Marcelo Katz dirige un gran elenco de intérpretes en una obra para todo público
Tempo. Idea original: Javier Pomposiello y Marcelo Katz. Intérpretes: Hernán Carbón, Gabi Goldberg, Virginia Kaufmann, Martín López Carsolio y Julieta Carrera. Coreografía: Diego Bros. Música original: Sebastián Furman. Escenografía: Gabriel Díaz. Vestuario: Laura Molina. Luces: Fernando Berreta. Asistente de dirección: Ruth Pezet. Dirección: Marcelo Katz. En el Centro Cultural de la Cooperación (Corrientes 1543). Viernes y sábados, a las 20. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: buena
Un grupo de clowns se apasiona jugando con el tiempo. Crean nuevas y nuevas situaciones a partir de él y hasta se animan, a veces con desparpajo, a elaborar unos juegos de palabras con definiciones que sorprenden y divierten al mismo tiempo.
Cada uno de ellos se entrega a la creación con mucha intensidad, y entonces logran hacer ingresar al espectador en otro tiempo, paradójicamente. Ya nada de lo que éste trae de la calle tiene valor, y las expectativas con las que ingresaron a la sala se cargan de una profunda fantasía.
La escena crece con buen ritmo, con ricas imágenes. La ingenuidad, la ternura, ocupan un lugar central y, de ahí en más, sólo será cuestión de dejarse llevar por la acción de esos payasos que cantan, bailan y componen rutinas que los muestran de manera muy íntegra.
Una vez más, el director Marcelo Katz propone una experiencia muy vital, en la que sus intérpretes saben sacar provecho de sus cualidades personales y ponerlas a disposición de un creativo entramado de escenas que crece más por el desarrollo de las capacidades de cada actor que por el diseño de una dramaturgia de acabada factura.
En verdad, en algún momento del show eso poco importa, porque cada clown es muy seguro a la hora de la construcción de su imagen, de su conducta individual, y eso solo logra dar trascendencia a la experiencia, cuyo mayor valor está en la concepción grupal de la propuesta.
Carlos Pacheco
No hay comentarios:
Publicar un comentario