Fuerza Bruta, el espectáculo teatral creado por Diqui James (ex De la Guarda) se presentará de martes a domingo en el Centro Cultural Recoleta - Foto: Reuters
Por María Silvina Ajmat
De la redacción de lanacion.com
El juego de sumergirse en el agua con los ojos abiertos y tratar de hablar. El panzazo en la pileta. Lo divertido de correr bajo la lluvia. La belleza del nado sincronizado. Un grupo de chicas que ríen. Ruidos. Colores.
Estas son sólo algunas de las imágenes que se suceden en Fuerza Bruta, cuando una inmensa y transparente pileta se convierte en un escenario flotante, y cinco actrices comienzan a jugar, entre un charco gigante de agua movediza y luces de colores. Visto desde abajo, parece que el espectador se sumergió en el fondo del mar y, desde allí, mira la superficie.
De repente, se desata la locura. Golpes. Ritmo. Cuerpos cayendo como bólidos. Puños cerrados. Ira.
Se trata de una obra en que el texto está ausente, y la dramaturgia está construida a partir de una partitura de acciones y formas, que junto a objetos diversos crean efectos visuales y sonoros muy sensibles. La idea es desencadenar emociones en el espectador. "A mí, la palabra idea no me representa. Este espectáculo no me sale de la mente. Me sale del cuerpo y de la emoción", corrige.
"Todo esto salió de un galpón. Eramos un grupo de cuatro chicos y nos juntábamos con el director para ver qué es lo que él quería", explica Laura Mesigos, una de las actrices que trabaja con Diqui desde 2001, y asegura conocer muy bien su estilo. "El es un genio", dice con admiración. "Te tira una sensación física o una emoción y te sube arriba de una máquina", cuenta divertida. "Lo que vieron empezó siendo algo muy distinto. Vamos jugando y se van descartando cosas hasta llegar a la escena".
Tras recorrer el mundo, está más que probado que este teatro donde lo lúdico cobra sentido en su máxima expresión, gusta. Fue aplaudido desde Taipei hasta Edimburgo y siempre a sala llena. En cada ciudad que pisa, Fuerza Bruta se convierte en un acontecimiento de público conocimiento. Los medios se ocupan de ellos, y el boca en boca ya está instalado.
Tan real como tu perro
La esencia de este espectáculo radica en el intercambio físico entre el espectador y el actor. Mientras en el teatro clásico el público permanece sentado en la platea y se limita a observar en silencio (aunque no por eso es pasivo) y entrar en el juego que implica creer la convención de que un sillón representa un living, en la propuesta de Diqui James, la base es que no haya convención. "Todo lo que pasa acá es tan real como tu perro", repite ante todos los que lo quieran escuchar. "Nada es un decorado porque todo lo que hay está involucrado en la acción. No hay ninguna convención teatral", insiste el director.
En un lugar donde todo es provocación, el público se desconcierta y las reacciones ante el espectáculo son diversas. Cuando una pileta gigante baja desde el techo hasta rozar las cabezas de quienes, atónitos, la ven caer, nadie sabe si apartarse, quedarse, cubrirse o detener la caída sosteniendo el objeto con las manos. "Es un hecho colectivo. Se vive como un hecho social, porque te afecta lo que le pasa al resto", define el director.
Con calma y elocuencia, Diqui quiere transmitir su visión del teatro. "El sentido queda para quien lo ve. Nosotros decimos que Fuerza Bruta es antes de la palabra y de la acción. Es la fuerza en bruto, es previo. A vos te pasa algo y después la pensás".
Los dispositivos que se ponen en juego para lograr esos "efectos especiales" no son del otro mundo. Según James, armar este espectáculo consiste en aprovechar materiales de otros ámbitos, motores y probar.
Fuente: La Nación
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