Debido a la gran repercusión que tuvo la presentación de la ópera "Lady Macbeth de Mtsensk" de Dmitri Shostakovich, y a pedido del público, el Teatro Argentino de La Plata ha decidido agregar una última función para mañana, martes 30 de marzo, a las 20.30.
Para que todo el público puede aprovechar esta oportunidad, las autoridades del primer coliseo bonaerense han decidido hacer esta última función a precios verdaderamente populares. En este sentido, todas las localidades, sin distinción de ubicación, costarán $ 5, y los asientos se asignarán por orden de llegada.
Las entradas pueden adquirirse en las boleterías del Teatro, 51 entre 9 y 10, todos los días, incluido hoy, de 10 a 20, o a través de Ticketek, a los teléfonos 447-7200.
La ópera prohibida por Stalin por mostrar miserias humanas
Por MARIO F. VIVINO
Lady Macbeth of Mtsensk, de Dimitri Shostakovich. Estreno en Leningrado el 22 de enero de 1934. Estreno en Teatro Argentino el 22 de marzo de 2010. Intérpretes principales: Natalia Kreslina (Katerina). Enrique Folger (Serguei); Hernán Ithurralde (Boris); Pedro Espinoza (Zinovi); Ariel Casés (el Pope); Carlos Bengolea (El ebrio); Gustavo Gibert (Jefe de Policía); Alejandra Malvino (Soñetka). Orquesta y Coro Teatro Argentino. Dirección orquesta: Alejo Pérez. Dirección escénica: Marcelo Lombardero. Coproducción con Teatro Municipal de Santiago de Chile.
La producción y estreno de la polémica obra de Dimitri Shostakovich en el Teatro Argentino, ha permitido apreciar en la ciudad las calidades de una ópera que debió pasar por innúmera cantidad de inconvenientes antes de esta recuperación efectuada hace más de 20 años por Mstislav Rostropovich. Tomada de una novela realista de Nikolai Leskov -con ligeras referencias a Shakespeare- la obra narra la férrea y sangrienta decisión de Katerina que, al enamorarse de un trabajador dependiente de su esposo, decide ultimar a este y a su suegro, dentro de un aparente delirio y hasta una cierta "inimputabilidad". Estrenada en San Petesburgo en 1934, sufrió un duro ataque del diario Pravda en 1936 en pleno terror estalinista considerándola un "embrollo musical", y calificada de "degenerada y decadente" (expresiones adjudicadas al propio Stalin), habida cuenta de su estilo dodecafónico y al observar la más que cruenta trama. Obviamente no volvió a ser presentada. En 1962, el autor le efectúa algunas modificaciones, incluso el título, llamándola "Katerina Ismailova", logrando que sea aceptada en la entonces Unión Soviética y pasando al mundo occidental. La versión que Rostropovich presenta con su esposa Galina Vinseskaya como protagonista, se convertirá en el nuevo hito y desde entonces ha recorrido el mundo con verdadero suceso.
En la República Argentina, el propio Rostropovich y Sergio Renán, la estrenan en el Teatro Colón en 1999 logrando gran aceptación especialmente en los grupos más afines al estilo predominante en la ópera.
La versión en el Teatro Argentino tuvo una digna presentación y un notable esfuerzo del Teatro en mostrar obras de primera línea que pueden considerarse modernas. La orquesta dirigida por Alejo Pérez y el coro, se desempeñaron en un alto nivel y la puesta y dirección escénica de Marcelo Lombardero -transferida de una finca campestre rusa del siglo XIX a un frigorífico de mediados del siglo XX- fue de un avanzado realismo (en pequeños momentos de cuestionable buen gusto), provocativa y adaptada al creciente devenir dramático. Prácticamente todas las miserias humanas afloran en gruesas pinceladas y son presentadas sin miramientos ni debilidades. La presencia de Natalia Kreslina, fantástica Katerina vocal y escénicamente, dominadora del personaje, -obsesiva, ruda, temerosa, pero esencialmente amante desesperada- fue el centro en el que se apoyaron un muy elaborado Enrique Folger como el fogoso y aprovechado Serguei, Hernán Ithurralde, sibilino suegro y violento conductor del establecimiento, Pedro Espinoza, el marido ausente y poco afecto a su mujer, Gustavo Gibert como el corrupto Jefe de Policía y los demás intérpretes en performances de alto vuelo escénico.
Gran iniciación de temporada del Teatro Argentino.
Fuente: El Día
La producción y estreno de la polémica obra de Dimitri Shostakovich en el Teatro Argentino, ha permitido apreciar en la ciudad las calidades de una ópera que debió pasar por innúmera cantidad de inconvenientes antes de esta recuperación efectuada hace más de 20 años por Mstislav Rostropovich. Tomada de una novela realista de Nikolai Leskov -con ligeras referencias a Shakespeare- la obra narra la férrea y sangrienta decisión de Katerina que, al enamorarse de un trabajador dependiente de su esposo, decide ultimar a este y a su suegro, dentro de un aparente delirio y hasta una cierta "inimputabilidad". Estrenada en San Petesburgo en 1934, sufrió un duro ataque del diario Pravda en 1936 en pleno terror estalinista considerándola un "embrollo musical", y calificada de "degenerada y decadente" (expresiones adjudicadas al propio Stalin), habida cuenta de su estilo dodecafónico y al observar la más que cruenta trama. Obviamente no volvió a ser presentada. En 1962, el autor le efectúa algunas modificaciones, incluso el título, llamándola "Katerina Ismailova", logrando que sea aceptada en la entonces Unión Soviética y pasando al mundo occidental. La versión que Rostropovich presenta con su esposa Galina Vinseskaya como protagonista, se convertirá en el nuevo hito y desde entonces ha recorrido el mundo con verdadero suceso.
En la República Argentina, el propio Rostropovich y Sergio Renán, la estrenan en el Teatro Colón en 1999 logrando gran aceptación especialmente en los grupos más afines al estilo predominante en la ópera.
La versión en el Teatro Argentino tuvo una digna presentación y un notable esfuerzo del Teatro en mostrar obras de primera línea que pueden considerarse modernas. La orquesta dirigida por Alejo Pérez y el coro, se desempeñaron en un alto nivel y la puesta y dirección escénica de Marcelo Lombardero -transferida de una finca campestre rusa del siglo XIX a un frigorífico de mediados del siglo XX- fue de un avanzado realismo (en pequeños momentos de cuestionable buen gusto), provocativa y adaptada al creciente devenir dramático. Prácticamente todas las miserias humanas afloran en gruesas pinceladas y son presentadas sin miramientos ni debilidades. La presencia de Natalia Kreslina, fantástica Katerina vocal y escénicamente, dominadora del personaje, -obsesiva, ruda, temerosa, pero esencialmente amante desesperada- fue el centro en el que se apoyaron un muy elaborado Enrique Folger como el fogoso y aprovechado Serguei, Hernán Ithurralde, sibilino suegro y violento conductor del establecimiento, Pedro Espinoza, el marido ausente y poco afecto a su mujer, Gustavo Gibert como el corrupto Jefe de Policía y los demás intérpretes en performances de alto vuelo escénico.
Gran iniciación de temporada del Teatro Argentino.
Fuente: El Día
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