lunes, 22 de marzo de 2010

Concluye Feria del libro de Leipzig; Argentina brilló como invitado de honor

La invitación que tuvo el país latinoamericano a la Feria de Leipzig provocó un disparó en las ventas de obras de autores argentinos para traducirlas y publicarlas en otros países con el "Programa Sur de apoyo a las traducciones".

Notimex

Leipzig. Durante cinco días, el libro y la lectura volvieron a ser los protagonistas en Alemania, pues la feria del libro de Leipzig cierra hoy sus puertas con la convicción de buenas perspectivas, pocos perjuicios a causa de la crisis y en la que Argentina brilló con su invitación de honor.

Escritores y académicos de ese país como Carlos Gamerro, Tununa Mercado, Pablo Ramos, Félix Bruzzone, Laura Alcoba o el chileno Alfonso de Toro, fueron algunas de las presencias latinoamericanas en un evento centrado en realidad en la literatura de Europa del Este, además de en la infantil, juvenil y educativa.

Y es que este año Argentina es el protagonista de las dos ferias literarias más importantes del país: en un momento en que celebra el bicentenario de su Revolución de Mayo, será también invitado en la Feria del Libro de Frankfurt, la cita editorial más importante del mundo, que se celebra en octubre en esa ciudad germanoccidental.

Su invitación a la Feria de Leipzig disparó las ventas de obras de autores argentinos para traducirlas y publicarlas en otros países con el "Programa Sur de apoyo a las traducciones", según informó el Ministerio del Exterior argentino.

Con la invitación a un país latinoamericano se intentará revertir una tendencia negativa para esa región: el abandono de las editoriales alemanas frente a Latinoamérica, como denunció en una entrevista con medios alemanes el profesor chileno Alfonso del Toro.

"Ya no están tan interesados como en los años 60 y 70, sino que son más selectivas".

El profesor de la Universidad de Leipzig afirmó que se demandan obras que no son ni muy largas ni muy complicadas. "Si los editores ya no deciden por la calidad, sino por el número de páginas y la complejidad: ¿cómo podremos salir de este callejón sin salida?", se preguntó.

Autores como Gabriel García Márquez, Nobel de Literatura, apenas tienen oportunidad de ser publicados en Alemania, comentó, porque son "demasiado complejos, experimentales o sus temas demasiado relacionados con Latinoamérica".

La feria constituyó un primer paso, con talleres, exposiciones de libros y lecturas en las que participaron 10 países de la región.

Alrededor de 100 mil visitantes acudieron a conocer las novedades editoriales de primavera, de los 2 mil 100 expositores de 39 países presentes en la feria, la segunda más importante de este tipo en el país, después de la de Frankfurt, dirigida por Oliver Zille.

En total, se presentó la obra novedosa de mil 500 autores: novelas, biografías, mangas o ensayos en torno a la que se dieron cita editores, críticos, comerciantes y agentes literarios.

Por la feria pasaron figuras de la literatura alemana como los premios Nobel Herta Müller y Günter Grass, que presentó su libro: "Günter Grass en la mira - los archivos de la Stasi", en el que narra sus experiencias tras vivir durante tres décadas espiado por la policía política de la extinta República Democrática Alemana (RDA).

Y el evento dejó también numerosos galardones: la feria se inauguró con la entrega del Premio del Libro de Leipzig al Entendimiento de los Pueblos Europeos –que reconoce la contribución a la reconciliación sobre todo del centro y este europeo- al historiador húngaro György Dalos, de 66 años, dotado con 15 mil euros.

Otra de las novedades: Bosnia Herzegovina acudió por primera vez a la feria en un campus especial dedicado a Europa del Sur que reunió a editores y autores de los Balcanes. Además, destacó un encuentro entre escritores españoles y alemanes, así como una emotiva noche dedicada a la literatura nórdica.

Otro de los temas estrellas del evento: los plagios de los que se intentan defender los autores. Antes de la feria, escritores como Günter Grass, Erich Loest y Christa Wolf firmaron un „Manifiesto de Leipzig para la protección de la propiedad intelectual".

Fuente: La Jornada

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