Desde hace 16 años, el Espacio Arte Vivo construye un lugar donde el cuerpo es el protagonista de experiencias en las que múltiples historias cobran vida.
“Arte Vivo toma este nombre por el arte en movimiento y por capturar la esencia de lo vivo. Porque no hay nada que sea estático, es un arte en permanente cambio y movimiento”, relata Alicia Diciacio, directora y fundadora del espacio.
Desde 1994, la propuesta de tener un espacio propio donde poder experimentar sobre los diferentes lenguajes escénicos, fue lo que transformó a Arte Vivo en una cantera infinita en la que indagar sobre las posibilidades de comunicar desde lo corporal y perfeccionarse en las diferentes disciplinas artísticas.
Cuesta abajo, la obra de Gabriela Fiore, marcó el inicio de una extensa trayectoria. “Esa primera obra fue fantástica por el hecho de contar con un lugar propio con todo lo que esto implica. Tener un espacio en el cual poder ensayar todo el tiempo que uno quiera hacerlo y poder experimentar a fondo en busca del mejor resultado artístico, sin ningún tipo de presión comercial”, rememora la directora.
“Todo lo que estamos haciendo, está hecho desde el placer de crear”, asegura Diciacio y, para festejar este nuevo aniversario, el grupo de teatro de Espacio Arte Vivo, presentará cuatro obras a lo largo de este mes. “Dos de ellas son farsas del dramaturgo italiano Darío Fo, que fue premio Nobel de Literatura en 1997, llamadas No hay ladrón que por bien no venga y El hombre desnudo y el hombre de frac. Y también dos obras dramáticas de autores argentinos, una de ellas Pintura fresca de Beatriz Mosquera, y la otra obra es Caracol de mar, de Pedro Sedlinsky, que también es argentino”.
Fuente: Hoy
“Arte Vivo toma este nombre por el arte en movimiento y por capturar la esencia de lo vivo. Porque no hay nada que sea estático, es un arte en permanente cambio y movimiento”, relata Alicia Diciacio, directora y fundadora del espacio.
Desde 1994, la propuesta de tener un espacio propio donde poder experimentar sobre los diferentes lenguajes escénicos, fue lo que transformó a Arte Vivo en una cantera infinita en la que indagar sobre las posibilidades de comunicar desde lo corporal y perfeccionarse en las diferentes disciplinas artísticas.
Cuesta abajo, la obra de Gabriela Fiore, marcó el inicio de una extensa trayectoria. “Esa primera obra fue fantástica por el hecho de contar con un lugar propio con todo lo que esto implica. Tener un espacio en el cual poder ensayar todo el tiempo que uno quiera hacerlo y poder experimentar a fondo en busca del mejor resultado artístico, sin ningún tipo de presión comercial”, rememora la directora.
“Todo lo que estamos haciendo, está hecho desde el placer de crear”, asegura Diciacio y, para festejar este nuevo aniversario, el grupo de teatro de Espacio Arte Vivo, presentará cuatro obras a lo largo de este mes. “Dos de ellas son farsas del dramaturgo italiano Darío Fo, que fue premio Nobel de Literatura en 1997, llamadas No hay ladrón que por bien no venga y El hombre desnudo y el hombre de frac. Y también dos obras dramáticas de autores argentinos, una de ellas Pintura fresca de Beatriz Mosquera, y la otra obra es Caracol de mar, de Pedro Sedlinsky, que también es argentino”.
Fuente: Hoy
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