La cinta blanca. O The White Ribbon, o Das weisse Band: vamos, la película del austríaco Michael Haneke que compitió contra Campanella en los últimos Oscar (y perdió, aunque mucho no le importara porque había ganado la Palma de Oro en Cannes 2009). Una violenta meditación en blanco y negro sobre los orígenes del nazismo, ambientada en la Alemania rural de preguerra. Se estrena este mismo jueves.
Vincere. El ex partisano Marco Bellocchio (director de la soberbia I pugni in tasca) la emprende contra Benito Mussolini (interpretado magistralmente por Filippo Timi), contando la historia de una amante a quien Il Duce mantuvo oculta durante largos años. Se anuncia para el 6 de mayo.
Hadewijch. El director francés Bruno Dumont -dos veces ganador del Grand Prix del Jurado en Cannes, por La humanidad y Flandres- está cada día más ambicioso: aquí construye, todo a la vez y con auténtica pasión religiosa, un estudio sobre las diferencias entre el mundo medieval y el contemporáneo, una mirada sobre la inmigración musulmana en Francia y la historia de una tal Céline. Se estrena el 13 de mayo.
La Pivellina. La única del cuarteto que no estuvo en la sección “Trayectorias” (hubo una retrospectiva dedicada a sus codirectores, la italiana Tizza Covi y el austríaco Rainer Frimmel), se trata de una sorprendente ficción documentalizada, con ecos neorrealistas, acerca de una nenita que aparece abandonada cerca de un circo en las afueras de Roma y es adoptada por una mujer de pelo rojo shocking. Se anuncia para el 20 de mayo.
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