sábado, 20 de marzo de 2010

Un clown argentino, en el centro de la gran pista

En 1999 ,Toto Castiñeiras buscaba consolidar su carrera en Buenos Aires y unos promotores del Cirque du Soleil vieron su trabajo. Le preguntaron si le interesaría integrarse a la compañía y dijo que sí. Pero recién su inclusión se produjo en 2004, en Quidam.

¿Qué hace allí? Es el cómico central e incorpora al público en la escena. En cuanto a la trama, explica: "El clown siempre trabaja fuera de ella. O, mejor dicho, es el error en la trama. Aparece recortado del mundo acrobático y, a la vez, usa ese virtuosismo para mostrarse más humano que todo el resto, con los pies sobre la pista y conectando con la gente desde su imposibilidad de realizarse, en oposición a la destreza física del resto".

Toto explica que a partir de este trabajo ha encontrado muchísimas posibilidades de crecimiento. "Fue un cambio radical en toda mi estructura personal. Como artista encontré la libertad y el apoyo incondicional de un equipo artístico que siempre está atento a mi evolución. Desde lo personal, el constante viajar y conectarme con diferentes culturas ha creado en mi una gran capacidad de cambio y de adaptación, dos elementos fundamentales en cualquier camino artístico. El tema del comediante o del clown es que somos improvisadores. Las rutinas cambian mucho de función en función y, en cada cultura, el humor se modifica. Ese trabajo de probar qué es lo que hace reír, qué es lo que molesta, qué conmueve dentro de cada sociedad, es muy interesante de transitar. Eso te mantiene siendo siempre alguien nuevo porque trabajás diferentes zonas del humor y del propio campo actoral".

Volver a la Argentina es para él sinónimo de alegría. "Básicamente ?explica? significa compartir el trabajo de seis años con mi familia y con mis amigos". Cuando esté en Buenos Aires también presentará un unipersonal, Finimondo, en el Metropolitan. Su estreno está previsto para mediados de mayo.

Fuente: La Nación

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