viernes, 9 de abril de 2010

La nueva propuesta de La cuarta pared

Donde el viento hacía buñuelos

El grupo teatral presenta la obra de Arístides Vargas sobre “la amistad y la muerte”

La compañía teatral La cuarta Pared utilizó, una vez más, una de las piezas del dramaturgo y actor argentino exiliado en Ecuador, Arístides Vargas, para una de sus obras. Los directores Horacio Rafart y Gustavo Delfino se pusieron al frente de Donde el viento hace buñuelos, que se podrá ver mañana a las 21, en el Teatro Estudio de las artes (3 Nº 386 entre 39 y 40).

El material con el cual se trabajó desde "los talleres avanzados del laboratorio actoral" de la cuarta Pared le pareció "muy interesante" a la dupla de directores porque "plantea dos líneas: la amistad y una reflexión sobre la muerte", en base al encuentro entre dos amigas, según explicó Gustavo Delfino.

Donde el viento hace buñuelos es "la historia de un encuentro entre amigas, donde lo físico nunca está definido y donde se desarrollan las obsesiones del autor con el exilio y la memoria. Porque Arístides Vargas habla siempre de un pensamiento periférico, contextualiza esas preguntas que llamamos universales en nuestra geografía, la latinoamericana, porque él propone teatro latinoamericano", explicó Delfino.

Las protagonistas de la pieza (Marcela Curci, Cecilia Rossini y Gissela Cócaro) se reúnen para "transitar el paso de este plano de existencia a otro plano que desconocemos y que llamamos la muerte". Y ese recorrido que ellas hacen atraviesa momentos "de ternura, ironía, humor, matices que Arístides trabaja siempre, además de vincularse a un teatro con ligazón al realismo mágico". La obra, además de ser "rica e interesante", es "profunda y humana" y "nunca está definido el espacio geográfico, por eso el espectador puede jugar con las metáforas", precisó uno de los directores, que también contó que consideran a Vargas como "un referente" y ese motivo influyó en la elección de la pieza.

–¿Cómo abordan ustedes el material de otro autor?

–Nos empezamos a abrir, antes escribíamos nosotros, pero ahora los alumnos eligen el material. Queremos que nuestro espacio creativo de La cuarta pared no sea sólo un reflejo de nuestra búsqueda, sino también un espacio para los que forman parte y participan del grupo, para que ellos también puedan contar sus historias.

Abordar el material de, en este caso Arístides Vargas, siempre es un desafío, porque en sus obras si bien trabaja desde lo cotidiano, desde situaciones reconocibles, cuando se desarrollan esas situaciones se vuelven mágicas, por eso hablo del realismo mágico, que se sucede en la acción como a partir del recurso del lenguaje. Esto que es como una marca en sus obras, la mayoría de sus trabajos no tienen especificaciones de cómo hacerlos, él da la libertad para que cada dramaturgo complete la obra. La esencia de Arístides es que a partir del humor, la ternura y el juego del lenguaje, se puedan empezar a profundizar temáticas que en otro autor serían distintas. Él habla de las marcas del cuerpo y del alma después de los procesos históricos en Latinoamérica, y cada obra propone jugar, y al jugártela, tomás decisiones.

–Entonces vuelven a apostar por el Teatro de reflexión…

–Sí, siempre el grupo intenta, con sus montajes, abordar temáticas de historias que nos permitan dialogar con el hombre de este momento histórico, con el hombre actual, tratar temas importantes para el momento histórico que estamos viviendo.

–¿Y para ustedes cuál es ese "momento histórico que estamos viviendo"?

–Es un momento de crisis con respecto a cuales son las prioridades en nuestra vida. Este es un momento donde está muy marcada la deshumanización en las formas de organización en la sociedad, y al no encontrar una salida en la política y en el campo de las ideas se produce un vaciamiento. Entonces nosotros, desde el teatro, queremos sumarnos para construir un espacio que apunte hacia lo mejor del ser humano, lo tomamos como una responsabilidad y como un desafío.

Fuente: Diagonales

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