Nuestra opinión: regular
Aunque resulte antipático, en este caso no hay más remedio que comparar. La versión representada pocos años atrás en el Piccadilly, que atravesó varias temporadas, era una deliciosa sátira sobre algunos aspectos de la convivencia de las alumnas -desde la preadolescencia hasta el final del bachillerato- y las monjas, sus maestras, en un instituto religioso de enseñanza. La repercusión era notoria en las espectadoras que habían pasado por esa experiencia, y también en quienes por diversas razones no lo hicimos, pero nos regocijábamos igual con la sutil ironía, las interpretaciones y la dirección, notables.
Olvidémoslo. La nueva versión del Multiteatro evita toda sutileza y se lanza a la caricatura más desenfrenada, sin reparar en medios para arrancar risotadas elementales. Julia Calvo, excelente actriz cómica, sobreactúa hasta el frenesí, con ruidosa aprobación de la platea. Tan sólo Fabiana García Lago, proveniente del elenco anterior (que incluía a las admirables Verónica Llinás y Alejandra Flechner), al reiterar su tierno, angustiado personaje de entonces, permanece fiel a la impronta original. El resto no es -lamentablemente- silencio, sino un griterío infernal y una agitación sin pausa, la que no equivale, por cierto, a buen ritmo.
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