En el marco del Primer Festival de Cine de Universidades Públicas La Plata 2010, REC, que se desarrolló en el Teatro Argentino, 51 entre 9 y 10, el exitoso realizador Juan José Campanella ofreció ayer una charla abierta sobre el cine actual, acompañado por Félix Monti (director de fotografía) y José Luis Díaz (director de sonido), responsables de "El secreto de sus ojos".
Distendido, con el rostro de un hombre humilde, Juan José Campanella visitó ayer La Plata para hablar de lo que ama: el cine. Y lo hizo en la Sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino, en donde se lleva a cabo el 1er Festival de Cine de Universidades Públicas, con la participación de estudiantes de todo el país.
Campanella, quien estuvo acompañado por Félix “el Chaco” Monti (director de Fotografía) y José Luis Díaz (director de Sonido), recordó entre risas, bromas y anécdotas, algunos detalles del Secretos de sus ojos - film que lo llevó al Oscar como mejor película extranjera en 2010- habló de su personalidad y planteó un breve debate entre el cine digital y el romántico, el viejo. En fin, el de la cinta.
Se definió como un hombre detallista y trabajador incansable; es simple, de pocas palabras y es, gracias a su humor y léxico cautivador, capaz de “robarle” en una charla como la de ayer varias horas hasta aquellos que no saben de cine.
“Por cada empleo que hay en el cine, debe haber dos mil personas que quieren ese trabajo. Entonces, tener un trabajo en una película es un privilegio”, dijo en un intento por explicar su obsesión por el trabajo y la perfección. Y de inmediato fue más claro con un ejemplo familiar: “Un día me saqué un 8 en un examen para el ingreso de física. Y mi viejo me respondió, ¿y por qué no un 9? Creo que viene de familia o tendré que buscar una explicación en la terapia”, dijo, ante la risa de los presente en la Sala Astor Piazzolla, y los que seguían atentamente sus enseñanzas a través de una pantalla en el exterior de la sala.
En sus más de dos horas de exposición, dijo que prefiere “actores (e incluyó a todo el equipo de trabajo) “que no se toman el fin de semana” y dejó en claro que no le gusta escuchar el: “Y quién se va a dar cuenta”. “Si ves un error, por pequeño que sea, tenés que corregirlo. Sí vos te das cuenta, quiere decir que otro también lo puede ver”, le aconsejó a los más de 300 estudiantes de cine en el lugar. Y dejó un agasajo verbal para el cine nacional: “No hay ninguna diferencia entre el cine de Estado Unidos y el de aquí. Al contrario, acá hay muy buenos actores y equipos de trabajo”.
“En Argentina hemos hecho crecer un tipo de cine sustentado en el guión, no anclado sólo en lo formal. Un cine que tiene un objetivo distinto al que sólo busca el clímax sensorial, el que prima sensaciones sobre la historia. Esto tal vez no sea bien visto desde parte de Hollywood”, describió Juan José, que desarrolló parte de su carrera en Estados Unidos, trabajando en series como La ley y el orden (en inglés, Law & Order), Dr. House y 30 Rock, entre otras.
Además, Campanella remarcó las ventajas del cine digital, situación que lo llevó a “discutir” (siempre con mucho humor) con su suegro, Félix Monti, defensor del cine romántico.
“En nuestro cine siempre falta plata, siempre faltan medios. Muchas veces me he quedado con tomas que no quería porque no tenía material. Entonces el cine digital te permite no cortar la toma. Cuando cortas una toma, automáticamente entra un batallón de gente entre los maquilladores, vestuaristas y asistentes, y el actor, en ese momento, pierde el precalentamiento que había logrado. Cuando cantás acción de nuevo, se fue todo a la miércoles. Agarras al actor descolocado; con el digital sale todo más fluido y mejora mucho desde el punto de vista de la actuación”, explicó Campanella, director también de otras películas como El mismo amor, la misma lluvia, El hijo de la novia, y Luna de Avellaneda.
Es, entre otras cosas, considerado un descubridor de talentos, o un explorador de actores secundarios. Antes la pregunta de cómo elige a los actores, respondió: “Me baso en los trabajos anteriores, y trato de buscar gente que no me diga: “Me quiero tomar el fin de semana”. Uno no tiene la suerte de filmar todos los años, por eso cuando te toca, es la vida. Por eso que la capacidad de trabajo es una de las cosas más importante al momento de filmar: cuando estoy entrevistando a un persona nueva busco saber qué le provoca el proyecto; Busco gente más o menos en zona, que se identifiquen con el proyecto; también quiero gente de buen humor”, dijo el hombre de51 años, y una carrera más que exitosa por delante.
“¿Qué recuerdo tengo del Oscar? Nada. Estaba muy nervioso. Lo que tengo en mente es lo que vi al otro día en los videos de you tube”, aseguró el porteño Campanella, que reside en EEUU, pero reconoció que a veces extraña “vivir en España”.
El secreto de sus ojos, la anécdota
“Cuando se hace la toma en la cancha de Huracán, eran unas 150 personas contratadas como extras. Con esa cantidad de público se hizo toda la escena. Cuando les dijimos que debían cantar algunas canciones de la época (año 1974), el director de Extras no pidió plata, ya que, decía, que los extras tenían que estudiar las canciones, que, en realidad eran tres oraciones. Entonces, como plata no nos sobraba, reducimos todos al sonido de “La Acadé, La Acadé, La Acadé”. Lo graciosos es que al estrenar la película, cayó SAI y nos quiso cobrar por utilizar la marcha peronista”, rió Campanella, quién recordó que esa canción de Racing está hecha con el ritmo de la marcha peronista.
Fuente: El Día, Diagonales
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