viernes, 16 de abril de 2010

Crema del cielo: "Buscamos un estilo parecido a nosotros mismos"

ROCK EN EL TEATRO DEL LAGO DE LA PLATA

La banda liderada por Gabriel Rulli adelanta temas de su nuevo CD

Violeta, la hija de tres años y medio de Gabriel "Boya" Rulli (cantante y guitarrista de Crema del Cielo), muestra feliz una flauta dulce color blanca. El padre festeja el hallazgo, mientras calcula la cantidad de ruidos discordantes que interrumpirán la paz del hogar.

En oposición a la actitud de la pequeña, Gabriel junto a sus compañeros de Crema del Cielo se han impuesto desde el año 2004 una búsqueda por la canción perfecta.

Según Boya: "La filosofía es que una buena canción por sí sola es un fin". Y en ese intento, Crema utiliza condimentos que no sólo tienen referencias en lo estrictamente musical. "Una película, un vecino, un libro" pueden ser material incluido en la fibra compositiva de la banda. "Intentamos buscar un estilo, no diferente a lo creado, sino parecido a nosotros mismos".

El proceso creativo comienza en la intimidad de la casa de Gabriel, quien conforma una estructura con acordes, que luego es moldeada en la sala de ensayo de la calle 49. Boris (Fernando Glombosky), agrega algunas guitarras que siempre se transforman en una parte nueva de la canción. El trabajo grupal es también utilizado en la escritura de las letras. Una vez formado el esqueleto de la lírica "cualquiera aporta alguna frase".

Como cualquier historia, la de Crema del Cielo, tiene puntos de inflexión de esos que determinan un final o el comienzo de una etapa superadora. Luego de varias discusiones internas y cambio de baterista incluido, la banda se encerró a componer algunas de las 11 canciones que integran su segundo disco Espíritu de clase.

Con tal fin, ensayaron cuatro veces por semana durante tres meses para ir a registrar el material nuevo al estudio de grabación platense La Burbuja, del productor y guitarrista de Norma, Gualberto de Orta. "Luego de grabar algunos temas, nos propuso agregar algunas canciones más a las elegidas e ir a los estudios Panda en Buenos Aires con la pre producción incluida".

Tanta dedicación y ensayo tuvo sus frutos. "Estuvimos cuatro días completos en el estudio grande, donde grabamos todos los instrumentos, las voces, los coros completos y además los pianos acústicos que aportó el músico platense Leo Giordano.

Técnicamente, el tiempo utilizado por Crema para grabar su disco es comparativamente muy inferior al utilizado comúnmente por las bandas. Las tomas fueron en vivo y se hicieron tres por tema. Es realmente destacable que al escuchar el material no se pueda detectar que esas canciones fueron tomadas de ese modo.

Las sesiones de grabación estuvieron operadas por Mariano Ezain (Manzanita), guitarrista y cantante de Valle de Muñecas. Manza, buscó la perfección en cada canción. "Tenia un asistente que afinaba la batería para cada tema y pasaba más de tres horas buscando que el bajo y las guitarras aportaran algo más que lo ejecutado por los músicos. El operador bregaba porque los instrumentos desde lo sonórico, cerraran la idea en lo conceptual".

Con el master en su poder, Crema volvió a La Plata para realizar la post producción. Nuevamente en La Burbuja, convocaron a Félix Candelo, quien agrego violines en el tema "Podrá Pasar" y a Giordano, quien hizo lo mismo con el teclado en "Hoy" y "Playa Negra". Próximamente volverán a verse con Manza para realizar una revisión de mezcla final.

Espíritu de clase tiene fecha de salida para el mes de mayo próximo. El diseño y gráfica, quedó en manos de Javier Belza, responsable del arte en el primer disco de la banda y de portadas de Estelares y Mister America, entre otros grupos de La Plata. Para Crema del Cielo el responsable de las imágenes visuales, "es un integrante más".

La idea de la banda es presentar el disco en un teatro local y en la ciudad de Buenos Aires. Mientras tanto, hoy subirán al Anfiteatro del Lago invitados por Estelares para compartir escenario.

Luego de seis años Crema disfruta de haber evolucionado y crecido permanentemente "en cuanto al material, al público, a la difusión, a la repercusión por lo menos acá en la ciudad, siempre es una escalón mas arriba por año sin altibajos", comentó Gabriel Rulli, quien remarcó que los primeros años de la banda fueron marcados por cierto espíritu de jolgorio del que es muy difícil despegarse, pero al que "poco a poco nos van tomando más en serio por nuestro trabajo".

Sin embargo, un elemento no varió a lo largo de los años: "seguir mejorando, hacer mejores discos y mantener firme la postura de independencia".

Fuente: Diagonales

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