sábado, 27 de marzo de 2010

El decálogo para el buen director

Por Ernesto Schoo
(Foto: John Caird and Celia Keenan-Bolger)

Aquí es un desconocido, pero en el área de habla inglesa es uno de los directores de teatro más prestigiosos. John Caird (Montreal, 1948) nació en Canadá, de padres ingleses: un teólogo y una poeta. A sus once años de edad, la familia se trasladó a Gran Bretaña, donde John se graduó en el Magdalen College de Oxford. Estudió teatro en el Old Vic de Bristol, fue actor y asistente en varios teatros del West End londinense hasta debutar como director en el Contact Theatre de Manchester. Hoy es uno de los responsables de la Royal Shakespeare Company y principal director invitado del Teatro Real de Estocolmo. Ha dirigido a todos los mayores intérpretes ingleses -Daniel Day Lewis, Judi Dench, Ben Kingsley, Simon Russell Beale- en obras de Shakespeare, Beckett, Brecht, Goldoni y autores contemporáneos, y puso en escena el musical Los miserables en su estreno mundial.

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En estos días, aparece su libro Theatre Craft (El oficio teatral), editado por Faber and Faber, y el miércoles de esta semana publicó en el Guardian, de Manchester, sus diez consejos a aspirantes a directores, que se resumen así: 1) Leer. De todo. Novelas, biografías, diarios íntimos, guiones, libretos; 2) Ver teatro. Toda clase de teatro, sin discriminar. Puedes aprender más viendo una producción mediocre en un tugurio, que en cualquier otra parte; 3) Viajar. Si hablas otro idioma, practícalo, estudia su teatro, tradúcelo; 4) Frecuentar a dramaturgos. Son la fuerza creadora primordial del teatro. Ayúdalos a desarrollar sus trabajos. Cuantos más autores conozcas y más confianza les inspires, más probabilidades tendrás de que te pidan que dirijas sus obras; 5) Conocer a los actores. Si no esperas ansioso el momento de reunirte con ellos y no aprecias de verdad su labor, nunca serás un buen director. Esfuérzate en entender la química creativa del actor mientras va convirtiéndose en el personaje; éste es el verdadero corazón del teatro; 6) Formar una compañía. No importa cuán pequeña y pobre sea: pequeños grupos de artistas afines reuniéndose para crear; 7) Trabajar como asistente. Pero no te vuelvas adicto: hay un límite para la utilidad de estar mirando desde bambalinas; 8) Trabajar en un teatro. En cualquier tarea: sastrería, iluminación, sonido, o como boletero, acomodador, vestidor: cuanto más sepas, mejor director serás. 9) Observar el mundo. Aprende a observar a la gente minuciosamente: su psicología, su vida en familia, sus miedos, sus aspiraciones... 10) Leer mi libro.

Fuente: La Nación

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