El cordobés Alejandro Ibarra hoy está de estreno con Surménage à Trois, junto a Gustavo Wons y Karina K
Es muy joven, dinámico, apasionado. Nació en Almafuerte, Córdoba, y desde pequeño se interesó por el mundo de la comedia musical. Para Alejandro Ibarra, por entonces, actuar y bailar resultaban un juego ligado a Los Parchís o a las propuestas televisivas de Flavia Palmiero. En tiempos de la secundaria su vocación empezó a consolidarse y ese costado artístico que estaba perfilándose se contraponía, y mucho, con los gustos de los amigos, para quienes el fútbol y el básquet estaban en el centro de sus actividades. Pero empezó la licenciatura en teatro en la universidad cordobesa y, paralelamente, a tomar clases de danza en talleres privados.
El bailarín y coreógrafo hoy dice que empezar a bailar de grande (a los 19 años) implicó un fuerte desafío, porque en poco tiempo debió llevar a su cuerpo a un estado de optimización y con mucho esfuerzo. Pero estaba dispuesto. Se postuló para ingresar al taller de danza del Teatro San Martín. Lo aceptaron, y así comenzó una formación más específica que completó, también, en la escuela de Julio Bocca y Ricky Pashkus.
Alejandro Ibarra cuenta que, en Buenos Aires, su carrera se fue dando de manera inversa a la de otros artistas. Primero trabajó en grandes teatros y con fuerte producción, como en Aplausos , Víctor Victoria , Ella , Hairspray, y desde hace un tiempo le interesa moverse dentro del ámbito alternativo. Busca consolidar su propia compañía, dirigir y, también, seguir buscando espacios en el teatro comercial.
Por estos días, dos proyectos lo destacan: sigue junto a Aníbal Pachano participando de Pour la gallery y hoy estrena Surmé nage à Trois, una experiencia que comparte con su compañía Proyecto Dos y de la que participan, como coreógrafos y directores invitados, Gustavo Wons ( Chicago, Sweet Charity ) y Karina K ( Víctor Victoria, Cabaret, Souvenir ).
Al cabo de tres programas, los espectadores tendrán la posibilidad de apreciar un trabajo muy bailado en un contexto teatral, como el de Wons; algo estrechamente ligado al teatro, como la propuesta de Karina K y un tercero, que dirige el mismo Ibarra, en el que el teatro y la danza se mixturan. "No hay un concepto que una las tres obras. Es una especie de torbellino de ideas de tres personas, cada una con su individualidad, pero que conviven muy bien."
"Proyecto Dos es generoso -explica-. Pretende ser un espacio para que los bailarines puedan hacer una experiencia de trabajo con diferentes directores y coreógrafos. Lo llamo un espacio para el teatro y la danza. Ultimamente, la gente viene formándose en tres disciplinas: canto, baile y actuación. Las nuevas generaciones se mueven en esos campos y esta compañía se formó con la intención de que los intérpretes tengan protagonismo."
Ese mismo protagonismo fue el que buscó Ibarra junto a Los Pepper Top Singer, con quienes montó Perfectamente inocente y ¿ Dónde está Liza? y que estuvieron en cartel varias temporadas. "No me siento completamente actor, bailarín o cantante -afirma Ibarra-. Me entreno en las tres cosas y quiero hacerlas bien", explica de manera apasionada. Y mientras la danza lo ocupa en dos propuestas, prepara otra como actor junto a Omar Calicchio; se trata de La anticrista, de Gonzalo Demaria.
Carlos Pacheco
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