viernes, 23 de febrero de 1996

Reportaje a Ernesto Meza, publicado diario El Día


"El teatro es una búsqueda permanente"

Luego de algunos años -no muchos- de frecuentar la dramática teatral y comprender que en la actualidad el teatro no es ese disparador emotivo y totalizador de los años 60, Ernesto Meza sin embargo estudia en la Escuela de Teatro local el magisterio de esa especialidad. Esta carrera le posibilitará enseñar que el teatro debe ser entre otras cosas lo que motiva cambios tanto en el actor como en el espectador.
Ernesto Meza vive en Berisso, lugar en el que nació hace más de tres décadas. El 19 de este mes acaba de cumplir 32 años y luego de recibir el título de Bachiller en el Colegio Nacional, anduvo a los tumbos entre las carreras de Ingeniería y Ciencias Económicas hasta que recaló en el teatro.
Desde un hogar típico de clase media, fundado por un padre correntino y una madre enterriana, que generó -además de Ernesto-, dos hermanos más, profesionales ellos, se acepta sin muchos cuestionamientos a este actor, que aún anda dando vueltas tratando de encontrar un sentido a su vida.
Lo del teatro apareció en mi vida, cuando laburando, me acerqué un buen día a unas clases de teatro que se daban en el Club Social de Berisso. Allí apareció todo y no lo dejé hasta ahora. En la adolescencia nunca tuve ninguna vinculación con el arte. Hacía deportes, otras cosas, hasta que me pregunté, con el teatro "voy a ver que pasa". Continuó en el Teatro Lozano junto a Alicia Diciacio; con Diana Fainstein en el Taller del Sur donde hizo Criaturas de Adelach y A puerta cerrada de Sartre; televisión 1 año y en Buenos Aires junto a Bartis integró el elenco de Pedido de mano de Chejov; fue actor invitado de Los Boñigos en Desfile Origámico y El Dictamen; hasta el año pasado fue actor de Una aventura y dos armaduras espectáculo que fue invitado al Festival Internacional de Teatro para la Infancia y la Juventud en la provincia de San Luis.
El panorama teatral creo que está quieto, no se si es por una cuestión económica o creativa, pero no lo veo como generador de cosas. Creo que el teatro es una búsqueda permanente y no pasa por el encasillamiento que puede dar una definición feliz o por una escuela o por un maestro . Hay que seguir trabajando para seleccionar material y gente, ya que en el grupo no debe haber envidia o celos. Tanto en el teatro como en la vida me preocupa la supervivencia... hablo de una guita mínima para vivir... un proyecto... sucede que es difícil vivir de lo que a uno le gusta.