Ahora, Citi acepta ir sólo como aditamento del nombre de la sala
Tomaron nota de las protestas y profundizarán la restauración del clásico edificio
Sólo duró dos meses el teatro Citi. Ayer, el gobierno porteño dio luz verde a ese grupo empresarial para que la sala más antigua de la avenida Corrientes recupere su tradicional nombre (Opera), pero con el aditamento de la marca que lo regenteará durante los próximos tres años (Citi).
En algún momento de este fin de semana, una cuadrilla de operarios, comandada por el escenógrafo y arquitecto Alberto Negrín, procederá a modificar y agregar nombres en la marquesina.
La primicia la dio como al pasar Mirtha Legrand en su almuerzo del 25 de mayo, cuando reveló que en la noche de la reapertura del Teatro Colón el mismísimo presidente del Citi, Juan Brochou, se había acercado hasta la diva para informarle sobre la esperada novedad. Pero aunque la noticia picó inmediatamente en Twitter, no hubo mayormente repercusión en el resto de la prensa.
A partir de tres notas que LA NACION publicó en la última semana de marzo sobre el cambio de nombre del teatro Opera, que pasaba a llamarse Citi, comenzaron a hacerse oír voces contrarias a esa determinación; en Internet, varios foros agitaron el tema y celebridades muy influyentes, como Mirtha Legrand y Susana Giménez, elevaron su voz con preocupación.
La gente del Citi se sintió mortificada porque el importante trabajo de recuperación del edificio que alberga esa sala pasaba a un segundo plano, al igual que se opacaba el creciente auspicio de espectáculos e iniciativas culturales que viene realizando esa empresa en los últimos cinco años.
Diversos sondeos terminaron por convencerlos de la necesidad de dar marcha atrás porque algunas iniciativas paralelas que se habían proyectado -la próxima edición de un libro sobre la sala y una exposición fotográfica sobre su historia- no alcanzaban para apagar los comentarios negativos.
Por eso, a partir de la semana que viene, se lo rebautizará como Opera Citi y, entre otros ambiciosos proyectos, se espera una nueva aprobación por parte del gobierno de la ciudad para colocar en la torre del edificio el logo original en letra cursiva, y se estudia la recolocación del techo tapizado de estrellas que se quitó en 1999. Además, cuando baje La B ella y la Bestia en octubre, se organizarán visitas guiadas.
En una semana de buenas noticias -reapertura del Teatro Colón y celebraciones en paz del Bicentenario-, el regreso del Opera amplía la alegría.
Fuente: La Nación
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