El martes último, cuando el equipo de investigadores platenses descendió al túnel situado en la plaza Islas Malvinas (19 y 51), que ahora se transformará en un circuito turístico y cultural
Los investigadores que realizaron el hallazgo creen que el pasadizo pertenecía al Regimiento 7. El paseo cultural
La existencia de túneles en nuestra ciudad forma parte del imaginario popular. Sin embargo, el hallazgo de un grupo de investigadores platenses, que acaban de descubrir un pasadizo subterráneo en la plaza Islas Malvinas, situada en 19 y 51, transformó el mito en realidad.
"Es un hallazgo”, afirma Gustavo Petró, arquitecto, integrante de la ONG Urdimbre Popular. “Y abre la posibilidad de emprender un proyecto turístico”, se entusiasma el profesional.
Los investigadores calculan que el túnel formó parte del Regimiento 7, y que fue tapado cuando el regimiento fue trasladado a la localidad de Arana.
“Teníamos grabados testimonios de ex soldados, que habían hecho la conscripción en ese regimiento, y que aseguraban que el túnel existía, pero ahora sabemos que el túnel existe”, señala Petró.
El pasadizo unía, según las versiones recogidas por los profesionales, la Plaza de Armas con el Casino de Oficiales.
En este sentido, Raúl Oscar Irigoyen, 77 años, un soldado que hizo la conscripción en el `53 en ese regimiento militar, coincide con los investigadores en que el túnel comunicaba la Plaza de Armas con el Casino de Oficiales.
Tanto es así, que ahora la Municipalidad proyecta construir en ese predio un circuito turístico, similar al de La Manzana de las Luces, en capital federal.
Entrábamos por el portón de 19 y 51, que aún está en pie, y luego utilizábamos el túnel para ir hasta el casino de oficiales, que estaba donde ahora funciona la confitería del centro cultural”, relata Irigoyen.
Los profesionales creen además que el túnel del Regimiento 7 pudo haber sido el punto de partida de una extensa conexión que, pasando por el eje de la avenida 51, llegaba hasta la plaza San Martín de nuestra ciudad.
INTERES MUNICIPAL
El proyecto, que apunta a transformar el túnel en un circuito cultural, fue declarado el 4 de noviembre de 2009 de interés municipal, y cuenta con el visto bueno del Ejecutivo.
Según cuentan los investigadores, conseguir el permiso para abrir el túnel no fue una tarea sencilla. De hecho, a fines del año pasado el equipo estuvo a punto de ingresar, pero prefirieron esperar hasta obtener el permiso municipal. “Tuvimos que aguantarnos la ansiedad”, admite Petró.
El grupo de investigadores que se propuso “desentrañar el mito” está integrado, además de Petró, por: Alberto González (arquitecto); Daniel Delachaux (periodista); Agustín Natansohn (periodista); Rafael Gamarra (cineasta); y Nicolás Alessandro (cineasta); entre otros académicos.
Para acceder al túnel, cuya entrada ahora está vallada y precintada por cuestiones de seguridad, una empresa tuvo que hacer un boquete en una de las bocas de acceso. Por allí ingresaron los pesquisantes, que documentaron todo a través de fotografías y videos a las que tuvo acceso este diario.
“ESTABA MUY OSCURO”
Faltaban pocos minutos para las diez. Con reflectores -similares a los que se utilizan en los sets de filmación- y linternas los investigadores al túnel por una estrecha boca de ingreso.
“Había mucha tierra sobre la escalera de acceso”, relata Delachaux. “Y bolsas de basura, pero no había mal olor, ni moscas”, agrega el comunicador social.
Luego, avanzaron lentamente, hasta llegar a un descanso. Pero tuvieron que detenerse. “Nos sorprendió la cantidad de agua, que nos llegaba hasta la cintura, y estaba cristalina”, suelta Gamarra.
“Alcanzamos a ver que el túnel tenía al menos unos 40 metros de largo”, afirma el documentalista. Ahora resta que una empresa contratada por la comuna extraiga el agua del túnel, hecho que podría ocurrir esta semana.
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