viernes, 10 de septiembre de 1999

Franca Rame, Dario Fo y un show de mujeres al borde


“Dos mujeres” rescata dos de los “Ocho monólogos” que la duplapresentó en fábricas, clubes obreros y sindicatos de Italia.Anna Sabaté, la única intérprete, se luce en “La violación”.

Por Cecilia Hopkins

En los años 70, la italiana Franca Rame, actriz y esposa del actor y dramaturgo Dario Fo, presentaba un espectáculo llamado Ocho monólogos, que hacía girar incansablemente por fábricas, clubes obreros y sindicatos. En esos sketches irónicos y mordaces, teatralizaba diferentes situaciones en las cuales la mujer era siempre la protagonista de los abusos más variados, ya fuera en su propia casa, en la calle o en su lugar de trabajo. “La mujer pasota” y “La violación”, dos de esos monólogos escritos en colaboración por el controvertido matrimonio, forman el espectáculo Dos mujeres, que interpreta la actriz catalana Anna Sabaté, dirigida por el platense Jerónimo Casas, en virtud de un acuerdo de coproducción entre La Perversa Teatre de Barcelona y la Compañía de Teatro Cínico de La Plata.

Le toma un tiempo a la actriz comenzar a interpretar su primer personaje. Antes dispone los elementos a utilizar en el pequeño escenario, con la idea de diferenciar a la intérprete de la criatura de ficción. La acción de “La mujer pasota” transcurre en una iglesia, y el monólogo se desarrolla junto a un confesionario, desde el cual un cura acepta prestar sus “piadosos” servicios casi a regañadientes. La mujer en cuestión –creyente y comunista a un tiempo– da comienzo a su confesión remontándose a los tiempos en que era “un modelo de virtudes”. Hasta que las andanzas de su hijo, “un extremista de izquierdas”, la obligan a emprender un recorrido forzoso que incluye manifestaciones, drogas y experiencias en comunas hippies. Este tour la lleva, finalmente, a renegar de su familia: su nueva personalidad ya no está para aceptar las convenciones burguesas que sin saber había soportado la mayor parte de su vida.Sabaté encara el texto de modo convencional, poco asistida por un plan de puesta carente de interés visual. Dos mujeres levanta puntería recién en el segundo de los monólogos, “La violación”. La idea de optar por la inmovilidad y la ambigua sonrisa del personaje para detallar los pormenores de una violación múltiple (un hecho que aconteció realmente a Rame) fue un acierto. De este modo queda expuesta la potencia del relato sin golpes bajos, en toda su vehemencia acusadora.

Fuente: Página 12

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