Un aniversario con gusto a revancha
A un siglo de la llegada del Tren Provincial, el barrio vuelve a crecer desde el olvido
El relente se percibía cada mañana y las quintas dominaban la geografía del barrio cuando la trocha angosta del Provincial le dio vida al barrio. Las casas chorizos crecieron a la par del adoquinado y ramos generales, acopiadores y bares coparon las cuadras de la incipiente calle 71.
Un mundo se formó alrededor de la estación y creció sin detenerse durante casi medio siglo. Pero el servicio dejó de “ser rentable” y languideció: primero cerró el ramal La Plata–Mira Pampa que motorizaba la economía del lugar y años después los convoyes de pasajeros que atravesaban el Gran Buenos Aires hasta Avellaneda no pasaron más.
Como un presagio de la trágica política menemista del “ramal que para, ramal que cierra”, con la ida del Tren Provincial se fue todo un barrio. Hoy, cien años después, la frase popular argentina “no hay mal que por bien no venga” parece servir de consuelo: tras diez años de esfuerzos los vecinos recuperaron el barrio y convirtieron al Meridiano V en una de las zonas más prósperas de la ciudad, con un circuito gastronómico, cultural y turístico único en la región.
El 27 de abril se inauguraron los primeros cien kilómetros de un tendido que llegaría años después a la estación Mira Pampa, hoy partido de Rivadavia, en el meridiano V bonaerense, justo al límite con La Pampa.
El primer servicio de pasajeros partió el 17 de marzo de 1912 y en 1914 ya cumplía el recorrido total de 553 kilómetros divididos en 31 estaciones.
Si bien algunos afirman que el apogeo comenzó en la década del ‘20, otras fuentes históricas destacan que fue a partir del ‘35. Lo que todos coinciden es que el esplendor del Provincial se extendió hasta 1960. Junto al tren –con servicios de pasajeros cada 55 minutos hacia Avellaneda– creció el barrio. La zona era una de las principales abastecedora de los pueblos que atravesaban los rieles: Etcheverry, Loma Verde, Udaondo, Beguerie, Mauricio Hirsch, Fortín Olavarría, Roosevelt y Mira Pampa.
Ya en 1951 el servicio pasó de manos del Estado bonaerense al Nacional y en 1953 conformó el tendido del Ferrocarril Belgrano. En 1961, el cierre del recorrido hacia el interior derivó en el principio del fin para un barrio que había vivido a lo grande. La desaparición de los vagones de carga, los chacareros y la “clase turista” que llegaba a la ciudad desde el centro y oeste provincial, marchitó al centro comercial que se extendía por calle 71 desde 13 hasta 19. Así, se acabaron los bares, las pensiones, los almacenes de ramos generales y las tiendas. Si bien el servicio de pasajeros hacia Avellaneda perduró hasta 1977, nada fue como antes.
Veinte años después del último servicio, la zona resurgió junto a un grupo de vecinos que, desde la cultura, supo encontrarle la vuelta a un barrio que parecía destinado al olvido. Hoy, la vieja estación es un polo turístico y gastronómico vital que le da vida a un vecindario de seis mil personas que, como hace cien años, parece crecer a toda máquina.
A un siglo de la llegada del Tren Provincial, el barrio vuelve a crecer desde el olvido
El relente se percibía cada mañana y las quintas dominaban la geografía del barrio cuando la trocha angosta del Provincial le dio vida al barrio. Las casas chorizos crecieron a la par del adoquinado y ramos generales, acopiadores y bares coparon las cuadras de la incipiente calle 71.
Un mundo se formó alrededor de la estación y creció sin detenerse durante casi medio siglo. Pero el servicio dejó de “ser rentable” y languideció: primero cerró el ramal La Plata–Mira Pampa que motorizaba la economía del lugar y años después los convoyes de pasajeros que atravesaban el Gran Buenos Aires hasta Avellaneda no pasaron más.
Como un presagio de la trágica política menemista del “ramal que para, ramal que cierra”, con la ida del Tren Provincial se fue todo un barrio. Hoy, cien años después, la frase popular argentina “no hay mal que por bien no venga” parece servir de consuelo: tras diez años de esfuerzos los vecinos recuperaron el barrio y convirtieron al Meridiano V en una de las zonas más prósperas de la ciudad, con un circuito gastronómico, cultural y turístico único en la región.
El 27 de abril se inauguraron los primeros cien kilómetros de un tendido que llegaría años después a la estación Mira Pampa, hoy partido de Rivadavia, en el meridiano V bonaerense, justo al límite con La Pampa.
El primer servicio de pasajeros partió el 17 de marzo de 1912 y en 1914 ya cumplía el recorrido total de 553 kilómetros divididos en 31 estaciones.
Si bien algunos afirman que el apogeo comenzó en la década del ‘20, otras fuentes históricas destacan que fue a partir del ‘35. Lo que todos coinciden es que el esplendor del Provincial se extendió hasta 1960. Junto al tren –con servicios de pasajeros cada 55 minutos hacia Avellaneda– creció el barrio. La zona era una de las principales abastecedora de los pueblos que atravesaban los rieles: Etcheverry, Loma Verde, Udaondo, Beguerie, Mauricio Hirsch, Fortín Olavarría, Roosevelt y Mira Pampa.
Ya en 1951 el servicio pasó de manos del Estado bonaerense al Nacional y en 1953 conformó el tendido del Ferrocarril Belgrano. En 1961, el cierre del recorrido hacia el interior derivó en el principio del fin para un barrio que había vivido a lo grande. La desaparición de los vagones de carga, los chacareros y la “clase turista” que llegaba a la ciudad desde el centro y oeste provincial, marchitó al centro comercial que se extendía por calle 71 desde 13 hasta 19. Así, se acabaron los bares, las pensiones, los almacenes de ramos generales y las tiendas. Si bien el servicio de pasajeros hacia Avellaneda perduró hasta 1977, nada fue como antes.
Veinte años después del último servicio, la zona resurgió junto a un grupo de vecinos que, desde la cultura, supo encontrarle la vuelta a un barrio que parecía destinado al olvido. Hoy, la vieja estación es un polo turístico y gastronómico vital que le da vida a un vecindario de seis mil personas que, como hace cien años, parece crecer a toda máquina.
Fuente: Diagonales
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