El proyecto avanza con Omar Fantini y Mónica Goizueta al frente
De los talleres para la formación de actores, que en la actualidad está llevando adelante el dramaturgo Omar Fantini, surgió la idea de crear una Escuela de teatro que está en "proceso de armado", según le reveló a Diagonales la platense Mónica Goizueta, encargada de la asistencia y producción de estos talleres que se realizan los martes y sábados en el Centro Cultural Crisoles (calle 1 Nº 477).
Con la intención de acercar el trabajo de varios referentes del teatro a su ciudad natal, Goizueta formó en la década del ‘90 un grupo cooperativo en un Galpón de Tolosa que contaba con la colaboración de su primer maestro: Norman Briski. Por eso, este proyecto no será su "primera experiencia" ya que, además, desde 1994 se dedica a la producción y asistencia de dirección, y ha colaborado con Cristina Banegas y Pompeyo Audivert, entre otros.
"Lo conocí a Omar Fantini cuando lo vi actuar en Las bochas y después su papel en la obra Medea me encantó. Me enteré que estaba haciendo Copetines deliciosos en La Plata, una puesta en escena que tiene que ver con un humor particular y me fascinó, por eso le dije 'este año te quedás acá y armás algo, no te podés ir", contó Mónica Goizueta, quien empezó los talleres en el 2009 junto a este actor, dramaturgo y, además, Licenciado en Psicología. La intención para este año fue "articularlos –dijo Goizueta– “no lo llamaría institucionalizarlo pero sí tener un carácter de escuela, estamos sumando mucha gente y queremos un lugar propio y reconocimiento institucional. Pero es un trabajo que recién comienza, se está amasando. Por ahora son los talleres, pero la idea es que a mitad de año tengamos la escuela", adelantó.
–¿A qué se refiere exactamente con el "no institucionalizar" los talleres?
–La idea se centra en la apertura, las estructuras universitarias o de tipo escuela tienen cierta rigidez a las cuales no somos afectos. Nuestra dinámica es la producción, entonces todo lo teórico va a estar apuntalado en la producción. Estamos haciendo el trabajo de campo y eso viene apoyando el marco teórico, hacemos el proceso inverso, porque la exposición te pone inmediatamente en la dimensión de lo que sos capaz de producir. Considero que todo aparece con el trabajo, es mucho más feliz que cuando aparece sólo desde lo académico.
Bajo un criterio cooperativo, esta futura escuela estará "abierta para todos" y tendrá como "maestro" –Goizueta prefiere ese término por encima del de Director–) a Omar Fantini, un "muy buen escritor y buen docente, que tiene cero prejuicio. Él no está condicionado, no le importa de donde venís, en cambio hay directores que tienen una formación cerrada, pero él está despojad de eso, él recibe y produce. Es un profesional muy dedicado, respetuoso del otro y no trabaja desde la imposición, produce inmediatamente teatro", dijo la docente.
La motivación para inaugurar esta Escuela es, de alguna manera y en las palabras de una de las ideólogas del proyecto, "las ganas que tenemos de ampliar el espectro, para que los alumnos tengan una cosmovisión de lo que se puede producir en términos artísticos".
–¿Cómo resumiría los objetivos que se plantearon para la escuela?
-Queremos formar una escuela dinámica, con una producción creativa que tenga un sello, una particularidad y que salga de lo esperable, de lo conocido. Que sea una escuela que produzca cierta diferencia y que, fundamentalmente, movilice. El nombre que pensamos fue Actoral abierta, una escuela que va a tener todo lo que se puede dar en teatro: desde la formación teórico / práctica hasta la muestra final.
Fuente: Diagonales
De los talleres para la formación de actores, que en la actualidad está llevando adelante el dramaturgo Omar Fantini, surgió la idea de crear una Escuela de teatro que está en "proceso de armado", según le reveló a Diagonales la platense Mónica Goizueta, encargada de la asistencia y producción de estos talleres que se realizan los martes y sábados en el Centro Cultural Crisoles (calle 1 Nº 477).
Con la intención de acercar el trabajo de varios referentes del teatro a su ciudad natal, Goizueta formó en la década del ‘90 un grupo cooperativo en un Galpón de Tolosa que contaba con la colaboración de su primer maestro: Norman Briski. Por eso, este proyecto no será su "primera experiencia" ya que, además, desde 1994 se dedica a la producción y asistencia de dirección, y ha colaborado con Cristina Banegas y Pompeyo Audivert, entre otros.
"Lo conocí a Omar Fantini cuando lo vi actuar en Las bochas y después su papel en la obra Medea me encantó. Me enteré que estaba haciendo Copetines deliciosos en La Plata, una puesta en escena que tiene que ver con un humor particular y me fascinó, por eso le dije 'este año te quedás acá y armás algo, no te podés ir", contó Mónica Goizueta, quien empezó los talleres en el 2009 junto a este actor, dramaturgo y, además, Licenciado en Psicología. La intención para este año fue "articularlos –dijo Goizueta– “no lo llamaría institucionalizarlo pero sí tener un carácter de escuela, estamos sumando mucha gente y queremos un lugar propio y reconocimiento institucional. Pero es un trabajo que recién comienza, se está amasando. Por ahora son los talleres, pero la idea es que a mitad de año tengamos la escuela", adelantó.
–¿A qué se refiere exactamente con el "no institucionalizar" los talleres?
–La idea se centra en la apertura, las estructuras universitarias o de tipo escuela tienen cierta rigidez a las cuales no somos afectos. Nuestra dinámica es la producción, entonces todo lo teórico va a estar apuntalado en la producción. Estamos haciendo el trabajo de campo y eso viene apoyando el marco teórico, hacemos el proceso inverso, porque la exposición te pone inmediatamente en la dimensión de lo que sos capaz de producir. Considero que todo aparece con el trabajo, es mucho más feliz que cuando aparece sólo desde lo académico.
Bajo un criterio cooperativo, esta futura escuela estará "abierta para todos" y tendrá como "maestro" –Goizueta prefiere ese término por encima del de Director–) a Omar Fantini, un "muy buen escritor y buen docente, que tiene cero prejuicio. Él no está condicionado, no le importa de donde venís, en cambio hay directores que tienen una formación cerrada, pero él está despojad de eso, él recibe y produce. Es un profesional muy dedicado, respetuoso del otro y no trabaja desde la imposición, produce inmediatamente teatro", dijo la docente.
La motivación para inaugurar esta Escuela es, de alguna manera y en las palabras de una de las ideólogas del proyecto, "las ganas que tenemos de ampliar el espectro, para que los alumnos tengan una cosmovisión de lo que se puede producir en términos artísticos".
–¿Cómo resumiría los objetivos que se plantearon para la escuela?
-Queremos formar una escuela dinámica, con una producción creativa que tenga un sello, una particularidad y que salga de lo esperable, de lo conocido. Que sea una escuela que produzca cierta diferencia y que, fundamentalmente, movilice. El nombre que pensamos fue Actoral abierta, una escuela que va a tener todo lo que se puede dar en teatro: desde la formación teórico / práctica hasta la muestra final.
Fuente: Diagonales
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