viernes, 23 de abril de 2010

Leer, un hábito que resiste los embates de la modernidad

Desde las trincheras del papel, y de cara a la 36º Feria del Libro, la industria editorial parece haber recuperado adeptos. Sin embargo, gran parte de la población no lee ni siquiera el diario.

Los predicadores de todo tipo de apocalipsis sentenciaron a muerte al hábito de leer en varias oportunidades. La primera fue con la aparición de la televisión y luego, con internet. Sin embargo, y pese a los embates de las nuevas tecnologías y los nuevos hábitos de consumo, la lectura mantiene un lugar importante, sobre todo cuando se utiliza como medio de información.
De acuerdo a un estudio realizado por la Cámara Argentina del Libro, en el que participaron 600 personas de entre 16 y 80 años, arrojó que el 48% no lee y no está interesada en hacerlo, pero el 52% restante conforma una comunidad lectora habitual o esporádica.

Si bien las motivaciones que llevan a los lectores a proveerse de material varían desde el placer de leer cualquier material que caiga en sus manos hasta la lectura funcional, es decir, ligada a las necesidades del momento y, generalmente, vinculadas a lo laboral, el 20% de los lectores confirmó un promedio de cinco libros anuales.

Sin embargo, dentro de las actividades realizadas dentro del tiempo libre, la lectura aparece en tercer lugar, con el 9% de las elecciones, en un ranking en que las frases “Mirar TV” y “Realizar trabajos en casa” se disputan la cabecera con el 24 % del total. En cuarto lugar aparecen los lectores de diarios y revistas, con un tímido 7 %.

Sin embargo, la lectura cotidiana de diarios aún mantiene un nivel elevado respecto a los libros, con un 60% de los entrevistados. De todos modos, los lectores de diario se identifican con los de libros y, en relación a la televisión, se puede advertir que, a medida que disminuye el hábito de lectura aumenta el tiempo frente al televisor.

Las elecciones de los lectores también cuentan historias sobre el tipo de consumo que realizan: “Los libros técnicos y de texto, asociados a la lectura por obligación; y la literatura, las biografías y textos de divulgación, característicos de la lectura por placer, son los géneros más frecuentados por los lectores. Por su parte, los temas leídos con más habitualmente son historia, ciencias sociales, literatura, psicología y relaciones humanas, religión, autoayuda y política”, remarca el estudio.

La lectura es la primera en sufrir los avatares de las crisis, pero también la primera en mostrar los signos de recuperación en épocas de bonanza, como aseguró en alguna oportunidad Carlos Pazos, secretario de la fundación El Libro. De hecho, la cantidad de ejemplares de novedades lo demuestran: de los casi 75.300 ejemplares impresos en 2000, descendió a poco menos de 33 mil para, en 2008, mostrar su pico máximo de 82.500 ejemplares.

Fuente: Hoy

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