sábado, 13 de marzo de 2010

Desquiciados por naturaleza

VIDEO › EL FANTASTICO SR. ZORRO, DE WES ANDERSON

El director de Los excéntricos Tenenbaum cruzó la frontera que lleva del cine “de carne y hueso” al de animación. Con pericia, Anderson le da vida a una familia disfuncional. Las voces son fáciles de reconocer: George Clooney, Meryl Streep y Bill Murray, entre otros.

Por Horacio Bernades

El año pasado se produjo un hecho curioso. Dos realizadores de culto atravesaron casi al mismo tiempo una frontera que no suele franquearse: la que lleva del cine “de carne y hueso” al de animación, en ambos casos con los mejores resultados. Uno es Spike Jonze, realizador de ¿Quieres ser John Malkovich? y El ladrón de orquídeas, de quien en octubre se estrenó en Estados Unidos Where the Wild Things Are, basada en una novela para niños. Otro relato infantil, escrito por el renombrado Roald Dahl, dio origen a Fantastic Mr. Fox, estrenada allí un mes más tarde. La escribió y dirigió Wes Anderson. Sí, Wes Anderson, el de Tres es multitud (Rushmore,1998) y Los excéntricos Tenenbaum (2001), puesto sorpresivamente a accionar muñecos. A pesar de haber sido una de las mayores ganadoras de premios de la temporada (incluyendo los de varias sociedades de críticos), en Argentina Fantastic Mr. Fox debe conformarse con un lanzamiento directo a DVD. Acaba de editarla Fox Home Video, con el título El fantástico Sr. Zorro.

Que el señor Zorro tenga familia, y que no se trate de una de las que suelen considerarse “tipo”, debe haber sido lo que atrajo a Wes Anderson, consecuente cronista de clanes extravagantes pero de fuertes lazos. Mr. Fox (cavernosa voz de George Clooney, nominado por varias asociaciones de críticos por este “papel”) recorre un camino que muchos han visitado antes y seguirán visitando: pasa de ladrón de gallinas a columnista de diario. Como sucede siempre en esos casos, el Zorro no puede con su naturaleza, volviendo a colocarse el antifaz y asolando granjas vecinas. Corresponde abrir aquí un paréntesis, para señalar que mientras se dedica a esas actividades ilegales, el hombre (el zorro, perdón) sigue viviendo con su familia, primero en una madriguera y más tarde en un árbol, cuya vida interior Anderson muestra con frecuentes cortes longitudinales.

Mamá Zorro (Meryl Streep, generando cada día más seguidores) se la pasa repitiéndole al pequeño Ash (el ultraandersoniano Jason Schwartzman) que debe aprender a aceptar su carácter de “distinto”. Se le pondrá difícil cuando llegue, para pasar una temporada con ellos, el primo Kristofferson Silverfox. Que además de tener mucho más arrastre con las zorritas se dedica a sesiones de meditación en el living. Cierre de paréntesis: las granjas que el padre de la familia Fox asuela son las de los tres terratenientes de la zona. A saber, Badger (voz del infaltable Bill Murray), Bean (el británico Michael Gambon, dueño de una de las mejores golas del planeta) y un tal Bunce. Para darse una idea de qué clase de gente son (éstos sí son gente, y no animales antropomorfizados) conviene prestar atención a la canción que cantan los niños de la zona. Dice: “Boggis, Bunce y Bean/Uno gordo, uno petiso, el otro encorvado/Estos horribles delincuentes/De aspectos tan distintos/Eran igual de malos”.

“Dada su preferencia por composiciones estáticas, simétricas y de colores escrupulosamente coordinados, que Wes Anderson haya optado por el cine de animación sorprende menos que el tiempo que le llevó hacerlo”, acierta, como de costumbre, el crítico Scott Foundas en The Village Voice. Sobre un guión coescrito por Anderson junto a su compinche Noah Baumbach (coguionista de La vida acuática y realizador de la magnífica Historias de familia) y con una dominante de tonos dorados (color zorro), en El fantástico Sr. Fox los punchlines cómicos se resuelven en planos indefectiblemente fijos, predomina la frontalidad y la técnica es tan casera y rudimentaria como el cuadro-a-cuadro suele serlo. La industriosidad a base de herramientas primitivas es propia no sólo de los personajes de Anderson (los grandes planes de robo y escape del Sr. Fox recuerdan la ingeniería estrambótica del Max Fischer de Rushmore), sino del propio realizador, puesto aquí a inventar un mundo con medios que bien podría haber utilizado Georges Méliès.

Fuente: Página 12

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