el mismo personaje, Félix, cruza una calle y se encuentra con María, él le dice que quiere mostrarle una oficina. Ella duda y se queda pensativa, como si intentara querer decirle algo que no se anima. Félix y María toman un taxi y los espectadores hacen lo mismo. Actores y público recorren las calles de La Plata. La mujer intenta tirarse abajo del auto, la pareja discute y luego deciden ir a tomar algo a un bar. Allí son invitados a una peña folclórica por una chica que reparte volantes. Poco después y siempre seguidos por los espectadores los protagonistas cruzan una plaza, se seducen, se besan, ante la mirada de los desprevenidos conductores de los vehículos que bordean el espacio verde. Luego la pareja decide consumar su amor en un "albergue transitorio" y en ese edificio de luces tenues, los espectadores también son invitados de a dos a encerrarse en algunas de las habitaciones, desde las que continuarán escuchando a la pareja de actores, que dialogan en otro cuarto.


P
oco después un viaje en colectivo hacia el Policlínico de La Plata, en el que un médico le indicará a la protagonista el tratamiento para su enfermedad, será el "anuncio" de los minutos finales de esta singular performance. El the end vendrá con la chica parada en la platea vacía de un cineclub en el que ve las escenas finales de Cléo de 5 a 7 de Agnés Varda. na narración ágil, dinámica, que se deshilvana en “tiempo real” y un acercamiento a los aspectos sociológicos de los personajes y su entorno, conforman este interesante cruce de disciplinas propuesto por Beatriz Catani.

Valiosas fueron las interpretaciones de Blas Arrese Igor y Cecilia Coleff. El actor consigue la ductilidad, inescrupulosidad y hasta ese tono de desencanto que su papel requería. Mientras que Coleff convierte a su María, en una heroína misteriosa, existencial y romántica.

Juan Carlos Fontana
Fuente:
La Prensa