martes, 6 de abril de 2010

Los juguetes y sus rasgos de identidad

Un investigador argentino plantea que prácticamente todos los juguetes actuales derivan casi exclusivamente del mercado audiovisual y que por ello limitan peligrosamente la invención infantil. Opinan referentes locales.

Parafraseando la conocida frase que hace alusión a la influencia que ejercen las compañías, podríamos decir: “Dime con qué juegas y te diré quien eres”. Es que la importancia que los juguetes revisten en nuestra formación resulta fundamental para el resto de nuestra vidas, y marca, sin dudas, los rasgos de carácter y la capacidad imaginativa y lúdica que tendremos en el futuro.

De esta manera, el juego por intermedio de los juguetes constituye uno de los eslabones fundamentales para el desarrollo de la identidad de las personas y simboliza, además, un determinado modelo de sociedad.

Diego Lascano, investigador de la ciudad de Buenos Aires, que desde 1995 estudia la fabricación de juguetes en el Cono Sur, dijo: “Estos objetos traen al presente circunstancias culturales y sociales de su tiempo y dan indicios sobre la identidad y las creencias de sus fabricantes, y sobre los que jugaron con ellos”.

Su interés por el tema se remonta a su infancia, cuando separaba a los juguetes entre “para romper y aprender” y “para coleccionar”; aunque su memoria viaja hasta un soldado prusiano de pasta de inicios del siglo XX que halló en la casa de sus bisabuelos y que lo llevó a apasionarse por los juguetes de antaño.

Sobre la relación entre el juguete y la identidad, el investigador dijo que “los juguetes del pasado son la fascinación de muchos antropólogos e historiadores por las hipótesis que generan sobre el motivo real de su creación o uso: herramientas para el juego o instrumentos rituales o propiciatorios”.

Otra de la cuestiones fundamentales es el material con que se fabricaban. Este es un punto a tener en cuenta, ya que muchas veces determinaban preferencias: “Los juguetes de hojalata litografiada permiten mecanismos de cuerda o fricción que le dan vida propia, además de ser los más atractivos estéticamente por la posibilidad de imprimir en la plancha de hojalata dibujos detallados”, contó el investigador.

Por otra parte, los de madera, dado el bajo costo de la materia prima, “son masivos, pero con un volumen de producción menor que los de hojalata. El plástico será el material que revolucione la industria: el proceso industrial de inyección del plástico permite volúmenes de producción impensados hasta allí, aunque excluye a artistas, pintores y ensambladores. Carecen del toque humano que poseen los fabricados en madera, hojalata u otros materiales nobles”, precisó Lascano.

Además dijo que los juguetes “hasta la década de los '70 representaban la realidad en miniatura, para que los niños “jugaran a ser mayores”, asumiendo el rol de los adultos con la seguridad de controlar un entorno proporcionado al tamaño de sus posibilidades”.

De allí en más, subraya el investigador, “la irrupción masiva del juguete derivado del mercadeo de dibujos animados, cine y televisión, modificaría esa “realidad miniaturizada” hacia un universo irreal. Casi sin juguetes tradicionales en los comercios -advierte-, los niños no tienen otra alternativa que interactuar con los productos corporizados de la bidimensionalidad e idiosincrasia de la industria audiovisual”.

De este modo, el juguete hiperrealista de hoy limita la invención infantil al poseer dispositivos que reemplazan todo lo imaginable por un niño, “hipersaturado ya de información”.

Por último, Lascano confesó que le da “mucha tristeza” ver a los pequeños “aburrirse rápidamente con los “efectos especiales” de sus juguetes e incapaces de atribuirles otra función que no sea la anunciada en sus cajas o comerciales de televisión”.

Las reflexiones del investigador ayudan a poner en contexto las distintas funciones que fueron ocupando los juguetes a lo largo de nuestra historia reciente. Si en otra época podía ser reprochable la utilización de las famosas “cocinitas”, los juegos de té y las “escobitas” para las nenas, elementos que configuraban a las mujeres para asumir sólo su rol de amas de casa, hoy la irrupción implacable de los medios audiovisuales parece priorizar el mundo imaginario de los niños, tal vez como una forma de aplazo del mundo adulto que inevitablemente van a conformar los niños en el futuro.

En los primeros años

Consultada sobre la utilización de juguetes en el comienzo del tránsito institucional de los niños, Fernanda, docente del jardín maternal Barquito de Papel de La Plata dijo a Hoy : “En general jugamos con los elementos que tenemos en el jardín para no generar diferencia entre los chicos. Los juguetes son utilizados para fomentar una actividad lúdica en los chicos y no como un fin en sí mismo”.

Y agregó: “Lo bueno que tienen los juguetes de hoy en día son las normas de seguridad que presentan en cuanto a higiene, que no son nocivos para la salud y que, a diferencia de los juguetes antiguos, evitan mayormente la posibilidad de que los chicos se lastimen, como por ejemplo podía suceder con un autito de chapa o de madera”.

Por último, la docente señaló: “Lo importante no es la cantidad de juguetes en sí que puedan tener los chicos, sino que estén orientados con un fin pedagógico. Lo fundamental es que los chicos no estén a la deriva durante cuatro horas, sino que vayan despertando su imaginación”.

Cuestión de imaginación

Consultada por Hoy, Silvina Ceballos, directora de del jardín de infantes Inmaculada de Gonnet dijo: “En el jardín tratamos de no trabajar con juguetes estandarizados con la finalidad de fomentar la imaginación de los chicos. Muchas veces, los hacemos trabajar con desechos, como son los tubos de papel higiénico, rollos de cocina o tapitas de yogurt. A partir de estos materiales, por ahí, crean un día un robot junto a sus compañeros e interactúan con la mirada del otro, al igual que nosotros como adultos en nuestra tarea docente”.

Y agregó: “Lo que por ahí hoy es un robot, mañana es una muñeca o un astronauta. Esto siempre está sujeto a los compañeros con quienes juegan y a su poder de imaginación. Pero, igualmente, esto no se puede percibir de manera aislada, hay que ver el proceso completo por el cual los chicos llegan a crear distintos juguetes y juegos. Además, la docente remarcó que “los juegos tienen una importancia fundamental, en nuestra tarea pedagógica nos basamos en el juego. No sabemos cómo juegan en la casa, pero acá existe un determinado ámbito organizado para que los chicos se puedan expandir y hacer ciertas cosas que por ahí en la casa no pueden hacer porque hay otro tipo de obligaciones”.

A su vez, relató: “En la casa por ahí juegan con la playstation o la computadora y otro tipo de juegos convencionales. Acá hacemos que los nenes sean partícipes y creadores de sus propias cosas, los juguetes son parte del juego y ayudan para que los nenes se puedan expresar”.

Por otra parte, Romina, una docente del jardín de infantes Monseñor Alberti, dijo a Hoy : “Todo cambio influye para bien y para mal. Usamos los clásicos bloques, autos y muñecos pero también estamos receptivos a los juguetes nuevos”.

Fuente: Hoy

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