Encuentro de cines de América Latina
Otro nacional, La Tigra, Chaco, recibió una mención
Ayer cerró la 22º edición de los Encuentros de Cines de América Latina de Toulouse, la más importante vitrina del cine latinoamericano en Francia, donde tres películas argentinas fueron premiadas.
El jurado del Festival, que contó con la participación del director del Festival de cine de La Habana, Ivan Giroud, y con Laurent Crouzeix, Ignacio Durán, Kleber Mendonca Filho y Nicolás Pereda, otorgó al film Viajo porque preciso, volto porque te amo el Gran Premio Flechazo de los Encuentros, que cuenta con un aporte de 6 mil 100 euros (8 mil 182 dólares) para su distribución en Francia. Esta película brasileña se desarrolla en la carretera y los cineastas tienen una fascinación con el desierto de la región.
Mientras que el precio del público “ex aequo” (expresión que significa “por igual”) fue otorgada a dos realizaciones argentinas: El hombre de al lado, de Gastón Duprat y Mariano Cohn, y El último verano de la boyita, de Julia Solomonoff.
Los encargados de atribuir el premio de la crítica también asignaron una mención especial para otro film argentino, La Tigra, chaco, de Federico Godfrid y Juan Sasiaín.
El Premio Descubrimiento de la Crítica francesa, por el que competían seis películas de cuatro países, fue asignado a la colombiana El vuelco del cangrejo, que se basa en una metáfora poética sobre la violencia en el país suramericano. El premio de los Ferrocarrileros, que galardona una película que compite en la sección Descubrimiento, también le dio la condecoración El Vuelco del Cangrejo, película que, con los dos premios obtenidos en Toulouse, suma más de cinco galardones internacionales, entre ellos el premio de la Crítica del reciente Festival de Berlín.
La mexicana Alamar ganó el premio de la Federación Internacional de críticos de Cine (Fipresci), por el que compitieron siete filmes. La película es una historia de ficción y es el primer largometraje de Pedro González Rubio.
Y el mejor documental del festival fue Quebradeiras, del brasileño Evaldo Mocarzel.
Otro nacional, La Tigra, Chaco, recibió una mención
Ayer cerró la 22º edición de los Encuentros de Cines de América Latina de Toulouse, la más importante vitrina del cine latinoamericano en Francia, donde tres películas argentinas fueron premiadas.
El jurado del Festival, que contó con la participación del director del Festival de cine de La Habana, Ivan Giroud, y con Laurent Crouzeix, Ignacio Durán, Kleber Mendonca Filho y Nicolás Pereda, otorgó al film Viajo porque preciso, volto porque te amo el Gran Premio Flechazo de los Encuentros, que cuenta con un aporte de 6 mil 100 euros (8 mil 182 dólares) para su distribución en Francia. Esta película brasileña se desarrolla en la carretera y los cineastas tienen una fascinación con el desierto de la región.
Mientras que el precio del público “ex aequo” (expresión que significa “por igual”) fue otorgada a dos realizaciones argentinas: El hombre de al lado, de Gastón Duprat y Mariano Cohn, y El último verano de la boyita, de Julia Solomonoff.
Los encargados de atribuir el premio de la crítica también asignaron una mención especial para otro film argentino, La Tigra, chaco, de Federico Godfrid y Juan Sasiaín.
El Premio Descubrimiento de la Crítica francesa, por el que competían seis películas de cuatro países, fue asignado a la colombiana El vuelco del cangrejo, que se basa en una metáfora poética sobre la violencia en el país suramericano. El premio de los Ferrocarrileros, que galardona una película que compite en la sección Descubrimiento, también le dio la condecoración El Vuelco del Cangrejo, película que, con los dos premios obtenidos en Toulouse, suma más de cinco galardones internacionales, entre ellos el premio de la Crítica del reciente Festival de Berlín.
La mexicana Alamar ganó el premio de la Federación Internacional de críticos de Cine (Fipresci), por el que compitieron siete filmes. La película es una historia de ficción y es el primer largometraje de Pedro González Rubio.
Y el mejor documental del festival fue Quebradeiras, del brasileño Evaldo Mocarzel.
Fuente: Diagonales
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