viernes, 19 de marzo de 2010

Se agotan las vacantes en los cursos para adultos del Rojas

La gente espera desde las 6 de la mañana para inscribirse en la sede de Corrientes 2038 Foto: LA NACION / Miguel Acevedo Riú

Exitoso programa de la UBA / Oferta para mayores de 50 años

En dos días se inscribieron 4000 personas; idiomas e informática, los más demandados

Silvina Premat
LA NACION

Rosendo Plantalech es doctor en química, tiene 81 años, y en la madrugada de anteayer hizo cuatro horas de fila para inscribir a su esposa, de 78 años, en uno de los cursos del Programa para Adultos Mayores del Centro Cultural Rojas, que atrae cada vez a más alumnos.

Advertido de la creciente demanda, el día de inscripción de los cursos del área de informática, Rosendo llegó a las 5 de la madrugada a la puerta del Rojas, en Corrientes al 2000. Fue el primero de una fila que, a partir de las 6, comenzó a crecer hasta casi ocupar, para cuando se abrieron las puertas, a las 9, casi la mitad de la cuadra.

Sólo en los dos primeros días de inscripción se anotaron unos 4000 alumnos. De ahí que los directivos estiman que este año superarán a los 6800 que asistieron en 2009 a los cerca de 200 cursos dictados en el programa, especialmente destinado a mayores de 50 años, una de las tres propuestas de formación que ofrece el Centro Cultural Rojas, que depende de la Universidad de Buenos Aires (UBA), junto a otros dos programas, de Capacitación para el Trabajo y de Cultura.

"La respuesta es cada vez mayor. Recuerdo que cuando empezamos, en 1987, teníamos unos quince talleres en los que participaron 300 adultos", contó a LA NACION Cristina Lombardi, directora del programa.

Agilizar la mente

En una consulta realizada por LA NACION a quienes esperaban inscribirse anteayer, se constató que los adultos llegan al Rojas por recomendación de conocidos que valoran el nivel de los docentes y la seriedad con la que se los trata. "Además, los cursos son muy económicos", contó Rosa Wajngort, de 73 años.

Los aranceles son de entre 35 y 52 pesos por mes, y los cursos abordan una amplia temática en áreas como actividades corporales, arte y creatividad, danzas, teatro, idiomas, informática, humanidades, literatura y música.

"Yo ya estoy inscripto desde hace unos días. Ahora vine por mi esposa, que empezará computación", contó Plantalech, quien además de informática asiste al cuarto año de inglés allí mismo. "Lo hago para tener agilizada la mente", explica.

Unos metros más atrás, en la fila, estaba Fanny Gutman, de 66 años, que se jubiló recientemente de su trabajo en diseño de cueros y pieles. "Ahora que tengo tiempo, decidí ocuparme de algo que tenía pendiente desde hace años: aprender a manejar la computadora. Me ayudará a comunicarme con mi hijo en Israel y mis parientes en los Estados Unidos y en Brasil, con los que hasta ahora me contacto por teléfono, pero no es lo mismo", dijo Fanny.

Lombardi destacó que el 90% de los inscriptos finalizan sus cursos. "Casi no faltan. Van a clases aun si hay tormenta. Si bien esto es educación no formal, tenemos una respuesta superior a la de otros niveles educativos", agregó.

Para la directora del Centro Cultural Rojas, Cecilia Vázquez, el permanente interés en este programa cuestiona "las edades que se imponen para la jubilación o que socialmente se consideran activas y no activas".

Vázquez también informó que el número de alumnos superó la capacidad del edificio del Rojas y que por ello se buscaron alternativas, como aulas en facultades o alquiler de algunos espacios.

"Ahora, con la compra del cine Cosmos, esperemos lograr la soñada idea de tener más aulas para los talleres", dijo Jorge Bottaro, director del área de informática del programa para adultos, una de las más buscadas junto a la de idiomas.

Miriam Santamarina, alumna de francés desde hace una década, dijo: "Lo bueno de estos cursos es la posibilidad que nos dio la UBA a la gente mayor de relacionarnos y tener un lugar para socializar, además de aprender cosas que a uno siempre le gustaron". En 2000, cuando Miriam tenía 64 años, fue al Rojas a un curso de expresión corporal.

"Después empecé con francés y no lo dejé más", explicó, y agregó: "Lo fundamental es que no exigen estudios previos. Aunque para algunos temas quizá sería mejor tener conocimientos, el deseo de aprender puede más que la instrucción previa con la que se pueda llegar".

Fuente: La Nación

No hay comentarios: