jueves, 15 de abril de 2010

La curiosidad como motor creativo

Zuhair Jury

El escritor llega a La Plata para acompañar la presentación de El romance del Aniceto

En 1969, hace más de 40 años, la editorial Galerna publicó El dependiente y otros cuentos, de Zuhair Jury. El arte de tapa de aquel entonces reproducía una escena de la película homónima, basada en un relato incluido en ese libro y con guión del escritor. Hace unos pocos días, la editorial Mil Botellas acaba de reeditar ese trabajo pero con algunas modificaciones, que potenciaron aún más la riqueza del original. La presente edición cuenta con correcciones en los textos y la inclusión de un cuento inédito “La Mariscala” en reemplazo de otro: “Un cuento”. Pero los cambios no se detuvieron ahí, ya que “El cenizo” vio modificado su nombre por “El romance del Aniceto”, y su asociación a la película dirigida por Leonardo Favio en 1967 resulta automática.

En definitiva El romance del Aniceto y otros cuentos es libro que esta tarde, a las 19.30, Zuhair Jury presentará en el Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51), en el marco del Ciclo Cuatro Ficciones. Antes de su llegada a La Plata, Diagonales conversó con el autor sobre la reedición; el mundo editorial; el cine y la importancia de crear.

–¿Qué sintió cuando los integrantes de la editorial Mil Botellas se acercaron con la propuesta de reeditar aquel libro?

–Me conmovió de una manera muy fuerte, porque hay cosas que todavía a mi edad no logro comprender nunca. Hace tiempo lleve a cinco editoriales para que vieran si el material les servía, no éste sino otro. Y la respuesta en todas fue casi la misma: "Tenemos cubierto hasta dos años", "Los directivos no están, no podemos informarle". Es increíble pero ni siquiera la curiosidad los moviliza. La gente que no tiene curiosidad no sé para que pasa por la vida. En cambio esta gente me llamó, jóvenes de La Plata, para consultarme sobre la factibilidad de una reedición.

–En esta edición se quitó el relato “Un cuento”. ¿Por qué motivo?

–No me agradaba. Los escribí entre los 23 y los 25 años, y en ese tiempo indirectamente me llamaba la atención la propuesta del catolicismo sobre la vida eterna y lo que hice en aquel momento fue un análisis muy primario. Me puse a pensar el desastre que sería la inmortalidad para el hombre y escribí ese cuento. Lo saqué porque me pareció que era demasiado fantástico, que estaba fuera de la terrenalidad con la que suelo moverme.

–¿Y la inclusión de “La mariscala”?

–Es un cuento que no tiene mucho tiempo y es muy querido. En los relatos siempre hay algo de uno. A los personajes que aparecen los he conocido. En este caso, en parte soy el personaje y un compadre mío, un poco marginal.

–¿La decisión de modificar el nombre del libro corrió por cuenta de la editorial o fue algo consensuado?

–Fue muy consensuado y ellos fueron muy delicados todo el tiempo. Con respecto a "El dependiente" nunca me gustó el término y por otra parte he manifestado que cuando uno hace algo no le pertenece. Además el protagonista es tan nefasto que me desagrada.

–Usted ha adaptado varios de sus relatos a guiones cinematográficos. ¿Qué cree que se gana y que se pierde con el cambio de género?

–Siempre se gana creando, aunque lo que uno haga sea fallido. Y después son dos lenguajes diferentes, uno participa de su encantamiento para el que lo ejecuta. El cine carece de la riqueza de la literatura y la literatura carece de pequeños rictus, de silencios, de musicalidad, que no puede tener. Pero no musicalidad entendida como banda sonora sino de la actitud existencial del hombre que también hace música.

–¿Qué expectativas tiene con respecto a la presentación de esta tarde?

–Nada, todo, mucho. Es un suceso más. Particularmente voy por agradecimiento a esta gente joven, que ha tenido este gesto conmigo. Y todavía es más importante porque se trata de escritores y es loable este amor que tienen por la narrativa. Será un agrado estar con ellos.
Hoy, a las 19.30, quizás los personajes de Zuhair Jury cobren vida y decidan mezclarse con la gente en el Centro Cultural Islas Malvinas.

Fuente: Diagonales

No hay comentarios: