miércoles, 14 de abril de 2010

No nos callamos nada

Los abuelos que integran la fundación Papelnonos tocan instrumentos de papel fabricados por ellos mismos, y cantan canciones para ahuyentar la angustia de la vejez

Evitar la depresión que, por múltiples motivos, aqueja actualmente a gran parte de los abuelos. Básicamente, eso es lo que se busca. Y es que, en nuestros días, parece ser que, cuando se pone punto final a la vida laboral, también se termina la vida propiamente dicha.

Con ese concepto, se hace difícil seguir adelante convencidos de que nuestra existencia vale la pena para alguien, y que el mundo sigue necesitando de nuestra participación.

A grandes rasgos, esa es la compleja misión que persiguen los organizadores de la fundación Papelnonos, nacida en Mar del Plata y extendida a otras ciudades e, incluso, al resto de Latinoamérica (ver Una red solidaria sin fronteras a la vista).

Aunque la actividad que los caracteriza es la orquesta artesanal de instrumentos de papel, en realidad también hacen una gran obra solidaria en escuelas y otras instituciones.

En nuestra ciudad, nació en 2003 y actualmente está formada por 47 miembros. Siempre que se siga el objetivo central de Papelnonos, que consiste en cambiar la imagen de la vejez en la sociedad, las distintas agrupaciones de cada lugar tienen libertad para trabajar como mejor les parezca.

En diálogo con Hoy, el director de la agrupación platense, Alejandro Dinamarca, confesó que se enamoró del proyecto apenas fue convocado.

Los abuelos ensayan dos veces por semana para que los espectáculos salgan al pie de la letra.
A pedido de las escuelas que quieran, el grupo lleva sus conciertos a las aulas, de manera gratuita para los establecimientos estatales. Sólo si quedan fuera del radio de La Plata los Papelnonos piden que se les facilite un transporte. Ahora mismo preparan una comedia musical para chicos de jardín de infantes y otra llamada Las mil noches y media, destinada para adultos. También, siguen ensayando una obra llamada Ecomúsica, para adolescentes, y que trata sobre el medio ambiente.

Con muchas capas de papel y algún que otro material que ayude a darles forma a los instrumentos, los abuelos interpretan sus propias canciones, cuyas letras ahondan en las necesidades propias de la edad.

“Más allá de los deseos que tiene cada miembro, en general quieren ser independientes, porque temen ser una carga para su familia; y poder autorrealizarse, es decir, estudiar o hacer alguna actividad que nunca antes pudieron desarrollar”, cuenta Dinamarca. En ese sentido, explica que se dan dos cambios fundamentales: por un lado, el que empieza a experimentar el “nono” que forma parte de la agrupación y, por el otro, la imagen que va adoptando el resto de la sociedad cuando los conoce.

Para la tercera edad, ese sector que muchos prefieren “sacar del paso”, existen cientos de instrumentos dispuestos a ponerle letra y sonido a todo eso que los abuelos ansían expresar, y no siempre saben cómo.

Acercar la manera para que puedan expresarse

Por medio de un convenio que firmaron con el ministerio de Desarrollo Social de la Nación, los Papelnonos platenses trabajan desde noviembre del año pasado con siete residencias de ancianos, que dependen de la dirección nacional de Políticas para Adultos Mayores (Dinapam), todas dentro del Gran Buenos Aires.

Como se trata de abuelos con diferentes discapacidades, los Papelnonos les enseñan a encontrar sentido a la vida potenciando las capacidades que tienen sanas.

Se trabaja con sus duelos, historias familiares y su soledad. “Les facilitamos la manera para expresarse, y muchos hacen catarsis, así que hay que contenerlos. Pero lo cierto es que comienzan una nueva vida”, contó a Hoy Alejandro Dinamarca, director de los Papelnonos platenses.

Diario Hoy

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