viernes, 23 de abril de 2010

En busca de la verdad

Foto:LA NACION / Soledad Aznarez

Diego Peretti y Luis Brandoni, en una novela de Eduardo Sacheri, autor de El secreto de sus ojos

Por Laura Ventura
Para LA NACION

Eduardo Sacheri tiene un Oscar y un título de profesor de historia. Por eso bien sabe que existen los hitos y también lo cotidiano, que el tiempo es relativo; la fama, efímera; y el prestigio deja huella. Por eso conoce que no siempre hay un antes y un después. Por eso ocurren los procesos, que unen, en pocos días, hechos tan disímiles como la posibilidad de conocer Los Angeles, una conferencia en Washington, tomar exámenes en la Universidad de Ciencias Económicas, despertar en Madrid y calzarse el guardapolvo para enseñar en una humilde escuela de Pontevedra.

Como docente y como escritor, en el análisis del pasado y en la construcción de la ficción, Sacheri busca justicia, esclarecer hechos borrosos. Así surgió el texto que Juan José Campanella llevó al cine con el título El secreto de sus ojos , y así también se gestó Aráoz y la verdad , la pieza que adaptó y dirige Gabriela Izcovich y que mañana se estrena en el Paseo la Plaza, con Diego Peretti, Luis Brandoni y David di Nápoli.

Ecos del pasado

En esta comedia dramática Peretti es Aráoz. Un hombre que llega a un pueblo perdido en el mapa para encontrar a su héroe de la niñez, un jugador de fútbol de un club que ya no existe más. Perlassi fue un ídolo de multitudes hasta que, en una extraña jugada, cede a su rival la pelota y es considerado culpable del resultado que conduce a su equipo al descenso.

Cuarenta años después, Aráoz quiere comprender ese hecho y su destino se topa con un tal Lépori: "Mi personaje macanea bastante. Es enigmático -dice Brandoni sobre su criatura-. Es una historia muy corriente. No quiero que la gente piense que tiene que hacer un curso para ver la obra. Su originalidad es el ámbito donde transcurre, al costado de la vía, en una estación de servicio y en una laguna."

Peretti encarna a un personaje torturado que mantiene una relación conflictiva con un padre ausente: "Aráoz quiere saber qué ocurrió aquel día. Ese hecho lo dejó emocionalmente trunco desde entonces. Y hace poco le acaba de ocurrir algo semejante, no en cuanto a la trama, sino en cuanto a la repercusión emocional. Un shock que lo retrotrae a esas imágenes y sensaciones de sus ocho años. Quiere completar aquel recuerdo, pareciera que para seguir respirando", dice el actor.

Genealogía del dolor

La historia es cíclica y también lo son las personas. Sacheri temía estar frecuentando en su literatura los mismos lugares de modo recurrente. "Quise contar la historia sobre un hombre que bajara en una estación de tren y que fuera a buscar una verdad infinitamente importante para él, e infinitamente menor para cualquiera que no fuera él", recuerda Sacheri.

Con un tono pausado, Sacheri busca las palabras precisas para describir su trabajo. Pareciera que el tiempo le sobra, ajeno a todo tipo de divismos. "Cuando escribí esta novela estaba muy enojado y muy triste. Y así es Aráoz. El empieza la obra en el mismo estado en el que estaba yo. Pero para el personaje fueron seis días y para mí fueron seis meses. Y con el transcurrir de las páginas me fui encariñando con los personajes. Y Se nota. Me caen bien los dos. Estos son dos buenos tipos", confiesa.

La historia se repite. Gabriela Izcovich llegó a la estación de tren de Retiro para encontrarse a un hombre que desconocía, pero de quien había escuchado (y leído) mucho. En aquella locación del set de El secreto de sus ojos , la directora de teatro y el autor tomaron el primer café. Luego vino la era del Oscar y la adaptación que realizó Izcovich. "Es un trabajo profundamente fiel. A mí me preocupaban ciertas omisiones, pero ella me tranquilizó: «Eso se resuelve con actuación», me dijo".

Sacheri es un esteta. "Quise bucear en la belleza profunda de lo cotidiano de las personas comunes como yo" (Sí, claro. Sacheri ganó un Oscar, no es tan común, pero él se siente así). Y con aquel objetivo no estudió la historia; creó la propia y amasó conclusiones que emanan del texto antes de que baje el telón, en esa construcción humana que sí tiene fin.

UN EQUIPO GANADOR

  • Entre las clases que dicta en la universidad y en dos colegios y la escritura de su libro de cuentos, Sacheri escribe junto con Campanella, Gastón Gorali y Axel Kuschevatzky el guión de una película animada para chicos. Inspirado en un cuento de Roberto Fontanarrosa, Memorias de un wing derecho , esta fórmula ganadora se prepara para regresar a la pantalla grande en 2011.

PARA AGENDAR

Aráoz y la verdad, de Eduardo Sacheri, dirigida por G. Izcovich.

Paseo La Plaza, Co rrientes 1660. Miércoles y jueves, a las 20.45; viernes, a las 21; sábados, a las 20 y 22; domingo, a las 20. Desde $ 80.

Fuente: La Nación

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