Frente al centro cultural Casa ZaragozaAyer se realizó la Feria del Libro Independiente en avenida 53, con stands de editoriales autogestionadas y otras artesanías. Hubo lectura de poesías, murga, candombe y recitales de música hasta la madrugada.
Se encontraban siempre en el mismo evento: la FLIA (Feria del Libro Independiente y Autogestiva), en Capital Federal.
Aunque la oportunidad era perfecta para que se conocieran y compartieran sus proyectos, lo que en realidad querían era otra cosa: impulsar la FLIA -o algo parecido- en nuestra ciudad, desde donde viajaban toda vez que se llevaba adelante este encuentro entre editoriales y autores sin posibilidades de acceso a la Feria de Libro de La Rural.
El año pasado, luego de varias reuniones previas para definir qué hacer, finalmente pudieron armar la primera FLIA en La Plata, que se hizo en el Centro Cultural Olga Vázquez (60 entre 10 y 11). Y poco después llegó la segunda, que se hizo en noviembre último, en el Galpón de Tolosa (3 y 526).
La de ayer fue la primera de este año, y tuvo lugar en la rambla de 53, entre 3 y 4, frente al centro cultural Casa Zaragoza. Con un sol pleno, que hizo que los 18° de temperatura se sintieran muy agradables, desde el mediodía se fue armando la feria, que el público copó en pocos minutos. Es que había de todo: cuadros; libros de poesía y cuentos; revistas viejas y actuales; remeras estampadas; muestras fotográficas; plantas; discos; ropa; comida; y casi todo tipo de artesanías.
El clima de camaradería se sentía de un puesto a otro, desde donde llegaban amables invitaciones a los visitantes para que se acerquen a los trabajos expuestos. Independientemente de las ventas, los miembros de la FLIA estaban ahí, mostrando sobre una mesa lo que hacen, sin apoyo de ningún tipo.
En diálogo con Hoy, David, uno de los organizadores de la FLIA, y miembro de la editorial “Pixel Ediciones”, contó que, si bien el evento le da especial importancia al libro y la lectura, no le cierra la puerta a ningún rubro. Así, enfatizó que “la organización es abierta a cualquiera”, y que los interesados en participar sólo tienen que acercarse a las reuniones semanales que se hacen todos los martes en Casa Zaragoza.
“Desde el comienzo, la idea siempre fue juntar a quienes fomentan la autogestión, sin la intención de tener auspiciantes privados o estatales”, puntualizó David, y agregó que “en Buenos Aires, las editoriales independientes ya han hecho ediciones en conjunto, lo cual les ha permitido mostrar sus libros en muchos lugares, e incluso también hay distribuidoras independientes”.
Como miembro de una editorial autogestionada, David comentó que “a nosotros nos interesa vincularnos con otras editoriales y autores, para organizar eventos de este tipo, y poder conocernos”. La idea a mediano plazo es -según contó- ir insertando sus textos en las librerías, y en ese sentido buscan juntarse y consolidarse en los principios que los unen.
Murga, candombe y rock para el cierre
Hacia las 17, los organizadores de la FLIA terminaron de armar el escenario sobre el que distintos poetas y cantautores regalarían sus creaciones al público. Después, fue el turno de actuar del grupo La Cuerda, de candombe, y de la murga La Verdulera. La fiesta terminó tarde, entrada la madrugada, con varias bandas de música.
Un ejemplo impreso de compromiso social
Si de emprendimientos productivos, sociales y solidarios se trata, la revista La Pulseada, del Hogar de la Madre Tres Veces Admirable, del padre Carlos Cajade, no puede quedar afuera.
Nacida en el año 2002, la publicación apareció como la voz de toda la obra del hogar, y para darle difusión a aquellos temas que no siempre son los más importantes para los diarios. Como si fuera poco, La Pulseada se imprime en el taller gráfico del hogar (“Grafitos”).
La revista estuvo ayer presente en la FLIA, ofreciendo a precios bajísimos sus números más viejos, valiosas pruebas de que las problemáticas sociales pueden ser tratadas con verdadero compromiso.
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