sábado, 3 de abril de 2010

Una Misa Criolla para recordar al maestro Ariel Ramírez

Con la dirección de Andrés Bugallo y Rubén Martínez como solista

Esta noche la ciudad de La Plata realizará un merecido homenaje a Ariel Ramírez, que falleció el pasado 18 de febrero dejando un vacío que hizo todavía más profundo ese otro que abrió la muerte de Mercedes Sosa. El de hoy a las 20, en el Teatro Coliseo Podestá (10 e/ 46 y 47), será un doble homenaje: por un lado al eximio compositor y por otro a los ex combatientes de la Guerra de Malvinas.

El atractivo principal de la velada será la interpretación de la Misa Criolla, que Ramírez compuso en 1964 y se convirtió en un éxito mundial, siendo grabada en los cinco continentes. De la gala participarán el Coro polifónico de la Fundación Catedral de La Plata, el Coro Musiké y Rubén Martínez como solista, quienes serán dirigidos por Andrés Bugallo.

El solista de la noche le contó a Diagonales que su primer acercamiento a la obra fue “hace más de 20 años, cuando viajé para hacer la grabación con Ariel Ramírez de la Misa Criolla en San Francisco, en Nuestra Señora de Guadalupe junto a José Carreras, porque fui uno de los elegidos para integrar el coro argentino”. Desde el momento que escuchó a Carreras, a quien definió como “un tenor lírico puro” se dio cuenta “que Ramírez quería darle universalidad a la obra, que recorra el mundo y lo logró”. Por eso, a partir de esa experiencia “siempre tuve ganas de hacerla y ahora se dio la oportunidad”.

En 1972, Zamba Quipildor interpretó por primera vez la Misa Criolla y desde ahí se lo asoció con la obra, por eso el tenor Martínez la va a “encarar” según sus palabras “de una manera lírica pero muy folclórica porque uno lo lleva adentro el folclore. Si bien mi voz es lírica, también la adecuo a la parte popular, hay partes que son muy populares y me largo. No sé como quedará, espero que muy bien”.

A la hora de hablar de la pieza en sí, el solista que mañana subirá al escenario del Coliseo aseguró: “es una pequeña obra de arte, porque Ariel Ramírez está en el límite entre lo clásico y lo popular”. Y adelantó que en la primera parte del concierto se le rendirá homenaje con “canciones de Ginastera, Guastavino, Gilardo Gilardi, López Buchardo, que son los máximos exponentes de nuestra música ciudadana folclórica clásica”. El espectáculo comenzará con “Hermanita perdida”, “Paloma”, “La rosa y el sauce” y “Alfonsina y el mar”, entre otras, y luego llegará el turno de la Misa criolla.

–¿Qué recuerdo le quedó de Ariel Ramírez cuando lo conoció y que puede decir de él como artista?

–El contexto en el que lo conocí era en un acontecimiento de mucho vuelo mundial, había cámaras de televisión de todo el mundo, se hacía un registro de la grabación, así que tuvimos un encuentro mínimo para charlar. Igualmente me acuerdo que me contó que quería hacer una obra que tenga que ver con los sonidos de América, me dijo que quería ir al Amazonas a grabar sonidos de la selva y le dije que me parecía una idea fantástica mezclar los sonidos del folclore con los sonidos de la selva.

Era una persona muy dada y humilde, muy entusiasta y un gran pianista también. Y muy abierto a los cambios, porque no decía “esto se hace como yo lo escribí” y si alguien proponía algún cambio y quedaba bien, no tenía inconveniente en modificarlo.

–¿Qué cree que puede aportarle usted a la interpretación?

–Creo que cada intérprete le da una nueva vida a la música. Y yo no lo voy a hacer ni como Zamba Quipildor, ni como Los Trovadores, ni como José Carreras, voy a hacer mi versión, humilde o grandiosa, no sé como saldrá, pero va a ser mi versión. Yo me largué y espero que quede bien y que guste.

La propuesta de Martínez para la noche de mañana es que “no se pierdan el homenaje a Ariel Ramírez, porque él se lo merece, aunque sea un homenaje humilde. Esto es el principio, a mí me gustaría hacer más, porque él dejó muchas obras hermosísimas en el legado folclórico. Yo creo que los intérpretes pasamos, hoy somos nosotros y mañana otros, pero la obra sigue vigente ya que es una de las obras más tocadas más interpretadas en el mundo entero. Él la pensó mucho y creo que es muy bendecida, porque tiene un mensaje de fe y de esperanza”.

Fuente: Diagonales

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