Se estrena Pericones en La Plata
El elenco de La Comedia de la Provincia de Buenos Aires, organismo dependiente del Instituto Cultural, estrena la obra “Pericones” de Mauricio Kartun con la dirección de Omar Sánchez.
La obra fue estrenada por primera vez en 1987, en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, con dirección general de Jaime Kogan. En esta oportunidad, el anfitrión del estreno será el escenario “Jorge Diamante” de la Sala Discépolo de La Plata, durante el mes de mayo. Una puesta en escena por demás interesante que, en este 2010, nos propone una lectura del material bajo el contexto de los festejos del Bicentenario.
Aquí La Plata participó de la intimidad de uno de los ensayos de la obra y entrevistó a Omar Sánchez, reconocido docente y director teatral que actualmente se desempeña como Vicedirector de la Escuela de Teatro La Plata y que, en esta ocasión, fue convocado por la Comedia de la Provincia para dirigir un nuevo proyecto: ¿Cuándo te convoca la Comedia y por qué se elige este material?
Omar: La Comedia me convoca a fines del año pasado pensando en un material que tuviera que ver con el Bicentenario del 25 de Mayo. Yo no acertaba con el texto y una directora de la ciudad de La Plata, Mimí Harvey, me propuso leer Pericones de Kartun. Conozco las primeras obras de Kartun que me gustan mucho y que son de corte más intimista, más familiar, pero desconocía este material tan fantástico que es Pericones. Enseguida me interesó la obra y acá estamos trabajándola con todos los actores de la Comedia. Esa fue una de las condiciones de trabajo: poder trabajar con todos los actores, y este es una material que lo permite. La adaptación del texto se realizó en función del elenco de la Comedia.
El viaje
La obra transcurre en 1889 y trata del viaje de un buque frigorífico que va a la Exposición de Paris de ese año: “Es un viaje donde Argentina va a Europa a demostrar que está en condiciones de pertenecer al primer mundo. Esa ilusión fantástica de algunos gobernantes”, señala el director. De hecho, tal exposición existió en la realidad y se sabe que La Plata fue la única ciudad argentina premiada en la Exposición con dos medallas doradas en las categorías “Ciudad del Futuro” y “Mejor realización construida”.
En el interín del viaje el buque es capturado por un barco pirata: “A partir de ahí vemos cómo las clases dirigentes traicionan a sus gobernados en esto de sobrevivir. Es una metáfora. El viaje es un viaje que se viene haciendo, y de alguna manera el bicentenario es una manera de reflexionar sobre qué aguas estamos andando, que aguas nos tocan andar, con quienes las queremos andar y para dónde queremos ir. Es una reivindicación de las utopías también, porque en el barco viaja un grupo de indios que van a ser expuestos en forma antropológica –otro hecho real- y que tienen la utopía de poder crear un país nuevo en la isla Martín García, conjuntamente con un joven socialista que también viaja en el barco. Entonces la obra habla también de la reivindicación de las utopías, de la creación de otros mundos posibles. Es un replanteo interesante para volver hacerlo en 2010”, reflexiona Omar.
-En un momento señalaste que es una obra que propone lecturas generacionales. ¿A qué te referías con eso?
Omar: Porque me parece que es una obra que está escrita por una persona que ha vivido otros momentos histórico del país, y que ahora hay toda una juventud que puede leerla con sus propias herramientas, herencias, mandatos y con sus propias tradiciones. Entonces la lectura que puede hacer esa generación puede ser sorprendente también. En la década del ´70 una generación soñó con un cambio posible. Yo reivindico las utopías de los ´70, de querer construir un país distinto, con igualdad de oportunidades. Habría que replantearse cómo construirlo, con qué herramientas.
Son varios los replanteos a los cuales invita la obra. Siguiendo con la metáfora del viaje que propone el director, y como señala uno de sus personajes: “Malos gobiernos hemos tenido también en tierra…y de esos no había siquiera posibilidad de desembarcar”. Una frase cuyas resonancias sólo podrán ser reubicadas por el espectador, en un momento de la obra dentro del cual ya no resulta sencillo dirimir cuánto de realidad y cuánto de ficción atraviesa cada texto.
Los hilos que toca
-En una primera lectura de la obra uno puede preguntarse qué es lo que festeja en cada fecha patria.
Omar: Yo con 54 años también me pregunto lo mismo. Pero no porque sea malo festejar, creo que tenemos que tener un festejo de la independencia. Pero lo que tenemos que preguntarnos es ¿La independencia de qué? ¿De quiénes? Esta obra reubica las cuestiones, no las destruye, sino que las vuelve a reubicar: cuando hablamos de soberanía, ¿de qué soberanía estamos hablando? Eso es lo que tiene de interesante la obra, los hilos que toca. Y hay otra cuestión que me parece que tiene la obra, que a mí me convocó, que es el lenguaje. Porque lo rico del discurso político es ver cómo está contado y tratado en la obra. Es un texto interesante para ser tratado teatralmente. Es una obra que obliga a tomar posiciones continuamente, porque uno puede identificarse con cada personaje o con partes de cada uno. Los hechos que ocurren te obligan a tomar posiciones: ¿usted que haría en ese lugar? Y a su vez es un discurso que artísticamente está tratado de manera tan hermosa, con una mirada sobre el ser humano con cierto humor que permite elaborar cierta crítica. Y a su vez la elaboración de la forma, que tiene algo de historieta, de novelas de aventura, incluye piratas, duelos de espada. En ese sentido también permiten reivindicar la imaginación, que es esa capacidad que tiene el ser humano de poder pensar en imágenes. Es fantástico el desarrollo que el autor hace de esa imaginación con la cual nosotros armamos vidas. A mí eso me fascinó enseguida.
Lo que resta es saber si “Pericones” podrá fascinar también al público, si logrará que cada espectador tome una posición frente a lo que acontece, si podrá conquistar diversas lecturas generacionales. Si logrará divertirse frente a los asaltos de historieta, folletín y melodrama que enriquecen la dramaturgia, y si va a preferir cerrar los ojos o mantenerlos abiertos en la crueldad que no escapa. Creemos por demás que sí. La invitación se abre con veintiún actores en escena que nos van a contar -y a bailar- “Pericones”.
Nota: Florencia Zubieta
Fotos: Cony Agesta
Fuente: Aquí La Plata
El elenco de La Comedia de la Provincia de Buenos Aires, organismo dependiente del Instituto Cultural, estrena la obra “Pericones” de Mauricio Kartun con la dirección de Omar Sánchez.
La obra fue estrenada por primera vez en 1987, en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín de la Ciudad de Buenos Aires, con dirección general de Jaime Kogan. En esta oportunidad, el anfitrión del estreno será el escenario “Jorge Diamante” de la Sala Discépolo de La Plata, durante el mes de mayo. Una puesta en escena por demás interesante que, en este 2010, nos propone una lectura del material bajo el contexto de los festejos del Bicentenario.
Aquí La Plata participó de la intimidad de uno de los ensayos de la obra y entrevistó a Omar Sánchez, reconocido docente y director teatral que actualmente se desempeña como Vicedirector de la Escuela de Teatro La Plata y que, en esta ocasión, fue convocado por la Comedia de la Provincia para dirigir un nuevo proyecto: ¿Cuándo te convoca la Comedia y por qué se elige este material?
Omar: La Comedia me convoca a fines del año pasado pensando en un material que tuviera que ver con el Bicentenario del 25 de Mayo. Yo no acertaba con el texto y una directora de la ciudad de La Plata, Mimí Harvey, me propuso leer Pericones de Kartun. Conozco las primeras obras de Kartun que me gustan mucho y que son de corte más intimista, más familiar, pero desconocía este material tan fantástico que es Pericones. Enseguida me interesó la obra y acá estamos trabajándola con todos los actores de la Comedia. Esa fue una de las condiciones de trabajo: poder trabajar con todos los actores, y este es una material que lo permite. La adaptación del texto se realizó en función del elenco de la Comedia.
El viaje
La obra transcurre en 1889 y trata del viaje de un buque frigorífico que va a la Exposición de Paris de ese año: “Es un viaje donde Argentina va a Europa a demostrar que está en condiciones de pertenecer al primer mundo. Esa ilusión fantástica de algunos gobernantes”, señala el director. De hecho, tal exposición existió en la realidad y se sabe que La Plata fue la única ciudad argentina premiada en la Exposición con dos medallas doradas en las categorías “Ciudad del Futuro” y “Mejor realización construida”.
En el interín del viaje el buque es capturado por un barco pirata: “A partir de ahí vemos cómo las clases dirigentes traicionan a sus gobernados en esto de sobrevivir. Es una metáfora. El viaje es un viaje que se viene haciendo, y de alguna manera el bicentenario es una manera de reflexionar sobre qué aguas estamos andando, que aguas nos tocan andar, con quienes las queremos andar y para dónde queremos ir. Es una reivindicación de las utopías también, porque en el barco viaja un grupo de indios que van a ser expuestos en forma antropológica –otro hecho real- y que tienen la utopía de poder crear un país nuevo en la isla Martín García, conjuntamente con un joven socialista que también viaja en el barco. Entonces la obra habla también de la reivindicación de las utopías, de la creación de otros mundos posibles. Es un replanteo interesante para volver hacerlo en 2010”, reflexiona Omar.
-En un momento señalaste que es una obra que propone lecturas generacionales. ¿A qué te referías con eso?
Omar: Porque me parece que es una obra que está escrita por una persona que ha vivido otros momentos histórico del país, y que ahora hay toda una juventud que puede leerla con sus propias herramientas, herencias, mandatos y con sus propias tradiciones. Entonces la lectura que puede hacer esa generación puede ser sorprendente también. En la década del ´70 una generación soñó con un cambio posible. Yo reivindico las utopías de los ´70, de querer construir un país distinto, con igualdad de oportunidades. Habría que replantearse cómo construirlo, con qué herramientas.
Son varios los replanteos a los cuales invita la obra. Siguiendo con la metáfora del viaje que propone el director, y como señala uno de sus personajes: “Malos gobiernos hemos tenido también en tierra…y de esos no había siquiera posibilidad de desembarcar”. Una frase cuyas resonancias sólo podrán ser reubicadas por el espectador, en un momento de la obra dentro del cual ya no resulta sencillo dirimir cuánto de realidad y cuánto de ficción atraviesa cada texto.
Los hilos que toca
-En una primera lectura de la obra uno puede preguntarse qué es lo que festeja en cada fecha patria.
Omar: Yo con 54 años también me pregunto lo mismo. Pero no porque sea malo festejar, creo que tenemos que tener un festejo de la independencia. Pero lo que tenemos que preguntarnos es ¿La independencia de qué? ¿De quiénes? Esta obra reubica las cuestiones, no las destruye, sino que las vuelve a reubicar: cuando hablamos de soberanía, ¿de qué soberanía estamos hablando? Eso es lo que tiene de interesante la obra, los hilos que toca. Y hay otra cuestión que me parece que tiene la obra, que a mí me convocó, que es el lenguaje. Porque lo rico del discurso político es ver cómo está contado y tratado en la obra. Es un texto interesante para ser tratado teatralmente. Es una obra que obliga a tomar posiciones continuamente, porque uno puede identificarse con cada personaje o con partes de cada uno. Los hechos que ocurren te obligan a tomar posiciones: ¿usted que haría en ese lugar? Y a su vez es un discurso que artísticamente está tratado de manera tan hermosa, con una mirada sobre el ser humano con cierto humor que permite elaborar cierta crítica. Y a su vez la elaboración de la forma, que tiene algo de historieta, de novelas de aventura, incluye piratas, duelos de espada. En ese sentido también permiten reivindicar la imaginación, que es esa capacidad que tiene el ser humano de poder pensar en imágenes. Es fantástico el desarrollo que el autor hace de esa imaginación con la cual nosotros armamos vidas. A mí eso me fascinó enseguida.
Lo que resta es saber si “Pericones” podrá fascinar también al público, si logrará que cada espectador tome una posición frente a lo que acontece, si podrá conquistar diversas lecturas generacionales. Si logrará divertirse frente a los asaltos de historieta, folletín y melodrama que enriquecen la dramaturgia, y si va a preferir cerrar los ojos o mantenerlos abiertos en la crueldad que no escapa. Creemos por demás que sí. La invitación se abre con veintiún actores en escena que nos van a contar -y a bailar- “Pericones”.
Nota: Florencia Zubieta
Fotos: Cony Agesta
Fuente: Aquí La Plata
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