lunes, 22 de marzo de 2010

Nonpalidece: "El reggae es un movimiento que no se puede ignorar"

LA BASE DESDE LA IZQUIERDA: FACUNDO CIMAS, BRUNO SIGNAROLI, GUSTAVO PILATTI, AGUSTÍN AZUBEL, NÉSTOR RAMLJAK, MARTÍN MORTOLA, GERMÁN BONILLA Y ARIEL SCIACALUGA.

Un fenómeno en ascenso El reggae criollo está cada vez más fuerte. Más acá de Los Cafres, Nonpalidece es una de las caras más exitosas de la tendencia. Pero no la única. Innumerables bandas de Capital, el Gran Buenos Aires y el interior copan los festivales. Claves de un fenómeno en el que también talla la mística.
Por: Pedro Irigoyen

El reggae no es sólo un género musical. Va mucho más allá. Es un movimiento que se define por un mensaje de conciencia social, que tiene usos y costumbres vinculados a la armonía con la naturaleza y que está vinculado a una religión que aún se mantiene en Jamaica, o al menos con sus fundamentos. A diferencia del pop más llano, y más allá de los grados de credibilidad, sus músicos parecen vivirlo como una misión. Ahí tal vez radique la clave de su éxito. Esta generación bombardeada con otros mensajes, es tierra fértil para estas nuevas ideas.

La cantidad de bandas de reggae que proliferaron en estos años es abrumadora. Con más o menos éxito, con más o menos convocatoria, los festivales se multiplican, sobre todo en verano.

Una de las bandas que sobresale por su lento pero sostenido crecimiento es Nonpalidece. Con cuatro discos de estudio encima y giras por todo el continente, continúa el camino que iniciaron años atrás bandas como Sumo, Pericos y Cafres.

Surgió como banda en Tigre hace catorce años, su primer disco de estudio fue Dread al control (2000) y le siguió Nuevo día (2003), pero recién con Hagan correr la voz (2006) llegaron a la masividad que ofrecen las radios, a tocar en Obras y a girar por Latinoamérica.

Ahora, cuatro años después, llega su cuarto disco El fuego en nosotros, que grabaron junto a Kenyatta Hill, cantante de la mítica banda jamaiquina Culture. En el medio estuvo el DVD En el río es mejor y el acústico Nonpalidesenchufado.

Néstor Ramljak es voz, líder y productor, y también componen el tecladista Martín Mortola y el ex guitarrista de Los Cafres, Gustavo Pilatti. La banda se completa con Facundo Cimas en bajo, Germán Bonilla en batería, Agustín Azubel en saxo tenor, Ariel Sciacaluga en percusión y coros, y Bruno Signaroli en guitarra.

"Hagan correr la voz" fue el disco que los puso en los ojos de todos, ¿sintieron la presión de ese éxito al hacer "El fuego en nosotros"?

Ramljak: Lo vivimos con muchísima alegría y con la intención de hacer un disco que reafirme nuestra identidad como músicos de reggae en la Argentina. Hecho a la vieja escuela. Concebido como lo que llamamos roots (raíces). Buscamos llegar al reggae más purista. Pero lo tocamos nosotros, con todo lo que eso implica. Lo editamos en forma independiente y es más oscuro.

¿Cómo ven la escena del reggae?

Mortola: Que creció es evidente.

Cimas: La gente fue enterándose lo que es el reggae y ahora, en el interior sobre todo, la gente lo conoce y lo disfruta.

Signaroli: Ahora en cada ciudad que vamos a tocar hay una banda nueva. Y son bandas buenas.

Ramljak: A veces se piensa que Buenos Aires es el epicentro de todo lo que pasa y nosotros nos encontramos en los viajes con bandas tocando con un sonido en vivo muy bueno y una propuesta novedosa.

Pilatti: Está instaurado, no se puede seguir ignorando. Es un movimiento que mueve un montón de gente, dinero, trabajo y un buen mensaje. Pero vivimos acá y somos parte de este sistema y de este engranaje.

Ramljak: Somos una banda que respeta el mensaje con que fue concebido este estilo de música. Tratamos de conservarlo. Además de ser parte del engranaje, intentamos hacer la diferencia con lo que generamos. Ahí radica la fuerza de la banda.

¿El reggae argentino tiene identidad propia?

Ramljak: Creo que tiene un formato más de canción y tiene que ver con cómo se construye el tema. En Jamaica es más rítmico. Cualquiera de las canciones de las bandas latinas se podrían tocar en otra clave.

Es un movimiento muy ligado a una religión, que es el rastafarismo, ¿cómo lo viven ustedes?

Néstor: Todos en esta banda en su iniciación como músicos de reggae, en algún momento, flashearon con el rastafarismo. Lo tuvieron en cuenta, lo estudiaron y adoptaron alguna costumbre aislada. Tomamos de todo ese movimiento cultural el hecho de ser mejores personas, como sinónimo de rastafarismo. Siento que ése es un factor común en la mayoría de las bandas.

¿Cuál es finalmente su desafío como artistas?

Ramljak: Entendemos que la música que hacemos más allá de ser nuestra vida y nuestro trabajo, se ha establecido fuertemente como una misión. En mayor o menor escala, todos en la banda entendemos que la música que hacemos tiene una fuerte consecuencia en la gente que la escucha. A nivel calma, paciencia, ánimo, felicidad, goce. Sentimos que la banda tiene una funcionalidad muy fuerte.

¿Cómo ven ustedes a su público?

Ramljak: Lo veo con sed. Argentina tiene una tradición rockera muy importante, y creo que no se ha renovado lo suficiente. Hay bandas que hasta no hace mucho llenaban estadios. Siento que la tragedia de Cromañón fue un click en la cabeza de público, músicos y productores. Y mientras el rock cayó, apareció el reggae con bandas de los barrios de acá de Buenos Aires, con líricas que tienen que ver con vivencias de esos mismos barrios. Con un ritmo que tiene una cadencia muy atractiva. Si a eso le sumás un mensaje de conciencia social positivo, de cuidado de la naturaleza.... Los pibes se identifican con eso. Al mismo tiempo, las bandas de reggae empiezan a misturar con rock, candombe, funk, armando un híbrido de lo más interesante

Signaroli: El reggae tiene la característica de ser bastante creíble, y eso puede ser también una carencia en los demás géneros.

¿El reggae se alimentó de las carencias del resto?

Pilatti: Hay una disconformidad muy grande en la juventud y eso se junta con el mensaje que vino de Jamaica. La gente ve que esto venía del ghetto de allá y que le pasaban las mismas cosas que acá y se sintió identificada. Con las mismas necesidades y ganas de gritarlas.

Néstor: En una gira que hicimos con Israel Vibration, en una de las pocas charlas que tuvimos, les preguntamos cómo veían ellos que este movimiento fuera tan fuerte acá. Y ellos decían que mientras haya pobreza, el reggae va a existir. Porque se encarga de eso, de esa lucha.

¿No sienten el riesgo de que sea sólo una moda pasajera?

Pilatti: Una cosa muy linda que pasa en los shows es que vienen padres con sus hijos. Que ellos escuchen, canten y hagan sus propias interpretaciones de esta música, me llena de felicidad a futuro.

Fuente: Clarín

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