viernes, 19 de marzo de 2010

Construyen la primera casa ecológica

Será en la provincia de Santa Fe. En el mundo hay solamente seis casas de ese tipo

Cualquier material sirve. Plástico, vidrio; y cualquier botella también. A la boliviana Ingrid Vaca Diez todo le es útil para reciclar y llevar adelante un proyecto ecológico y social que empezó hace casi siete años y hoy, gracias a las redes sociales, se extendió a varios países del continente americano.

Con las botellas y otros materiales en desuso, Ingrid ya construyó seis casas en la localidad de Warnes, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

Por estos días, después de visitar Uruguay, donde ofreció una charla sobre su método de trabajo, se encuentra en Argentina levantando la primera casa de botellas en la ciudad de Roldán, provincia de Santa Fe.

En mayo viajará a Haití, invitada por la Organización de Estados Americanos (OEA), para participar en los esfuerzos de reconstrucción del país, que quedó devastado tras el terremoto del 12 de enero.

Para hacer una vivienda de 170 metros cuadrados se necesitan alrededor de 36 mil envases.

“De las botellas de dos litros, necesito 81 para hacer un metro cuadrado”, explicó Ingrid.

Cada botella se rellena con material descartable: papel, bolsas plásticas, pilas, arena y tierra. Una vez rellenas (cada botella pesa 3,6 kilos), se las emplea para construir los muros. Se las une con cal, cemento y se las sujeta con una suerte de trenzado.

El revoque es otro ejemplo de reciclaje. “Uso una mezcla de leche en polvo vencida, heces de caballo, aceite de linaza, sangre de ganado, melaza de la caña... en fin, lo que haya”, expresó.

Mientras que para hacer el piso “utilizo llantas picadas”, detalló.

Con la ayuda de la comunidad, a la que Ingrid le enseña la técnica de construcción, una casa se levanta -cuando las botellas están llenas- en 15 días.

El proyecto empezó casi por casualidad. Ingrid guardaba botellas en el patio de su casa para una mujer muy humilde que pasaba todas las semanas a recogerlas.

Un día, la señora se enfermó y las botellas, desperdigadas por todas partes, despertaron la ira de su marido.

“Me pidió que las tirara y me dijo que tenía suficiente como para hacer una casa”, contó. Así fue como se me ocurrió cumplir el sueño de Claudia, una niña pequeña que poco antes me había pedido como deseo para Navidad un cuarto para ella, que vivía en una habitación de cuatro por cuatro con toda su familia.

Quienes estén interesados en saber un poco más o contribuir con el proyecto Ecocasas Sociales de Botellas, pueden enviar un correo electrónico a ingridvacadiez@hotmail.com o visitar la página www.casasdebotellas.

Fuente: Hoy

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