martes, 16 de marzo de 2010

WWW celebra sus dos décadas con una fiesta en Ginebra

Red de redes

El primer borrador de la World Wide Web apareció en octubre de 1989 y se materializó como prototipo en marzo de 1990. La herramienta de acceso a internet que revolucionó la vida cotidiana cumple veinte años.

"Que 20 años no es nada”, reza el tango de Gardel y Le Pera, como si 20 años fueran una eternidad que se diluye en un abrir y cerrar de ojos. Y algo de eso hay. Cerrar los ojos y viajar en el tiempo hasta hace 20 años implica trasladarse a un mundo en el que no existía la posibilidad cotidiana de acceder a internet. Porque la World Wide Web, herramienta que permite entrar en el mundo virtual desde cualquier computadora, cumplió ayer sus dos décadas de vida.

“Vago, pero excitante”, fueron las palabras de Mike Sendall, supervisor del creador de la red global cuando el joven ingeniero en Informática Tim Berners-Lee le presentó, en 1989, el proyecto titulado Gestión de la información: una propuesta. La idea inicial de la web fue desarrollar una herramienta para que la comunidad internacional de físicos de partículas, dispersos por todo el planeta, pudiera estar comunicada e intercambiar sus conocimientos de manera rápida y simple. Pero nunca imaginó que el éxito de su creación iba a tener repercusión mundial.

El hipertexto fue la clave que hizo, de la propuesta de Berners-Lee, la base de la revolución. Esta herramienta permite que, con un solo click, se pueda acceder a la información que se busca y llegar a otras direcciones donde se obtienen más datos y más vínculos para seguir con la navegación de un mar en el que no se necesita balsas ni remos para recorrer el mundo.

Pocos meses después de la presentación de aquel borrador “vago, pero excitante”, Berners-Lee creó en el CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear), en Ginebra, el primer prototipo de buscador con toda la información acerca del funcionamiento de la web y la definición del hipertexto.
Actualmente, el CERN es el instituto donde se encuentra el Gran Colisionador de Hadrones, más conocido como “la máquina de Dios”.

Lo que hizo de este descubrimiento algo mágico fue la posibilidad de que cualquier persona, con una computadora doméstica, pudiera acceder a internet de manera simple y tener a su disposición toda la información que circulara en el espacio virtual, cosa que sólo fue posible a partir de que, en 1991, el software necesario se pusiera a disposición de la gente. En la actualidad, unos 1.700 millones de personas, lo que equivale al 25% de la población mundial, es internauta.

Por eso, esta semana el laboratorio del CERN está de festejo. Todos los asistentes al evento pululan con remeras que llevan impreso el esquema que el creador graficó para explicar su funcionamiento. Worldwideweb@20 es el nombre con el que han bautizado las actividades que se realizarán y de las cuales también participará Berners-Lee, que dará cierre con un panel titulado El futuro de la web, un futuro cuyas dimensiones nadie imagina, al igual que aquel joven ingeniero en Informática que hoy tiene 53 años no imaginó el presente de su invento.

Internet: el invento que hizo posible la web

El 29 de octubre de 1969, el doctor Leonard Kleinrock dio el puntapié inicial de lo que sería una de las mayores revoluciones tecnológicas del siglo. Por primera vez en la historia, un equipo de la Universidad de California, Los Angeles, pudo “hablar” con otro de la Universidad de Stanford.

Su mayor sorpresa fue comprobar que su descubrimiento se convirtió en una práctica cotidiana. “(Internet) se comporta de manera imprevisible, pero ha provocado gran satisfacción a sus padres y a la comunidad”, comentó Kleinrock.

El intercambio de datos entre computadoras consiste en dividir la información en paquetes digitales que pueden transmitirse en función de la demanda y sin pérdida de tiempo, afirma Kleinrock.
Los capitalistas le dieron la espalda. “Nadie quiso escuchar, ni siquiera la compañía telefónica AT&T”, aseguró. “Fui a verlos y dijeron que no funcionaría y que, incluso si lo hiciera, no querían implicarse en ello”.

Un mundo de posibilidades infinitas se abrió hace 40 años y sigue dando sorpresas, aun a sus propios creadores.

Tan sólo una herramienta

Desde el surgimiento de internet, todas las conductas sociales se han visto modificadas. La instantaneidad marca tendencia: “Creo que, si bien estamos más comunicados, se ha perdido el establecimiento de los sentimientos. Ya no nos tomamos el tiempo de visitarnos, por ejemplo”, grafica la socióloga Lucrecia Arceguet.

Ni ángel ni demonio, internet, al igual que todo progreso, implica sus beneficios y sus riesgos: “Cuando se inventó la electricidad, fue maravilloso, pero también murieron muchas personas por su mal uso. Lo importante es el control. Los padres deben estar presentes y ver qué usos hacen sus hijos de la tecnología”.

Si bien las redes sociales han permitido entrar en contacto con muchas personas, aparece el peligro de la sobreexposición de la vida cotidiana. “Exponer su vida es una decisión puramente voluntaria e individual. Nadie nos manda a hacer público qué hacemos a cada momento, pero todos tenemos esas ganas de ser mediáticos. El problema es que a veces no tenemos conciencia de lo que eso puede implicar”

Fuente: Hoy

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