sábado, 9 de junio de 1990

Los Buscas junto a Escombros en Avellaneda

En el encuentro RECUPERAR más de 600 artístas y ecologistas, dejaron de lado el "salvese quien pueda" para reemplazarlo por el "todos juntos"



Los Busca (Juan Manuel Dominguez Rozas, Claudio Domínguez, Ernesto Meza, Jorge Abbatángelo, Stella Barelli, Gabriela Galiano, Ileana Acosta, Marisa Rivera, Lucía Pallavicini, Gabriela Cerúsico, Daniela Cerúsico, Liliana Alegre, Mara Campano, Margarita Mogilner, Miriam Martínez, Patricia Ríos, Ana Colzani, Gustavo Fernández Lecce, Sandra Monti, Daniel Gismondi, Cecilia Agratti, Elio Lago, Javier Bender, Mariana Aragón, Carlos Pineda, Pipi Monti, Diana Fainstein)

De la cultura del abandono a la cultura de la recuperación


El Grupo Escombros -junto a Greenpeace América Latina- vuelve, como los taumaturgos bíblicos, a reanimar un cadáver. En este caso es una fábrica abandonada en Avellaneda, junto a un puente clausurado y un río muerto: el Riachuelo (calles General Bosch y Gobernador Ugarte)

Como en Arte en las Ruinas y la Ciudad del Arte, Escombros y Greenpeace le proponen a la cultura argentina una nueva tabla de valores: la liquidación del individualismo, de toda forma de autoritarismo cultural del narcisismo que caracteriza al artista desde el siglo XIX. La propuesta de esta nueva experiencia es, como en las dos anteriores: TODOS JUNTOS.

El encuentro Recuperar es una convocatoria hecha a todos los creadores de las distintas disciplinas artísticas y científicas. La propuesta deja de lado el hecho puramente estético para recalcar la actitud: hay que estar en ese lugar donde el trabajo fue abandonado y al hombre se le impide transitar, para que vuelva la vida. "Recuperar con música -dicen Escombros y Greenpeace- para que vuelva el sonido. Con pintura para que vuelvan los colores. Con esculturas para que vuelvan las formas. Con poesías para que vuelva la palabra. Con danzas para que vuelva el movimiento. Sembrar con tierra y semillas para que vuelva la vida, fuente de todo sonido, color, forma, palabra y movimiento".

Hay, en quien se dispone a sembrar sobre lo muerto, la voluntad de no rendirse. Una fe apasionada en la vida. La decisión de contradecir el espíritu de derrota que por momentos quiere apoderarse de la cultura.
Esta ética es la columna vertebral sobre la que Escombros ha venido construyendo lo que el crítico Alberto Collazo llama "el arte periférico". Es decir, el arte latinoamericano de los '90. Un arte que ha hecho de la calle la cantera de donde extrae el material para su construcción.-.

De la cultura del abandono a la cultura de la recuperación

Una fábrica en ruinas, junto a un río muerto y un puente clausurado. Haber elegido este ámbito para realizar el encuentro “RECUPERAR” fue una elección lúcida, dolorosa y cargada de espíritu crítico. Porque en este lugar, entre muchos otros, se manifiesta en toda su impunidad, la cultura del abandono.

El abandono convirtió a la fábrica, que alguna vez fue una fuente de trabajo, en una ruina. Lo que alguna vez fue una fuente de vida, es un monumento funerario de nuestro tiempo. El abandono convirtió al Riachuelo en un gigantesco recipiente de agua contaminada. Los peces fueron reemplazados por residuos, en las márgenes crece una vegetación enfermiza, donde debieran navegar lanchones flotan restos de petróleo. El abandono hizo que el puente fuera clausurado. En vez de recuperarlo se eligió poner una valla y un cartel que dice: “Puente en estado precario”. Ya no pasarán por allí autos ni micros llevando a la gente a su trabajo. Tampoco camiones transportando comida y materiales. Alrededor de este lugar vagan, sin rumbo, los “chicos de la calle”. Síntesis de la cultura del abandono por la crueldad, la indiferencia y la falta de conciencia que supone haberlos abandonado.

En este lugar precisamente, Greenpeace América Latina y el Grupo Escombros convocan a creadores de todas las disciplinas para fundar, juntos, la cultura de la recuperación. A la fábrica en ruinas, el río muerto y el puente clausurado, le daremos música para que vuelva el sonido; pinturas para que vuelva el color; poesías para que vuelvan las palabras; esculturas para que vuelvan las formas; danzas para que vuelva el movimiento; tierra y semillas para que vuelva la vida, fuente de todo sonido, color, palabra, forma y movimiento.

A los “chicos de la calle” le daremos lo recuperado para que sepan que la sociedad que los abandonó comienza a devolverles lo que les quitó.

Recuperaremos lo abandonado por 24 horas. Será una recuperación efímera y a la vez permanente. Porque esta actitud tiene como objetivo crear conciencia: la herramienta que forjará un mundo mejor. La única libertad que admite la cultura del abandono es la libertad de morir.-