A las 18.30, en el museo de arte y memoria, calle 9 entre 51 y 53 de La Plata
Se inauguran las muestras Armando Sapia dibujos y El Afiche político de J.C. Romero
“Si Paul Valéry decía que las obras del espíritu sólo existen en acto, Armando Sapia en el acto de dibujar deja dos claros testimonios: su fe en ese mismo acto de dejarse llevar por la línea, y, simultáneamente su gran escepticismo por el mundo que lo rodea, pero en el cual se siente incluido. La huella de ese acto es una imagen que nos conmueve, en la cual convive la más terrible visión de este mundo con una ironía y un sentido del humor que, a pesar de todo, nos hace sonreír y pensar que aun se puede seguir viviendo en él, ya que por suerte allí residen personas como Armando Sapia.
“En un tiempo en el cual nos bombardean y nos invaden con imágenes desde los diarios, la televisión, los afiches, el cine y, ahora, desde Internet, pareciera, paradójicamente, cada vez más difícil, elaborar desde el yo una imagen del mundo. Ya en los años sesenta Kart Schewedhelm señalaba sintéticamente: muchas imágenes-ninguna imagen. Por suerte artistas singulares como Armando Sapia nos brindan, sin embargo, su imago mundi. Su espejo, cargado de subjetividad, despierta en nosotros una conciencia de objetividad. Este milagro de sublimar lo terrible sólo pueden hacerlo grandes artistas como él”, escribió alguna vez Luis Felipe Noé sobre Arturo Sapia.
Y Sapia será uno de los protagonistas de la tarde de hoy en el Museo de Arte y Memoria de la Comisión provincial de la Memoria (calle 9 entre 51 y 53), cuando a las 18.30, quede inaugurada la muestra Armanado Sapia dibujos.
El otro protagonista será Juan Carlos Romero, que también abrirá la exposición El afiche político.
Esta muestra de afiches políticos está integrada por parte de la colección que éste artista plástico fue armando a partir de un afiche que llegó a sus manos en las elecciones de 1945, y que, con el correr de los años, se transformó en una "vertiginosa acumulación de afiches de partidos políticos, sindicatos y agrupaciones estudiantiles que se fue haciendo cada vez mayor en los años 70". Y que a su vez resulta un recorrido más que interesante por la historia política del país del primer peronismo a 1973.
Antes de que se corra el velo de las primeras de las muestras, Diagonales dialogó con el dibujante Armando Sapia. Un artista de un hablar pausado y profundo, tras escucharlo se descubre que Sapia habla y piensa como dibuja, algo que parece sencillo u obvio, pero que sin embargo no sé da en todos los artistas.
"Lo que hay ahí es una gran cantidad de dibujos hechos a tinta, en papel, ahora, explicar un dibujo es un poco difícil. Son historias que yo cuento, tratando de respetar que por encima de lo que estoy contando, está le cómo lo estoy contando. O sea que ambas cosas consiguen que no sea una mera ilustración, una abstracción. Y cuento distintas historias", aclara a manera de introducción el dibujante, dejando en claro los terrenos por los que girará la entrevista, sin alejarse demasiado de lo lúdico, de las historias.
–¿Qué historias se pueden construir a partir de un dibujo?
–El dibujo desde mi perspectiva es una forma de escribir, yo creo que la gente antes de que inventara la A, la B, la C o la D, dibujaba lo que quería representar, lo que quería decir. Yo escribo dibujando. Es decir que empleo ese lenguaje anterior a la escritura, convirtiéndolo en escritura, porque también utilizo la pluma y la tinta.
–¿Qué se necesita para hacer un dibujo?
–En principio tener ganas. Desde chico todos los niños son artistas, toman pedazos de crayones y las paredes les resultan irresistibles. Pero de la misma manera a medida que vamos creciendo vamos abandonando ése elemento lúdico. Yo tengo la sensación de que dibujando juego y me divierto. Muchas veces me encuentro riéndome de las pequeñas picardías que dibujo y me imagino que cuando era chico debía ser así, no me acuerdo, pero yo mientras dibujo ahora muchas veces me río. Es decir, obviamente que a la realidad tenés dos formas de acercarte a ella. Con el ceño fruncido, te hacés mala sangre, tomás partido; pero también visto en la mirada de alguien que se coloca de afuera, de un modo menos solemne.
–Recién aludía al tiempo durante la infancia, al aspecto lúdico, ¿cree que actualmente la irrupción de Internet o la televisión acorta ese lapso de tiempo?
–En la época de los griegos, éstos se horrorizaban porque se escribía. Es decir, aquellos que contaban los poetas que se pasaba de voz en voz y había que tener el elemento técnico como para mantenerlo. Cuando empezaron a escribir pensaron que ese elemento iba a desaparecer y la memoria no ha desaparecido. Y con la irrupción del automóvil tampoco han desaparecido las ganas de andar a pie; y obviamente hay gente a la que le interesa llegar al final pero para otros lo asombroso esta en el entretanto, en el camino. Creo que este elemento lúdico nunca se pierde, lo que pasa que la vida te saca varias veces del paso, más allá de Internet o no. Empezás a tener relaciones con amigos, con mujeres, con un montón de cosas, y ahí vas aprendiendo otras cosas más allá del elemento mecánico. En el fondo tanto Internet como el automóvil son prótesis, extensiones de tu propio cuerpo; y en el caso de la red, de la memoria.
–¿Trabaja con boceto?
–A veces sí, pero otras veces me dejo llevar por lo que la mano me dicta, y muchas veces me sorprendo del resultado. Es como si me delirara. Vos hacés un ojito, una nariz y terminás llenando una hoja de situaciones. Es como cuando soñás. Hay un elemento que se activa que no lo podés manejar y yo muchas veces me dejo llevar. No trato de entender desde la razón con lo que estoy haciendo, trato de explicármelo después.
–Casi que la mano tiene vida propia.
–La mano obedece a tu sentimiento profundo, si sos honesto.
Esta tarde, los platenses tendrán una oportunidad inmejorable para perderse en el mundo de Armando Sapia y para, además, reconstruir a partir de los afiches de Juan Carlos Romero buena parte de la historia argentina.
Fuente: Diagonales
Se inauguran las muestras Armando Sapia dibujos y El Afiche político de J.C. Romero
“Si Paul Valéry decía que las obras del espíritu sólo existen en acto, Armando Sapia en el acto de dibujar deja dos claros testimonios: su fe en ese mismo acto de dejarse llevar por la línea, y, simultáneamente su gran escepticismo por el mundo que lo rodea, pero en el cual se siente incluido. La huella de ese acto es una imagen que nos conmueve, en la cual convive la más terrible visión de este mundo con una ironía y un sentido del humor que, a pesar de todo, nos hace sonreír y pensar que aun se puede seguir viviendo en él, ya que por suerte allí residen personas como Armando Sapia.
“En un tiempo en el cual nos bombardean y nos invaden con imágenes desde los diarios, la televisión, los afiches, el cine y, ahora, desde Internet, pareciera, paradójicamente, cada vez más difícil, elaborar desde el yo una imagen del mundo. Ya en los años sesenta Kart Schewedhelm señalaba sintéticamente: muchas imágenes-ninguna imagen. Por suerte artistas singulares como Armando Sapia nos brindan, sin embargo, su imago mundi. Su espejo, cargado de subjetividad, despierta en nosotros una conciencia de objetividad. Este milagro de sublimar lo terrible sólo pueden hacerlo grandes artistas como él”, escribió alguna vez Luis Felipe Noé sobre Arturo Sapia.
Y Sapia será uno de los protagonistas de la tarde de hoy en el Museo de Arte y Memoria de la Comisión provincial de la Memoria (calle 9 entre 51 y 53), cuando a las 18.30, quede inaugurada la muestra Armanado Sapia dibujos.
El otro protagonista será Juan Carlos Romero, que también abrirá la exposición El afiche político.
Esta muestra de afiches políticos está integrada por parte de la colección que éste artista plástico fue armando a partir de un afiche que llegó a sus manos en las elecciones de 1945, y que, con el correr de los años, se transformó en una "vertiginosa acumulación de afiches de partidos políticos, sindicatos y agrupaciones estudiantiles que se fue haciendo cada vez mayor en los años 70". Y que a su vez resulta un recorrido más que interesante por la historia política del país del primer peronismo a 1973.
Antes de que se corra el velo de las primeras de las muestras, Diagonales dialogó con el dibujante Armando Sapia. Un artista de un hablar pausado y profundo, tras escucharlo se descubre que Sapia habla y piensa como dibuja, algo que parece sencillo u obvio, pero que sin embargo no sé da en todos los artistas.
"Lo que hay ahí es una gran cantidad de dibujos hechos a tinta, en papel, ahora, explicar un dibujo es un poco difícil. Son historias que yo cuento, tratando de respetar que por encima de lo que estoy contando, está le cómo lo estoy contando. O sea que ambas cosas consiguen que no sea una mera ilustración, una abstracción. Y cuento distintas historias", aclara a manera de introducción el dibujante, dejando en claro los terrenos por los que girará la entrevista, sin alejarse demasiado de lo lúdico, de las historias.
–¿Qué historias se pueden construir a partir de un dibujo?
–El dibujo desde mi perspectiva es una forma de escribir, yo creo que la gente antes de que inventara la A, la B, la C o la D, dibujaba lo que quería representar, lo que quería decir. Yo escribo dibujando. Es decir que empleo ese lenguaje anterior a la escritura, convirtiéndolo en escritura, porque también utilizo la pluma y la tinta.
–¿Qué se necesita para hacer un dibujo?
–En principio tener ganas. Desde chico todos los niños son artistas, toman pedazos de crayones y las paredes les resultan irresistibles. Pero de la misma manera a medida que vamos creciendo vamos abandonando ése elemento lúdico. Yo tengo la sensación de que dibujando juego y me divierto. Muchas veces me encuentro riéndome de las pequeñas picardías que dibujo y me imagino que cuando era chico debía ser así, no me acuerdo, pero yo mientras dibujo ahora muchas veces me río. Es decir, obviamente que a la realidad tenés dos formas de acercarte a ella. Con el ceño fruncido, te hacés mala sangre, tomás partido; pero también visto en la mirada de alguien que se coloca de afuera, de un modo menos solemne.
–Recién aludía al tiempo durante la infancia, al aspecto lúdico, ¿cree que actualmente la irrupción de Internet o la televisión acorta ese lapso de tiempo?
–En la época de los griegos, éstos se horrorizaban porque se escribía. Es decir, aquellos que contaban los poetas que se pasaba de voz en voz y había que tener el elemento técnico como para mantenerlo. Cuando empezaron a escribir pensaron que ese elemento iba a desaparecer y la memoria no ha desaparecido. Y con la irrupción del automóvil tampoco han desaparecido las ganas de andar a pie; y obviamente hay gente a la que le interesa llegar al final pero para otros lo asombroso esta en el entretanto, en el camino. Creo que este elemento lúdico nunca se pierde, lo que pasa que la vida te saca varias veces del paso, más allá de Internet o no. Empezás a tener relaciones con amigos, con mujeres, con un montón de cosas, y ahí vas aprendiendo otras cosas más allá del elemento mecánico. En el fondo tanto Internet como el automóvil son prótesis, extensiones de tu propio cuerpo; y en el caso de la red, de la memoria.
–¿Trabaja con boceto?
–A veces sí, pero otras veces me dejo llevar por lo que la mano me dicta, y muchas veces me sorprendo del resultado. Es como si me delirara. Vos hacés un ojito, una nariz y terminás llenando una hoja de situaciones. Es como cuando soñás. Hay un elemento que se activa que no lo podés manejar y yo muchas veces me dejo llevar. No trato de entender desde la razón con lo que estoy haciendo, trato de explicármelo después.
–Casi que la mano tiene vida propia.
–La mano obedece a tu sentimiento profundo, si sos honesto.
Esta tarde, los platenses tendrán una oportunidad inmejorable para perderse en el mundo de Armando Sapia y para, además, reconstruir a partir de los afiches de Juan Carlos Romero buena parte de la historia argentina.
Fuente: Diagonales
No hay comentarios:
Publicar un comentario