IÑAKI URLEZAGAEl bailarín platense se prepara para protagonizar "Giselle" en el Teatro Argentino junto a la bailarina rusa Anastasia Kolegova
Iñaki Urlezaga ha recorrido un largo camino como bailarín y el presente lo encuentra en una nueva etapa de su carrera en la que ha sentido la necesidad de sumar a su faceta de intérprete, la de creador. Por eso su agenda es cada vez más ajustada y las horas de sus días transcurren en salas de ensayo, aviones y escenarios en las más diversas latitudes del globo.
Por estos días Iñaki se encuentra en nuestra ciudad preparando las funciones de "Giselle" que realizará este fin de semana en el Teatro Argentino junto a la bailarina rusa Anastasia Kolegova, del Ballet Mariinsky de San Petersburgo.
La "Giselle" que bailará mañana y el sábado, cuenta con coreografía de Gustavo Mollajoli. "Esta versión la bailé en el Argentino en el año 1999 y después hicimos una serie de presentaciones junto a Eleonora Cassano y el elenco de La Plata en el Luna Park. Se trata de una versión clásica, que no tiene ningún tipo de innovación, por el contrario tiende a ser muy tradicional en ese sentido".
Apenas finalice estas presentaciones, el bailarín viajará para realizar una serie de funciones durante cuatro semanas en Madrid junto al Ballet Concierto para presentar la versión de ballet de "La Traviata", cuya coreografía fue creada por él.
"Digo que 'Giselle' me toma a trasmano, pero la realidad es que todo me toma a trasmano porque es tanta la actividad prevista que uno siempre esta llegando o volviendo, con ensayos, actuaciones... y es muy difícil acomodar las cosas porque los tiempos siempre quedan acotados", asegura el bailarín.
"Esta semana tengo que alternar los ensayos en el Teatro Argentino con la preparación de la gira en España. Pero al mismo tiempo estamos viendo los detalles del espectáculo que vamos a presentar en China para el Bicentenario, porque después de las funciones en España, viajo directamente a China para hacer esta presentación. Así que estoy haciendo como tres cosas al mismo tiempo", cuenta.
SANGRE NUEVA
Dueño de una técnica aplaudida y elogiada en los principales escenarios del mundo, Iñaki descubrió que el paso de los años y la experiencia ganada, despertaron en él la necesidad de aportar su mirada como creador. Tras la versión de ballet de "La Traviata", ahora tiene en mente una nueva obra.
"Tengo un proyecto para el que no tengo plazos ni fechas previstas, que es la historia de un bailarín muy reconocido en el mundo de la danza, que llevará música de Tchaicovsky. Es un trabajo que recrea mucho el mundo de la danza, un homenaje con el que aspiro a aportar cosas nuevas a la danza. Hay pocos coreógrafos que quieran seguir apostando a hacer cosas nuevas. Lamentablemente, hoy por hoy, se tiende a la reposición de títulos ya realizados que son genialidades, pero que a veces para los bailarines es poco motivador porque son coreografías que tienen doscientos años", afirma.
Para el bailarín, "es una obligación de los directivos de cualquier teatro respetar todo el bagaje artístico conseguido a través de los años, porque uno no puede ignorar el pasado de un lugar, pero si se hace solamente eso, no sólo no va existir la vanguardia sino que no van a existir aires nuevos que renueven ese patrimonio artístico. Hacer cantar o bailar a los jóvenes como se hacía 200 años atrás, creo que es negar la evolución del ser humano".
Iñaki es consciente que la tarea de los creadores implica "coraje para hacerlo y trabajo a conciencia". Aunque reconoce las limitaciones: "un ballet privado, sin subsidios de ningún tipo, como el que he creado, es una prueba de esto, pero lo que podemos hacer nosotros tiene un techo. Hace falta la decisión política desde los espacios oficiales para permitir que esto crezca. No todo es dinero, a veces generando espacios para que estos proyectos se lleven a cabo o facilitando elementos para poder concretarlos".
Volver a La Plata
"Cada vez que vengo a La Plata no tengo una vida tranquila. Vivo en un ajetreo que yo mismo me impongo y disfruto tenerlo, pero porque estoy en un momento de mi carrera en que se amplían mis horizontes creativos y esto hace que esté muy volcado en lo profesional. Cuando todo esto pase, seguramente elegiré La Plata para vivir y volveré a disfrutar de los tilos en primavera y esas cosas de mi ciudad que hoy me estoy perdiendo pero por elección. Todo tiene un tiempo en la vida. Hoy es el momento de desarrollar mi carrera con este vértigo, entre otras cosas porque la carrera de un bailarín es muy corta".
Fuente: El Día
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