Tiene 25 montajes de sus obras en distintas ciudades de Europa y de América
En el Centro Cultural 25 de Mayo, de Villa Urquiza, las funciones de Illia (Quién va a pagar todo esto) de Eduardo Rovner seguirán hasta fines de junio debido al éxito de público. Al dramaturgo se lo ve muy feliz por estos días y no sólo porque esa pieza -extraña dentro de su producción- sigue funcionando bien sino porque ya ha confirmado que varios de sus textos se montarán durante esta temporada en importantes países de Europa central, Europa del este, América latina y aún en la Argentina. Además, la editorial De la flor publicará un nuevo volumen de su colección con sus últimas piezas.
La última novedad, al menos por ahora, es que Los Velázquez , una obra de la última época, se estrenará en Cosa Rica, en el Teatro Nacional, cerrando el Festival Internacional de las Artes a fines de marzo. La dirección corre por cuenta de otro argentino, Alejandro Casavalle.
"Lo que me pone contento es que esta proyección internacional se fue dando sin pensarlo - cuenta el autor-. La pegué hace varios años con Volvió una noche y, desde entonces, mis obras no dejan de montarse afuera. Tengo cerca de 15 representándose en diferentes ciudades y algunas de ellas con más de una puesta. Lo que suma 25 espectáculos. Este mes se cumplen ocho años que Volvió una noche está en cartel ininterrumpidamente en distintas ciudades de la República Checa. En Praga estuvo seis años en cartel."
Si se revisa el listado de piezas y lugares donde se representan se verá, de inmediato, que los artistas de la República Checa tienen un especial interés por la producción de Rovner. El autor lo explica de manera muy sencilla. "Creo que hay una multiplicidad de razones para analizar este fenómeno. Por primera vez pusieron Volvió una noche y, según me explicaron, la encontraron en Internet. Buscaban programar obras latinoamericanas y ese texto cumplió con sus necesidades. A la vez, si observás películas checas o eslovenas verás que ellos, en general, tienen un manejo del humor negro que es muy interesante, pasan del disparate a la tragedia con mucha facilidad. Los checos me dicen que soy uno de ellos. Y puede ser, mis viejos nacieron en lo que hoy es Moldavia, muy cerca de allí, con lo cual mi poética bien puede interesarles".
Hay un material que escapa de ese mundo que le gusta transitar con historias en las que "el humor, la emoción y la sorpresa" se dan la mano. Se trata de Illia (Quién va a pagar todo esto) que actualmente protagoniza Arturo Bonín con dirección de Alberto Lecchi. "Escribí esa obra en tiempos de Menem -explica Rovner-. Entonces sentía que la corrupción y la ostentación estaban a la orden del día. Y eso me producía asco. Cuando me pasan esas cosas me da por escribir una obra donde el personaje es todo lo contrario a lo que está sucediendo, busco mostrar un modelo diferente. Criticar la corrupción y la ostentación no tenía sentido, quise demostrar que hay otras posibilidades, que dentro de nuestra historia hay hombres que se destacaron por ser diferentes".
En esa línea también se encuentra, dentro de la producción de Eduardo Rovner, Sócrates, el encantador de almas . Y estas piezas que resultan diferentes dentro de la obra general del autor -destacadas por mostrar a "héroes cotidianos, hombres comunes que tratan de romper con la estructura que los subyuga; personajes aparentemente chiquitos pero que consiguen cosas muy importantes para ellos"- se suman a una saga de producciones en las que las búsquedas cambian y asoman otras cuestiones a considerar. Así, actualmente está trabajando con Oscar Araiz una pieza para ballet y acaba de escribir Los cazadores , donde minimiza el uso de la palabra.
"Lo interesante de la escritura es que sea una aventura -reflexiona el autor de Ultimo premio, Cuarteto, La sombra de Federico y Lejana tierra mía , entre más de 35 obras-. Quiero descubrir una historia que me descubra a mí mismo. Porque si ya conozco esa historia, lo más probable es que el espectador también la conozca. En la medida en que yo me sorprenda es posible que el espectador también lo haga."
Carlos Pacheco
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