Dotados de histrionismo, habilidad escénica y una sutil capacidad para el engaño elegante, los magos eligen el doble desafío de asumir por completo el centro de atención y, a su vez, despertar ese impulso que parece adormecido ante tanta sobrestimulación mediática: la capacidad de asombro del público. Sobre esta delgada línea, y a lo largo de varias generaciones, han transitado los grandes referentes de la magia en el mundo entero.
Con este legado a cuestas y emplazada en una ciudad que se destaca por ser una usina de destacados artistas, el 30 de abril, a las 18, abrirá sus puertas la Escuela Platense de Magia, que funcionará en la cede del Club Español en la calle 6 esquina 54. La capacitación contempla dos años de formación y estará dirigida a niños, jóvenes y adultos.
Según anunciaron sus organizadores, el objetivo será buscar un abordaje interdiscplinario y el cruce de saberes y conocimientos a través de la capacitación con diferentes profesores en las áreas de canto, técnica de la voz, manejo escénico, comedia musical y narrativa, respectivamente.
Consultado por Hoy, Sergio Alonso, conocido como el mago Pin, dijo que “la propuesta que llevamos adelante en el Club Español no es sólo un curso de magia, sino que se va a buscar la transferencia del conocimiento a partir de la interacción con las diferentes áreas. El 80% de lo adquirido va a ser magia, pero desde una noción completa de lo que es la puesta en escena, la construcción del personaje y el desarrollo completo del espectáculo”.
De esta manera, los magos platenses aportarán un granito de arena en el desarrollo de esta actividad, que tiene una larga trayectoría. Al analizar la historia de la magia, dentro del canon de los consagrados, está Harry Houdini, considerado por muchos el primer mago moderno. Houdini fue un inmigrante húngaro nacido en 1874 y radicado en Estados Unidos que desde muy temprana edad eligió el camino de la magia. Con sólo 9 años, el joven Erik Weisz -su verdadero nombre- montó un pequeño circo con sus amigos del barrio en donde se presentó por primera vez el 28 de octubre de 1883 con el nombre de Ehrich, “El príncipe del aire”, actuando como contorsionista y trapecista. Con este bautismo de fuego, la suerte del joven Houdini continuó por todo EEUU trabajando para diferentes compañías circenses.
Aunque fue un destacado profesional en todas las ramas de la magia, Houdini obtuvo mayor reconocimiento gracias a sus actos de escapismo. El mago era capaz de liberarse del interior de cajas fuertes arrojadas al mar, de camisas de fuerza colgado boca abajo de grandes edificios, y de toda suerte de esposas, cuerdas, baúles cerrados con candados y cadenas.
Uno de los números más recordados fue la metamorfosis. El ilusionista era atado e introducido dentro de un saco, a su vez dentro de un baúl que era atado y sujetado con candados. Entonces, una ayudante subía encima del baúl, levantaba una cortina y, al instante siguiente, la cortina bajaba mostrando a un Houdini liberado en el lugar que ocupaba la ayudante. Seguido de esto, se abría el cofre y se desataban todas las cuerdas del saco para mostrar a la asistente dentro de la caja. Este número sigue siendo hoy un clásico de la magia y se dice que Houdini ejecutó este número más de diez mil veces en toda su carrera.
Haciendo un salto temporal, otro destacado de la historia de la magia es David Copperfield. Nacido en Nueva Jersey, en 1956, Copperfield es uno de los ilusionistas de mayor renombre y trascendencia a nivel mundial. Con sólo 12 años, fue la persona más joven admitida en la Sociedad Americana de Magos y a los 16 años ya era profesor de magia en la Universidad de Nueva York. La mayor notoriedad del ilusionista llegó a partir de la década del 80 con sus recordadas apariciones televisivas y también con un programa de ayuda a pacientes minusválidos para que recuperen habilidades motrices, el cual está en uso en mil hospitales de todo el mundo. Entre sus trucos más afamados, está la desaparición de la Estatua de la Libertad y atravesar la Gran Muralla China.
Pin y Pon
El mago Sergio Alonso será el principal encargado de llevar adelante la Escuela Platense de Magia. Desde muy chico, Alonso eligió el camino de la magia y fue a los 12 años cuando comenzó oficialmente su derrotero por los caminos del ilusionismo.
“Terminé la escuela y quise buscar algo artístico. Mi padre trabajaba en el teatro de la provincia de Buenos Aires y me llevaba continuamente de gira, y fue a partir de esta experiencia cuando entré en contacto directo con el arte escénico. En el año 1973, cuando tenía 12 años, empecé como asistente de un mago y formamos el dúo Pin y Pon, de donde surge mi nombre artístico” contó Alonso a Hoy.
Y agregó: “En esa época, teníamos una fiesta infantil cada dos meses y medio, pero igualmente valía la pena. Es muy gratificante la alegría que te da poder arrancarle un aplauso o una sonrisa al público. Hoy la magia es mi medio de vida y la actividad que me permite ganar más dinero”.
Con respecto a la formación del ilusionista, Pin dijo que “el mago Fumanchú dijo que la magia es un 20% de técnica y 80% de actuación. Muchos alumnos quieren empezar cortando a la mujer por la mitad, pero hay que ir de a poco, yo les digo que lo único que se empieza desde arriba es un pozo.
Algo fundamental, por ejemplo, es saber atrapar la atención del público y no dejar que se escape. Una de las grandes ventajas del mago es el efecto sorpresa y ser el creador de toda la puesta en escena”.
Ilusionismo develado
Algunos programas de televisión buscan poner sobre el tapete cuestiones ocultas o develar grandes misterios. Esta vocación de verdad, en muchos casos, es loable desde el punto de vista periodístico, a veces resulta un bodrio si es que se empeña en revelar los trucos y pinchar el globo de la necesaria ilusión que sostiene a la magia.
Tal fue el caso del recordado ciclo Las manos mágicas, que era uno corto televisivo que se emitió por primera vez en Argentina en 1967, en el programa La Hora de los Pibes de Canal 13. Durante los años 70 y 80 se emitió en los cortes comerciales de Los Sábados de Calculín (1970), El Zapato Roto (1971) y El Show de los Tres Chiflados. Durante el año 2008 se produjo una nueva versión del programa para Canal 7, bajo el nombre de El nuevo show de las manos mágicas, el cual fue producido por los hermanos Alejandro y Adrián Korol y Lisandro Ruiz.
Otro ejemplo es el ciclo Detrás de la magia, que se emite por Canal 13, donde un mago enmascarado desnuda el secreto de los trucos. La serie pertenece a la cadena Fox, la cual pensó elproducto como contrapartida a los especiales televisivos de La magia de David Copperfield, que se emitieron entre 1978 y 1995. Este ciclo despertó la reacción de asociaciones de magos locales que vieron una mala intención en este tipo de programas.
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