A las 20, en el Teatro Coliseo Podestá
Castro, Martínez y Heredia vuelven al Coliseo dirigidos por C. Olivieri
Luego del estreno de ayer en la ciudad de La Plata, Valientes vuelve a subirse esta noche a las 20 al Teatro Coliseo Podestá para presentar su obra teatral interpretada por Luciano Castro, Mariano Martínez, Gonzalo Heredia, Alejandro Muller y un gran elenco.
Los protagonistas del éxito televisivo (de Canal Trece) mantiene el nombre de sus personajes pero llega al teatro platense con una historia autónoma a la suscitada en la pantalla chica.
Dirigida por Carlos Olivieri, los destinos de sus protagonistas están definidos, pero queda pendiente la venta del taller. Es cuando el personaje de Muller, “Huevo”, entra en escena y acerca a un posible comprador ruso, Nicolai que ofrece 400.000 dólares por la propiedad. Una sutil excusa para que a partir de entonces, los tres Sosa (Leo, Enzo y Segundo) comiencen sus cambios de vestuarios y hasta escenas coreográficas.
Algunos críticos sostienen que Harold Lynn, el escritor del libreto, se trataría en verdad del seudónimo de un escritor nacional y en verdad, nada se encuentra sobre la identidad de Lynn.
La trama se desarrolla cuando Huevo enamora a Anastasia, la hija de un millonario que pertenece a la mafia rusa, quien quiere comprar el terreno para construir un edificio. Pero cuando ella y su padre se presentan para firmar la escritura sin saber que Huevo está a un día de casarse con Máxima, la salida es pedirle a los Valientes que le salven el pescuezo enamorando a Anastasia.
Leo, Enzo y Segundo Sosa harán todo lo imposible para ganar el amor de la joven rusa, pero no todo saldrá bien. Surgirán enredos, romances y reggaetón, una aparente muerte y lo necesario para disfrutar de una divertida comedia.
La obra se completa con las actuaciones de Graciela Tenembaum, Sabrina Rojas, Laura Cymer y Carlos Romano. Y cuenta con la producción de Adrián Suar y Fernando Blanco.
Apenas suena la cortina del programa, la platea -en su mayoría mujeres- intenta capturar las imágenes de los protagonistas cuando salen a escena. A pesar de no tratarse de un recital, pareciera serlo. Aplausos, fotos, y un poco alejados del clásico público de teatro, en esta oportunidad vale todo. Porque ya no interesa demasiado de qué se trata la propuesta teatral, el libro o libreto, sino lo que importa es ver a esos tres hombres renombrados de la pantalla chica que llegaron a la ciudad de las diagonales para ser aplaudidos por las espectadoras platenses. Y el público lo acepta. Y también lo reclama.
Es eso lo que fueron a ver. Sin demasiadas expectativas de ver a Norma Aleandro en escena o tal vez a China Zorrilla en El diario privado de Adán y Eva.
Esta vez es sólo un pasatiempo, sin ningún tipo de conflicto. Sólo una cuota visual para alimentar la mirada y quizás la esperanza de poder estamparle un beso. Tal vez, suene osado, o quizás, alguna afortunada de la platea femenina llegue a tomarle la mano a alguno de esos tres galanes, que según las revistas del espectáculo parecieran ya tener sus dueñas.
Pero no hay ningún tipo de engaño. Porque de eso se trata, que los que han tenido la posibilidad de verlos en la tira televisiva tengan la ocasión de asistir a verlos en vivo y en directo.
Muchos actores prefieren el teatro a la televisión, ya que ahí se percibe el verdadero actor. Se ve que a Martínez, le fue bastante difícil armar su personaje con un extraño acento, su texto por momentos se hace incomprensible. Los tics de Heredia denotan cierta incomodidad y Castro desarrolla pocos recursos actorales. Sin embargo, a los espectadores poco pareciera importarles, porque los aplausos continúan hasta que ellos se esfuman de la escena.
Castro, Martínez y Heredia vuelven al Coliseo dirigidos por C. Olivieri
Luego del estreno de ayer en la ciudad de La Plata, Valientes vuelve a subirse esta noche a las 20 al Teatro Coliseo Podestá para presentar su obra teatral interpretada por Luciano Castro, Mariano Martínez, Gonzalo Heredia, Alejandro Muller y un gran elenco.
Los protagonistas del éxito televisivo (de Canal Trece) mantiene el nombre de sus personajes pero llega al teatro platense con una historia autónoma a la suscitada en la pantalla chica.
Dirigida por Carlos Olivieri, los destinos de sus protagonistas están definidos, pero queda pendiente la venta del taller. Es cuando el personaje de Muller, “Huevo”, entra en escena y acerca a un posible comprador ruso, Nicolai que ofrece 400.000 dólares por la propiedad. Una sutil excusa para que a partir de entonces, los tres Sosa (Leo, Enzo y Segundo) comiencen sus cambios de vestuarios y hasta escenas coreográficas.
Algunos críticos sostienen que Harold Lynn, el escritor del libreto, se trataría en verdad del seudónimo de un escritor nacional y en verdad, nada se encuentra sobre la identidad de Lynn.
La trama se desarrolla cuando Huevo enamora a Anastasia, la hija de un millonario que pertenece a la mafia rusa, quien quiere comprar el terreno para construir un edificio. Pero cuando ella y su padre se presentan para firmar la escritura sin saber que Huevo está a un día de casarse con Máxima, la salida es pedirle a los Valientes que le salven el pescuezo enamorando a Anastasia.
Leo, Enzo y Segundo Sosa harán todo lo imposible para ganar el amor de la joven rusa, pero no todo saldrá bien. Surgirán enredos, romances y reggaetón, una aparente muerte y lo necesario para disfrutar de una divertida comedia.
La obra se completa con las actuaciones de Graciela Tenembaum, Sabrina Rojas, Laura Cymer y Carlos Romano. Y cuenta con la producción de Adrián Suar y Fernando Blanco.
Apenas suena la cortina del programa, la platea -en su mayoría mujeres- intenta capturar las imágenes de los protagonistas cuando salen a escena. A pesar de no tratarse de un recital, pareciera serlo. Aplausos, fotos, y un poco alejados del clásico público de teatro, en esta oportunidad vale todo. Porque ya no interesa demasiado de qué se trata la propuesta teatral, el libro o libreto, sino lo que importa es ver a esos tres hombres renombrados de la pantalla chica que llegaron a la ciudad de las diagonales para ser aplaudidos por las espectadoras platenses. Y el público lo acepta. Y también lo reclama.
Es eso lo que fueron a ver. Sin demasiadas expectativas de ver a Norma Aleandro en escena o tal vez a China Zorrilla en El diario privado de Adán y Eva.
Esta vez es sólo un pasatiempo, sin ningún tipo de conflicto. Sólo una cuota visual para alimentar la mirada y quizás la esperanza de poder estamparle un beso. Tal vez, suene osado, o quizás, alguna afortunada de la platea femenina llegue a tomarle la mano a alguno de esos tres galanes, que según las revistas del espectáculo parecieran ya tener sus dueñas.
Pero no hay ningún tipo de engaño. Porque de eso se trata, que los que han tenido la posibilidad de verlos en la tira televisiva tengan la ocasión de asistir a verlos en vivo y en directo.
Muchos actores prefieren el teatro a la televisión, ya que ahí se percibe el verdadero actor. Se ve que a Martínez, le fue bastante difícil armar su personaje con un extraño acento, su texto por momentos se hace incomprensible. Los tics de Heredia denotan cierta incomodidad y Castro desarrolla pocos recursos actorales. Sin embargo, a los espectadores poco pareciera importarles, porque los aplausos continúan hasta que ellos se esfuman de la escena.
Fuente: Diagonales
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