El método Suzuki es un revolucionario abordaje para la enseñanza musical dedicado a chicos desde los tres años. El conservatorio Gilardo Gilardi cuenta con un área específica desde 1999. La opinión de una docente especializada.
A medida que se desarrolla la vida, muchos de nosotros logramos distinguir sonidos que lentamente se irán traduciendo en palabras. Ellas servirán para nombrar las cosas que nos rodean, nombrarnos a nosotros mismos y emprender la siempre difícil tarea de comunicarnos. A partir de este proceso lento y gradual, fijaremos las herramientas necesarias para dialogar y quedará sedimentado el terreno para aprender a leer y escribir.
Partiendo de esta concepción, el método Suzuki se fundamenta en la observación de que los niños aprenden perfectamente su lengua materna al estar rodeados de los sonidos que la conforman desde antes de su nacimiento. Haciendo un paralelo a nivel musical, el doctor Shinitzi Suzuki desarrolló un método entendiendo que todos los niños pueden aprender a ejecutar muy bien un
instrumento si se les crea el ambiente adecuado.
Continuando con este legado, y a partir de un proyecto presentado por las profesoras de piano Adriana Bianchi y Graciela Vides, se comenzó a aplicar desde el año 1999 en el Conservatorio de Música Gilardo Gilardi el método Suzuki.
Actualmente están integrados a este programa veintidós niños de piano y catorce de guitarra, con edades que van desde los 3 hasta los 8 años, quienes tienen el incentivo constante de realizar audiciones para completar una adecuada formación musical.
Consultada por Hoy, Graciela Vides, profesora de piano del Conservatorio Gilardo Gilardi especializada en el método Suzuki, contó que “se empieza de oído. Los chicos se inician desde muy chicos y resulta fundamental que la familia esté presente en las clases, un compromiso familiar importante y una asistencia regular. Una de las principales motivaciones para los alumnos son los conciertos, ya que es el momento en que ellos se muestran a los padres.
Agregó que “originalmente el doctor Suzuki no quería que le pusieran su nombre, pero finalmente se adoptó su apellido para este método que busca traducir el modo en que adquirimos la lengua materna al lenguaje musical”, y recalcó: “Se apunta a un comienzo temprano, antes de que los chicos aprendan a leer y escribir, para que toquen sin conocer sobre música y luego aprendan mejor lectura musical”.
La filosofía de su creador
Shinichi Suzuki fue violinista, educador, filósofo y fue considerado un humanista. Ejerció una profunda influencia en la educación de su país y en otros lugares del mundo como Estados Unidos y Argentina.
Su principal vocación fue ayudar a los niños a desarrollar sus capacidades como seres humanos. En este sentido, el maestro dijo: “La enseñanza de música no es mi propósito principal. Deseo formar a buenos ciudadanos, seres humanos nobles. Si un niño oye buena música desde el día de su nacimiento, y aprende a tocarla él mismo, desarrolla su sensibilidad, y disciplina y paciencia. Adquiere un corazón hermoso”.
Práctica y dedicación
Graciela Vides egresó del Conservatorio Gilardo Gilardi en el año 1987 y actualmente es profesora de piano especializada en el método Suzuki y es capacitadora de docentes de enseñanza musical.
En diálogo con Hoy, la profesora contó que a partir de este tipo de enseñanza “los chicos aprenden muy bien y en nuestra área hay un nivel mucho menor de deserción, ya que se logra un nivel de compromiso mucho más grande, donde la presencia de la familia resulta la clave fundamental para que esto se logre”.
Por otra parte, Vides se refirió a la formación académica que implica el paso por el conservatorio y dijo que “mucha gente se muestra interesada en aprender, pero a veces no saben que esto requiere mucha práctica y dedicación, y que para tocar un instrumento se necesita la práctica diaria. En este ámbito a veces se da que muchos se acercan con un verdadero interés y logran completar su formación musical, y otros que directamente se anotan porque les gustó el edificio”.
Por último, la docente puntualizó que para lograr una formación musical es necesario “tener oído y conocimiento del lenguaje musical para formar a un músico más completo”.
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