Los musicales combinan múltiples y variadas disciplinas artísticas. El lugar actual de un género con mucha historia.
Definido como un género que combina, básicamente, la actuación, la danza y el canto, el teatro musical suena un tanto “difícil” de realizar. Es que se sabe que practicar y ser bueno en sólo una de las disciplinas mencionadas cuesta un enorme sacrificio. Entonces, ¿cómo es llevar a cabo las tres juntas?
Según contó a Hoy Claudio Acevedo, que trabajó en el género junto a Pepe Cibrián durante 12 años, “más que complicado, el musical es complejo, pero tan complejo como lo son muchos otros géneros teatrales”, y agregó que “la complejidad radica en quienes lo llevan adelante”.
En cuanto al lugar que ocupa el musical, Acevedo lo describió como “de privilegio” y señaló que es un puesto que “se lo ha ganado” a lo largo de la historia.
No obstante, hizo hincapié en la cantidad de cuestiones que se desconocen sobre el tema en muchas ciudades, entre ellas la nuestra. “Se habla siempre de comedia musical, cuando en realidad el género es teatro musical y, dentro de él, hay ópera, comedia, music hall y otros géneros. De hecho, la mayoría de las historias son dramas”, puntualizó el artista, que acaba de reabrir la Escuela de Formación Integral del Actor en el teatro Opera local (calle 58 entre 10 y 11).
Consultado acerca de los alumnos o las personas interesadas en aprender esta disciplina, Acevedo contó que, en general, “es parejo el número de quienes vienen de la danza, la actuación o el canto”. Además -señaló- se acercan muchos que nunca han estudiado nada relacionado, pero les gusta la práctica. “Hay gente que prefiere no cantar, pero sí bailar y actuar. En general, se defienden más en alguna de estas actividades que en las otras, como aquellos que cantan o hacen gracias en las reuniones familiares”. Como sea, enfatiza Acevedo, todos ellos se acercan para aprender y, en ese acto, depositan sus emociones e ilusiones. Si no se los toma en serio, “se los lastima mucho, porque se les sacan las ganas y el dinero a la misma vez”, según sus palabras.
Para este productor y artista -que estudió actuación, canto lírico, danza clásica, flamenco, zapateo americano, entre otras disciplinas-, la magia que tiene el teatro musical es, precisamente, que permite expresarse de múltiples y variadas maneras, con lo que uno mejor se sienta.
¿Y el público? En su opinión, el platense es uno de los más exigentes. De hecho, Acevedo aportó un curioso dato: muchos productores coinciden en tomar al público de esta ciudad como referencia, ya que “si te aplauden acá, es porque la obra es realmente buena”.
“Es que la gente aquí tiene mucha cultura, en general sabe del tema, y está siempre muy bien predispuesto y acostumbrado a ver producciones de muy buena calidad”, dijo para concluir.
Falta de oportunidades
Aunque en nuestro país el musical tiene una larga tradición, desde la década del ‘30, las producciones más exitosas siguen siendo extranjeras. “No obstante -señala Claudio Acevedo-, se hacen con artistas argentinos, ya que aquí hay muy buenas voces”. En ese sentido, señaló que, particularmente en La Plata, existe el prejuicio de que las obras locales son “de medio pelo”, “por culpa de muchos que, por tener la plata, se lanzan a hacer una producción así como así”.
Acevedo asegura que, por esta misma razón, desde las salas de teatro oficiales no se les da a los musicales la oportunidad que merecen.
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